06:00 hrs.  14 de Junio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-445

Ciudad Universitaria


Jorge Morales Montor (1)

Jorge Morales Montor (2)

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OBTIENE CIENTÍFICO DE LA UNAM EL PREMIO MIGUEL ALEMÁN VALDÉS 2006

 

·        Se trata del doctor Jorge Morales Montor, integrante del Departamento de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas

·        Este galardón, en el área de Salud, reconoce y estimula a los jóvenes investigadores mexicanos

·        El universitario ha estudiado la regulación fisiológica de la respuesta inmune a enfermedades parasitarias

 

Jorge Morales Montor, integrante del Departamento de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, obtuvo el Premio Miguel Alemán Valdés en el área de Salud 2006, que otorga la Fundación del mismo nombre.

 

El galardón tiene la finalidad de reconocer y estimular a los investigadores mexicanos menores de 40 años, cuyo trabajo se haya destacado por su productividad y excelencia en el campo de la ciencia y tecnología de la salud en nuestro país.

 

Los trabajos de Morales Montor han dado pie a que se abra el área de neuroinmunoendocrinología en la relación hospedero-parásito, en donde es pionero junto con su equipo de colaboradores.

 

Con ello ha demostrado que existe una relación intrínseca entre los sistemas inmune, endócrino y nervioso del hospedero, con el parásito, es decir, que éste afecta el funcionamiento de tales sistemas y viceversa.

 

Desde su integración como investigador a la UNAM, después de una estancia posdoctoral de tres años en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, ha estudiado la regulación fisiológica de la respuesta inmune a enfermedades parasitarias y, en específico, un modelo de cisticercosis experimental murina por Teania crassiceps, donde “hemos descubierto que existe una regulación de la respuesta inmunológica al parásito por esteroides sexuales”.

 

Desde su trabajo doctoral, bajo la tutela de Carlos Larralde, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y hoy cercano colaborador en el IIBm, el joven científico demostró que cuando el macho se infecta con el cisticerco, después de un periodo de 8 a 16 semanas, se “feminiza”.

 

Originalmente presentaba las características del macho pero después pierde la conducta sexual, agresiva, y modifican sus niveles de esteroides sexuales: se incrementan los de estradiol (hormona sexual femenina) y disminuyen los de testosterona (masculina). “Fuimos los primeros en describir cambios hormonales asociados a la infección”, afirmó.

 

Al tratar de responder este fenómeno, el universitario encontró una interacción entre los sistemas inmunológico y endocrinológico del hospedero mediada por el parásito; particularmente intervenía una molécula llamada Interleucina 6.

 

Morales Montor explicó que el parásito induce dos tipos de respuesta inmune: TH1 (de tipo celular) o TH2 (productora de anticuerpos). En la cisticercosis murina, la primera protege al hospedero contra la infección. Sin embargo, conforme avanza el periodo de infección, la respuesta protectora disminuye y se incrementa la TH2. Esto se relaciona con el cambio hormonal.

 

La molécula interleucina 6 activa una enzima que se encarga de metabolizar a la testosterona. En el macho infectado hay grandes cantidades de esa molécula, por lo que se incrementa la actividad y expresión enzimática y convierte a los estrógenos en andrógenos; de ahí la feminización, apuntó.

 

Se trata de un ejemplo de cómo el parásito puede afectar otras esferas del organismo, que no sólo tienen que ver con la repuesta inmune, expuso el especialista.

 

Ello tiene implicaciones importantes, añadió, pues los parásitos no eran considerados un factor que afectara la reproducción sexual, pero después del descubrimiento se comenzó a considerar que puede haber otros elementos, además de los clásicos –endocrinos–, asociados con la falta de fertilidad, por ejemplo.

 

Jorge Morales encontró que en la cisticercosis hay susceptibilidad asociada al sexo; los machos son más resistentes que las hembras y cuando la infección avanza se igualan porque ellos dejan de serlo y se parecen más a ellas; por ello, pierden su protección.

 

Cuando se reconstituyen o sustituyen andrógenos, según de si es macho o hembra, “se protege contra infección por T. crassiceps hasta 90 por ciento, como una vacuna; y cuando se les introduce estradiol sucede lo contrario: aumentan las cargas parasitarias”, detalló.

 

Esto dio pie a establecer que los esteroides sexuales son factores fisiológicos importantes al regular la infección en dos sentidos: el estradiol estimula la respuesta TH2 e inhibe la TH1. Los andrógenos tienen el efecto contrario.

 

Pero no sólo eso, abundó. Al hacer más experimentos se vio que el estradiol in vitro estimula la reproducción del parásito, mientras que los andrógenos la inhiben. O sea, estos últimos son tóxicos e incitan  la respuesta protectora, por eso los machos están mejor protegidos.

 

Al seguir sus estudios de cómo los esteroides afectan al cisticerco, se secuenciaron sus genes; se demostró que presentan receptores para esteroides sexuales, por eso usan lo que tienen en el medio endocrinológico.

 

Asimismo, en colaboración con científicos escoceses, Morales Montor comprobó que existe regulación de la respuesta inmunológica por esteroides sexuales en la Toxoplasmosis. Ello ha servido para probar fármacos hormonales en infecciones donde participan de forma importante; los resultados se traducen en una disminución drástica de las cargas parasitarias, incluso mejor que la de vacunas.

 

Se busca encontrar nuevos usos a viejos fármacos; se puede aprovechar la capacidad de regular la respuesta inmune con antihormonas o análogos. “Esto da pie a herramientas alternativas para la erradicación de la enfermedad en cerdos y humanos”, señaló.

 

Actualmente, las investigaciones de Jorge Morales siguen en la misma línea aunque comienzan a abordar otras infecciones, como el toxoplasma. “También tenemos planeado estudiar padecimientos autoinmunes, todo lo relacionado con la respuesta inmunológica por esteroides sexuales”.

 

Sobre el Premio Miguel Alemán Valdés en el área de Salud 2006, consistente en un diploma, medalla y un estímulo económico, opinó que es un reconocimiento importante, que llega en un momento clave porque se otorga desde fuera de la Universidad, entregado por pares, externos y a escala nacional.

 

“Le debo mi vida académica a la UNAM. En el IIBm he encontrado las condiciones idóneas para desarrollar mi carrera científica. Ahora le estoy retribuyendo en algo con mis trabajos”.

 

El investigador titular B y jefe de grupo subrayó que llegó “hace cinco años con siete artículos publicados; ahora tengo 35. He venido a producir y a formar recursos humanos”. Con alrededor de 200 citas de toda su obra, sus trabajos han tenido impacto en el campo de la parasitología y han abierto nuevas visones.

 

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FOTO 01

Jorge Morales Montor, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, obtuvo el Premio Miguel Alemán Valdés en el área de Salud 2006, que otorga la Fundación del mismo nombre.

 

FOTO 02.

El investigador de la UNAM Jorge Morales Montor aborda la regulación fisiológica de la respuesta inmune a enfermedades parasitarias, que podría redundar en fármacos hormonales.