Boletín
UNAM-DGCS-444
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Se afirma en el documento Hacia una
universalización de la Seguridad Social, presentado por Rolando Cordera Campos,
académico de la Facultad de Economía de la UNAM
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El texto es una coautoría con José Narro
Robles, director de la Facultad de Medicina, y Leonardo Lomelí Venegas,
académico de la FE
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Asienta que se requiere una reforma profunda
y urgente, la cual deberá ser definida a la luz de las nuevas condiciones
económicas y políticas del país
México posee un sistema
limitado de seguridad social, por la falta de universalidad en la cobertura y
de integralidad en las prestaciones, se afirma en el documento Hacia una
universalización de la Seguridad Social, presentado por Rolando Cordera,
profesor de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
El modelo se complementa con
programas de atención a población abierta en materia de salud, lo cual ha dado
como resultado la fragmentación y duplicidad, se consigna en el texto, que
realizó en coautoría con José Narro Robles, director de la Facultad de
Medicina, y Leonardo Lomelí Venegas, académico de la Facultad de Economía.
Ahí se indica que esta
situación ha ocasionado que un alto porcentaje de sus habitantes no tenga
acceso a los diferentes mecanismos de protección social que ofrece el Estado
mexicano. Tampoco se han aprovechado las economías de escala que caracterizan a
los sistemas integrados, ni en el manejo de salud, ni en la administración de
los modelos de pensiones.
Durante su lectura, en donde
estuvo presente Fernando Pérez Correa, director de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales, en el marco del Simposio Hacia la Universalización de la Salud y la Seguridad Social, se
señala que en la actualidad un sistema de seguridad social resulta
indispensable para el desarrollo y estabilidad de México. “Es difícil imaginar
lo que sucedería si la cobertura de las distintas instituciones y programas de
pronto se desvaneciera”.
Esto sería complicado de entender
si se recuerda que las instituciones responsables otorgan diariamente más de
375 mil consultas o que realizan casi siete mil intervenciones quirúrgicas.
Pero también lo es si se piensa que 30 mil personas utilizan a diario el
sistema de tiendas y farmacias, o que este año más de tres millones de personas
dependerán de las prestaciones económicas, menciona.
No obstante, con toda la
importancia de las cifras presentadas es igualmente imposible sostener que todo
está bien en este campo. El sistema ya dio lo que podía aportar de acuerdo con
el diseño y regulación que le caracterizan, y de no haber una reforma de fondo,
en unos cuantos años se enfrentará el problema planteado, advierte.
Hoy, nuestro sistema se
caracteriza por ser incompleto en cuanto a la cobertura de la población y la
falta de algunos seguros, como el de desempleo; fragmentado en razón de que son
varias las instituciones prestadoras del servicio; duplicado, pues existen
individuos con doble y hasta triple cobertura; sin portabilidad de la pensión
para quienes cotizan en el IMSS y después lo hacen en el ISSSTE o viceversa.
Desfinanciado al no contar con
las reservas para responder a los compromisos frente a la población
derechohabiente; mal administrado en virtud de que los aparatos responsables
para organizar y ejecutar se multiplican por el número de instituciones
existentes; de calidad heterogénea; e inviable, ya que de continuar la
tendencia actual, se colapsará en unos cuantos años.
Ante este panorama considera
que algunos de los principios que idealmente debe reunir un sistema de
seguridad social son: universalidad, integralidad, solidaridad, redistribución,
participación social y portabilidad.
Es decir, debe estar diseñado
para cubrir a la totalidad de las personas de un país, sin importar su
condición social, económica, contributiva o laboral; además, se debe procurar
que los seguros incluidos cubran la totalidad de los gastos que se generen por
los riesgos correspondientes y anticipen la mayor parte de las contingencias que
pueden afectar la vida de las personas.
Asimismo, el sistema debe
contar con fórmulas que posibiliten no sólo compartir los riesgos sino expresar
la solidaridad entre generaciones, grupos sociales, regiones y entidades
federativas del país; no debe perder su sentido de fórmula para atemperar la
pobreza y cerrar la brecha existente entre quienes viven con excesos y con
carencias, se precisa.
Debe haber espacio para que
cada individuo conozca sus contribuciones y sus fondos; también es necesario
crear los mecanismos que favorezcan las aportaciones adicionales; así como
asegurar la existencia de las vías para que los fondos y aportaciones de una
persona puedan transitar con ellos a cualquier otra modalidad o sistema
existente, incluidos los privados.
Por todo ello, la seguridad
social mexicana requiere una reforma profunda y urgente, la cual deberá ser
definida a la luz de las nuevas condiciones económicas y políticas de nuestro
país. Además, debe ser producto de una discusión abierta, nacional e informada y
concretarse desde el Congreso de la Unión, sugiere el texto.
Hay que partir de una
realidad, no hay solución única sin costos, inmediata y aceptable para todos.
Se requiere de cambios múltiples, graduales, que demandan el sacrificio
financiero y político de todos, que deben verse a futuro y responder a una
política de Estado y ser detonantes de la economía, recomienda.
En ese sentido, los cambios
deben asegurar que se cuenta con un sistema único, con cobertura universal,
viable en lo financiero, eficiente y de calidad; que incluye tanto la
solidaridad intergeneracional y de clase social, como las características
personales de cotización.
Un sistema descentralizado y
desburocratizado, el cual también deberá incorporar a los trabajadores de la
economía informal, estimular la generación de empleos, articular las
necesidades de capacitación y actualización para el trabajo, y prever la
representación de los sectores en sus órganos de gobierno, se concluye.
El documento fue comentado por
Evelia Trejo Estrada, del Instituto de Investigaciones Históricas; Fernando
Gutiérrez y Héctor Doporto, del IMSS; Mario Luis Fuentes, director de Estudios
e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social A.C; el diputado Agustín
Alonso Raya, presidente de la Comisión de Seguridad Social de la LIX
Legislatura; Leonardo Lomelí, profesor de la FE, y Mateo Legarza, de la Unión
Nacional de Trabajadores de México.
Además, José Antonio González
Anaya, director general de Seguros y Valores de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público; Agustín Rodríguez, secretario general del STUNAM; Carlos
Tello, profesor de la FE; los senadores Joel Ayala y Miguel Ángel Navarro, de
la Comisión de Salud y Seguridad Social de la LIX Legislatura, Benjamín
González Roaro y Gilberto Guevara Niebla.
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FOTO 01
Rolando Cordera y
Fernando Pérez Correa, durante la presentación del documento Hacia una
universalización de la Seguridad Social, en la UNAM.
FOTO 02.
Rolando Cordera,
profesor de la FE de la UNAM, presentó el texto Hacia una universalización de
la Seguridad Social, en la FM de la UNAM. Le acompaña Fernando Pérez Correa,
titular de la FCPyS.