Boletín
UNAM-DGCS-424
Ciudad Universitaria
Pie de foto al final del boletín
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Señaló Alejandro Pisanty, titular de la DGSCA de la
UNAM, quien agregó que poblaciones que vivían marginadas dejan de estarlo con
esta herramienta
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No hay evidencias claras de que la violencia
en los medios provoque conductas violentas entre sus receptores: Raúl Trejo
Delarbre, del Instituto de Investigaciones Sociales
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La influencia de las nuevas tecnologías en
los usuarios es determinante, poco estudiada y sin normatividad jurídica:
Guillermina Baena, profesora de la FCPyS
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Intervinieron en las Jornadas Universitarias
¡Disculpe Usted! El Derecho y sus Razones
Internet es uno de los grandes
logros de la humanidad en su lucha contra la discriminación; poblaciones que
normalmente vivirían marginadas dejan de estarlo cuando cuentan con esta
herramienta, afirmó Alejandro Pisanty Baruch, director general de Servicios de
Cómputo Académico (DGSCA) de la UNAM.
Destacó que sordos o ciegos pueden acceder
a ella y están en la posibilidad de trabajar con un alto nivel de valor
agregado intelectual con su apoyo, durante su participación en las Jornadas
Universitarias ¡Disculpe Usted! El Derecho y sus Razones.
En la medida que ha alcanzado ya a
la quinta o cuarta parte de la humanidad –y, por tanto, tiene consecuencias
para prácticamente toda la población– se ha vuelto también en un medio de
expresión de todas las conductas humanas. Lo que hay que combatir son los
extremos o excesos, señaló.
Pisanty Baruch añadió que, primero
que nada, Internet es una plataforma de creatividad, la cual se ha dejado en
manos de los usuarios finales. Es la tecnología de información y comunicación
que ha tenido la expansión más rápida en la historia de los medios: pasó de
cero a mil 500 millones de consumidores en menos de 30 años.
Asimismo, indicó, esa herramienta ha
sido revolucionaria, porque permite su utilización por múltiples sujetos del
canal de comunicación: es posible llevar paquetes de datos de texto, videos,
fotos y conversaciones, entre otros.
Por otra parte, Raúl Trejo Delarbre,
especialista del Instituto de Investigaciones Sociales, apuntó que no hay
evidencias claras de que la violencia en los medios de comunicación provoque
conductas violentas entre sus receptores; lo que sí es altamente posible es que
estos contenidos influyan de manera catalizadora sobre ciertos individuos o
grupos.
La discusión sobre la posible
influencia de estos canales en las conductas de la sociedad viene desde los
años 40. Con frecuencia, comentó, “se dice que actitudes individuales o
colectivas suelen ser propiciadas por los medios, sobre todo de violencia”.
En Estados Unidos, cuando cumple 18 años un
joven promedio ha visto en televisión cerca de 200 mil actos de brutalidad,
ejemplificó el investigador en las Jornadas organizadas por la Secretaría de
Servicios a la Comunidad, la Dirección General de Atención a la Comunidad
Universitaria y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
Otra polémica no resuelta es acerca
de la calidad de los mensajes que propagan. Hay que recordar, dijo Trejo
Delarbre, que son industrias culturales que no acostumbran desempeñarse según
el interés o el beneficio de la gente, sino para hacer negocio. La calidad de
los mensajes queda, de esta manera, subordinada a los costos de producción y a
la complacencia de los públicos, que no es frecuente que sean perspicaces,
exigentes o participativos.
En la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCPyS), el especialista agregó que los medios de comunicación
masiva son parte insustituible de la sociedad contemporánea, de la cultura de
masas y de la política moderna. Requieren recursos tecnológicos que hacen
posible la propagación de sus contenidos a los grandes públicos. Pueden ser
autoritarios, paternalistas, comerciales, o incluso democráticos.
Siempre existen controles: las perspectivas
profesionales o políticas de quienes trabajan en ellos, los intereses de las
empresas de comunicación y quienes contratan espacios, presiones del sistema político,
regímenes jurídicos, convicciones éticas, inercias o exigencias de parte de los
públicos, aseguró en la mesa redonda ¿Informan, conforman y reforman?
Son a la vez, prosiguió,
protagonistas e intermediarios de los acontecimientos públicos; de la misma
forma en que pueden ser utilizados con criterios de arbitrariedad e
intolerancia, permiten reforzar posiciones autoritarias, y manejar contenidos
más abiertos y propositivos.
Son espejos de la realidad, espacios donde hay
opciones diversas de comunicación, por eso es importante saber en manos de
quién están. Incluso, uno de los indicadores del desarrollo cívico de una
sociedad es su capacidad para diferenciar entre unos y otros, y sus mensajes.
Al respecto, Guillermina Baena,
profesora de la FCPyS, sostuvo que la influencia de las nuevas tecnologías en
patrones de conducta de los usuarios es determinante, poco estudiada y sin
normatividad jurídica.
La cuestión, sostuvo, es que la
innovación debería servir al ser humano y ayudarlo para su bienestar, calidad
de vida y, justamente, para ser mejor; “pero se ha salido de control y empieza
a dominar el mundo”. Uno tras otro, expresó, se suceden vertiginosamente sus
avances para sorprendernos, hacernos dependientes, manipular emociones y
controlar pensamientos.
El uso de las tecnologías no es
dañino en sí, sino el abuso, la exposición prolongada a los mensajes, el efecto
imitador o la evasión de la realidad que proponen o influye en el individuo,
concluyó.
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FOTO 01.
Raúl Trejo, Dolores Muñozcano,
Alejandro Pisanty y Guillermina Baena durante las Jornadas Universitarias ¡Disculpe
Usted! El Derecho y sus Razones en la FCPyS de la UNAM.
FOTO 02
Asistentes a las Jornadas Universitarias ¡Disculpe Usted! El Derecho y sus Razones en la FCPyS de la UNAM.