06:00 hrs.  03 de Junio de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-416

Ciudad Universitaria


Patricia Escalante Pliego

 

Pie de fotos al final del boletín

RECUPERA UNAM 64 EJEMPLARES DE AVES

 

 

La Colección Nacional de Aves (CNAV), con sede en el Instituto de Biología (IB) de la UNAM, recuperó 64 ejemplares que habían pertenecido al desaparecido Museo Nacional de Historia Natural de México, gracias a la donación del investigador Robert Dickerman, del Museum of Southwestern Biology de la Universidad de Nuevo México, en Alburquerque, Estados Unidos.

 

A decir de Patricia Escalante Pliego, jefa del Departamento de Zoología del lB, en este reintegro hay cuatro piezas de carpintero imperial (Campephilus imperialis), especie endémica de México, característica de los bosques antiguos –es decir, árboles viejos en pie– de pino-encino en la Sierra Madre Occidental, la cual se presume extinta desde 1957 aproximadamente. No obstante, ”hay todavía gente que hace expediciones o las apoya para buscarlo”, afirmó.

 

Esa familia, la más grande del mundo, tiene una especie hermana, el real, que habitaba en ese tipo de hábitat del este norteamericano, que incluye también Cuba. De ella, hace cerca de un año y medio fue descubierto un individuo vivo en un refugio en Arkansas, Estados Unidos, explicó.

 

Asimismo, la donación reúne otras variedades: “Vienen dos aves rapaces, caracara comecacao (Daptrius americanus), de la que no se sabe por qué desapareció de las selvas –de tierra baja, cerca de los ríos– del sureste de nuestro país”. En la naturaleza no está extinta, persiste en Centroamérica, pero en México sí se considera probablemente perdida, dijo la también curadora de la CNAV.

 

Aparte, vienen dos ejemplares del zanate de Lerma (Quiscalus palustris), el cual es pariente del común y solamente se encontraba en las ciénagas del río que lleva ese nombre. No se conocen tampoco las causas de su declive aquí, posiblemente la tala de árboles o se les cazó; sólo quedan ejemplos disecados. Ahora, añadió, en la Colección Nacional por lo menos ya se tienen representantes, pues no los había en colecciones científicas mexicanas.

 

Otras unidades devueltas fueron tres de paloma pasajera o migratoria (Ectopistes migratorius), común en Norteamérica. De hecho, era prácticamente una plaga y se le persiguió hasta matarla. Es “el mejor ejemplo de que una ave abundante también puede ser puesta en peligro de extinción” comentó.

 

También incluye dos especímenes del perico terrestre distribuido naturalmente en Australia y Tasmania. Eran joyas de la colección, aunque no mexicanas, aseguró Escalante Pliego, pero sirve para conocerla y entender la evolución de ese grupo. Es el único linaje no mexicano de los que fueron regresados.

 

Lo que sigue, indicó la especialista, es trabajar en ellos, estudiarlos a profundidad y utilizar el ADN recabado.

 

Es importante mencionar que la CNAV es la más representativa de las especies de aves que se encuentran en territorio nacional. Se tienen “alrededor de 25 mil ejemplares, de pieles, conservados en taxidermia para estudio”, informó; unos 150 están montados y provienen de Museo Nacional de Historia Natural, fundado hace más de un siglo y que perteneció a la Dirección de Estudios Biológicos del gobierno federal.

 

La ave-fauna de nuestro país está compuesta de unas mil 60 variedades, entre ellas las hay migratorias (más de 250); el resto, son residentes. Las hay de todos los tipos: de bosque, selva, desierto, marinas, acuáticas y rapaces.

 

Estos especímenes pertenecían a acervos desmembrados entre 1961 y 1962 del Museo Nacional de Historia Natural de México, y fueron salvados de su destrucción por Allan R. Phillips y el ahora obsequiante.

 

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FOTO 1.

Patricia Escalante Pliego, jefa del Departamento de Zoología del lnstituto de Biología de la UNAM, muestra dos pájaros carpinteros imperiales recuperados por la Colección Nacional de Aves.

 

FOTO 2

La Colección Nacional de Aves del Instituto de Biología de la UNAM recuperó 64 ejemplares de aves, que fueron salvadas por estudiosos norteamericanos, recordó la investigadora Patricia Escalante.