11:00 hrs.  30  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-404

Oaxaca, Oaxaca


Jean Paul Gandolfo

Pies de foto al final del boletín

 

EMPIEZA A SER LA FOTOGRAFÍA EN BLANCO Y NEGRO UN PROCESO HISTÓRICO

 

 

Se debe aceptar que la fotografía en blanco y negro empieza a ser un proceso histórico, afirmó el especialista Jean Paul Gandolfo, al participar en las mesas de trabajo del XIV Coloquio del Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.

 

El profesor de la Ecole Nationale Superieure de Cinéma Louis Lumiére, de Francia, dijo –acompañado por la directora del IIE, María Teresa Uriarte– que desde el año 2000 el consumo de los materiales para este proceso ha disminuido de manera importante en el mundo.

 

Además, advirtió que los teléfonos celulares van a desplazar no sólo a las cámaras análogas, sino también a las digitales. Por ello, “es fundamental cuestionar acerca de la trascendencia que tienen las fotografías digitales sobre las tradicionales”.

 

En el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, el especialista francés explicó que la fotografía en blanco y negro fue destinada para procesarse en cuartos oscuros húmedos. En tanto, si bien la imagen a color todavía puede trabajarse, poco a poco desaparecerá, y será desplazada por completo por la digital.

 

Señaló que las opciones que se tienen son, por un lado, utilizar las gráficas en blanco y negro basadas en las técnicas computacionales y, por el otro, emplearlas sólo como un material histórico y exhibirlas como objeto del pasado, no como procedimiento contemporáneo.

 

Al dictar la conferencia Hacia una estética de la fotografía: el aura como materia, Laura González Flores, investigadora del IIE, comentó que toda tecnología conlleva cualidades específicas que son explotadas por los creadores, sean artistas o no.

 

El aura, concepto comodín acuñado por Walter Benjamin, no sólo tiene carácter físico, real, aprensible y descriptible, asociado a la técnica, sino que es una característica sintáctica vinculada con la apropiación del proceso por parte de una persona, autor o impresor. La calidad estética es una huella de la sensibilidad del creador, impresa en la materia física de la representación, aseguró.

 

Respecto al cambio que se observa, aseveró que se esperaría que los fotógrafos actuales puedan estar a la altura de la nueva tecnología y no sean superados por ésta, aseveró.

 

Mencionó que en sus escritos sobre fotografía, Walter Benjamin propone el concepto clave de aura para distinguir los atributos estéticos de los originales de aquellos de su época. Su escritura es enigmática cuando no poco clara. Al describirla, lo hace en términos vagos como manifestación irrepetible de la lejanía o una trama particular de espacio y tiempo.

 

El objetivo en sus textos era demostrar que un cambio tecnológico, al nivel de la estructura, transformaría los modos de expresión y consumo del arte; es decir, la superestructura. Por el contrario, apuntó, cualquier profesional que domina la práctica fotográfica sabe cómo usarla para lograr un efecto artístico.

A su vez, María Fernanda Valverde Valdés, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, aseguró que la evolución de los procesos fotográficos negativos estuvo motivada por el deseo de capturar la realidad de manera rápida, fiel y ágil, y liberar al fotógrafo de las dificultades y limitaciones técnicas implícitas en la preparación y manipulación de sus materiales fotosensibles, para permitirle concentrarse en el encuadre del sujeto.

 

En la ponencia La relación negativo-positivo en producción y estética de la fotografía, destacó que la velocidad de la toma fue uno de los factores que determinaron el éxito y vigencia de estos procedimientos. Por otro lado, la transparencia, ligereza, flexibilidad y pequeño formato también fueron características determinantes en su progreso, pues de ellas dependían la nitidez del positivo y la versatilidad de la cámara.

 

La búsqueda de estas cualidades marcó cambios tecnológicos importantes y la introducción de distintos materiales y procesos que cumplieron con ellas, aclaró.

 

Otra aspiración de los fotógrafos, admitió, fue contar con elementos listos para usarse y de fotosensibilidad conocida, previamente emulsionados a máquina; es decir, de manera industrial, que facilitaran y agilizaran su trabajo, sobre todo fuera del estudio,  detalló.

 

Reveló que los negativos que aún sobreviven dan testimonio de las distintas etapas y técnicas de la historia, y remiten a la serie de prácticas relacionadas con su forma de obtención y de las impresiones positivas que de ellos se generaron.

 

Así, resaltó, el binomio negativo-positivo, específico de cada época y obra fotográfica, difícilmente puede divorciarse sin perder su sinergia, capacidad expresiva y cualidad testimonial.

 

Por último, el especialista independiente Eric Jervaise Charles, concluyó que los procesos o técnicas fotográficas en su diversidad, más de mil 500 según la Enciclopedia de Luis Nadeau, generan visiones propias de la realidad e ideas de lo bello y lo artístico.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Asistentes al Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en Oaxaca.

 

 

FOTO 02.

 

María Teresa Uriarte y Jean Paul Gandolfo, durante el XIV Coloquio del Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

 

 

FOTO 03

 

La especialista María Fernanda Valverde Valdés dijo que la evolución de los procesos fotográficos negativos estuvo motivada por el deseo de liberar al fotógrafo de las dificultades y limitaciones técnicas.

 

 

FOTO 04

 

Laura González Flores, investigadora del IIE de la UNAM, comentó que toda tecnología conlleva cualidades específicas que son explotadas por los creadores. Le acompaña María Teresa Uriarte.