06:00 hrs.  27  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-394

Ciudad Universitaria

 

 


Javier Urbano Reyes

Pie de fotos al final del boletín

PENDIENTE, LA REFORMA MIGRATORIA DE ESTADOS UNIDOS

 

 

·        Coincidieron Javier Urbano Reyes y Martín Íñiguez Ramos, académicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

·        Se trata de una iniciativa que podía tardar en convertirse en Ley, advirtieron

·        Es una medida de carácter electoral, porque los republicanos y demócratas buscan el voto para renovar la mitad del Congreso, apuntó Martín Íñiguez

 

El hecho de que el Senado de Estados Unidos haya aprobado la reforma migratoria no significa que ésta vaya a convertirse en Ley, porque sólo se trata de una iniciativa, la cual aún será discutida en la Cámara de Representantes para después ser aprobada o rechazada por el presidente George W. Bush, afirmaron Javier Urbano Reyes y Martín Íñiguez Ramos, académicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Debe quedar claro que México no hizo nada para lograr este acuerdo y, en ese sentido, debe estar alerta porque esta reforma, que no acuerdo migratorio, está vinculada con una política pública interna e intereses específicos de la administración, recalcó Urbano Reyes. 

 

Esta iniciativa, sostuvo, hoy no representa absolutamente nada, porque hasta que se apruebe, firme y proclame el presidente norteamericano van a pasar muchos meses. Seguramente esto sucederá a fin de año.

 

La letra es sólo eso, porque en realidad en la reforma hay puntos que resultan inviables, como el asunto de la parcialidad en la regularización, la cual se reduce a cinco años comprobables. El asunto es que no se especifica qué se entendería por ello, pues en EU hay un procedimiento base que garantiza la posibilidad de normalizarse, a partir de determinados años de estancia en el país, precisó.

 

Otro tema, acotó, es el referente a la llamada selectividad para entrar a las fuerzas armadas, y esto es un chantaje, porque si busca legalizarse debe ingresar al ejército, y no es buena señal, porque se ha visto a muchos mexicanos que se les da la nacionalidad post mortem, tal y como sucedió meses posteriores a la intervención norteamericana en Irak.

 

Asimismo, este acuerdo supondría que dos o tres millones de mexicanos deban regresar a garitas fronterizas para tramitar su reingreso, lo cual es inviable, primero porque quién los va a obligar a retornar, y segundo, porque puede incrementar la industria ilegal de la migración (polleros y tráfico de documentos falsos), refirió el especialista.

 

“Hoy a la reforma no le concedería ningún tipo de valor hasta en tanto no se debata en la Cámara de Representantes, porque ahí hay la posibilidad de que surja otra propuesta y, entonces, habrá que conciliar puntos de vista”, recalcó.

 

Añadió que es un discurso para la población estadounidense. “Es un mensaje en términos de somos capaces de poner orden en este asunto y no vamos a darles más concesiones a los ilegales”.

 

Por su parte, Íñiguez Ramos consideró que esta reforma implica para México un mayor control en la frontera Norte, a través de la construcción del muro, de cerca de 600 kilómetros; así como un aumento en la vigilancia mediante la militarización, lo cual va a ocasionar más desgracias en el cruce fronterizo.

Se debe entender también que se trata de una medida de carácter electoral por parte de Estados Unidos, porque los republicanos y demócratas buscan el voto para el próximo mes de noviembre, donde se va a renovar la mitad del Congreso norteamericano tanto en la Cámara de Senadores como en la de Representantes, puntualizó.

 

Si bien, señaló, en las últimas encuestas estadounidenses, después de las marchas de abril y mayo, se observa que hay una aceptación cada vez más amplia de la reforma migratoria, eso no implica la ausencia de movimientos xenofóbicos o racistas.

 

No obstante, aseveró, siendo optimistas, podríamos pensar que en el mes de julio, cuando se reúnan las cámaras a discutir la iniciativa, podría darse una mini reforma, la cual no va a solucionar el problema, pero sí significará una respuesta a una parte de la población mexicana radicada en ese país. “Pero todo ello va a depender de cómo se den las preferencias de la población”.

 

El coordinador del Seminario de Migración Internacional del Sistema de Universidad Abierta de la FCPyS, mencionó: Si bien el gobierno ha tomado el asunto migratorio como una preocupación del sexenio, en el Plan Nacional de Desarrollo no aparece el tema de los migrantes.

 

Si fuera realmente una cuestión prioritaria hubiera apoyado a los connacionales que se manifestaron en las marchas del primero de mayo, 10 de abril y 25 de marzo, enfatizó.

 

De hecho, concluyó, ha habido un desprecio histórico del gobierno mexicano hacia los migrantes. “Se habla mucho de ellos pero no hay acciones concretas y las pocas que existen no han tenido un impacto fundamental”.

 

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FOTO 1

Javier Urbano y Martín Íñiguez, especialistas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincidieron en que la actual reforma migratoria no significa que vaya a convertirse en Ley.

 

FOTO 2.

Los profesores de la FCPyS de la UNAM Javier Urbano y Martín Íñiguez explicaron que la iniciativa de reforma migratoria será discutida en la Cámara de Representantes de EU y luego pasará al Presidente.