06:00 hrs.  26  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-391

Ciudad Universitaria


Claudio Estrada Gasca (1)

Claudio Estrada Gasca (2)

 

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USO INDISCRIMINADO DE ENERGÉTICOS PROVOCA CAMBIO DEL CLIMA

 

·        El hombre tiene que ver con el futuro del planeta, pues los energéticos que emplea tienen implicaciones globales: Claudio Estrada Gasca, director del Centro de Investigación en Energía de la UNAM

·        Carlos Gay, titular del Centro de Ciencias de la Atmósfera, explicó que desde 1880 se nota un aumento en la curva de las temperaturas globales

·        Participaron, junto con los investigadores Víctor Toledo y Cinna Lomnitz, en la mesa redonda El futuro de la Tierra, en Universum

 

La actividad humana es uno de los factores más importantes para el cambio de clima, debido a que provoca la quema de combustibles y la emisión de bióxido de carbono a la atmósfera, entre otros fenómenos, advirtieron investigadores de la UNAM, reunidos en el Teatro del Museo de las Ciencias Universum.

 

En la mesa redonda El futuro de la Tierra, como parte del ciclo Nuestro Sistema Tierra UNAM 2006, los especialistas coincidieron  en que el hábitat se ha visto afectado en los últimos cien años por el crecimiento de la población en cuatro veces; la energía, en 16; la economía, en 14; el uso del agua, en nueve, y la expulsión de bióxido de carbono, en 13 veces.

 

En este marco, Claudio Estrada Gasca, director del Centro de Investigación en Energía, refirió que el ser humano tiene que ver con el futuro del planeta, pues los energéticos que emplea tienen implicaciones globales, y su manejo es esencial para el futuro de la especie.

 

Tan es así, que los índices de crecimiento de los países se miden en términos de consumo de fuentes primarias como petróleo, gas, carbón, energía nuclear, biomasa y otras renovables; los más desarrollados precisan de mayores cantidades, pero se soslaya que  80 por ciento es fósil, es decir, hidrocarburos, y la civilización contemporánea está basada en ellos, apuntó.

 

Pero los veneros se agotarán, afirmó Estrada Gasca. Los grandes yacimientos fueron descubiertos en la década de los sesenta, y aunque se espera en un futuro una mayor detección, los geólogos indican que no serán de gran importancia.

 

Con los ritmos de producción actual se tendrá petróleo durante 40 años más; gas natural 65 y carbón 160. Tal empleo se vincula con el incremento poblacional, que hoy es de más de 6 mil millones de seres humanos, pero podría alcanzar los 20 mil millones, “lo cual sería catastrófico para el planeta”, añadió.

 

Antes del uso intensivo de esos combustibles, recordó, las civilizaciones se desarrollaron con fuentes renovables: hidráulica, biomasa, geotermia, viento y sol, que hoy son también viables. Por ejemplo, la energía solar que se recibe en 10 días sobre la Tierra equivale a todas las reservas conocidas de petróleo, carbón y gas. Esa será la fuente primaria futura, y dentro de nuestro país hay suficiente potencial en estados como Chihuahua y Sonora.

 

Hasta ahora, recalcó Claudio Estrada, México ha sido una nación petrolera, pero su uso racional podría impulsar nuevas tecnologías; pues más que veneros, tiene sol.

 

 

En tanto, Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera, explicó que desde 1880 se nota un aumento en la curva de las temperaturas globales. Ha crecido algo más de un grado en más de cien años, lo cual coincide con la revolución industrial, que arranca a mediados del siglo XIX.

 

En los núcleos de hielo de la Antártida (que reproducen los últimos 400 mil años) se observan épocas de magnitudes mayores, llamadas periodos interglaciales, o menores, denominadas glaciaciones, la última de las cuales ocurrió hace alrededor de 20 mil años, agregó.

 

La diferencia entre ambas es de sólo cinco grados. Es decir, con cinco menos “se tendría hielo hasta la mitad de Norteamérica y habría mamuts; el paisaje sería completamente diferente”. Pero con más no se sabe lo que pueda pasar, adelantó.

 

Se ha observado, expuso, que el aumento de las concentraciones de bióxido de carbono se acompaña de un incremento de calor, y las actuales son las más altas de los últimos miles de años. Esto podría estar relacionado con la fuerza de los huracanes, que en su conjunto llevan hoy el doble de energía que hace 35 años. Además, los de categoría 4 y 5 muestran un franco aumento y se han duplicado en ese mismo lapso.

 

Carlos Gay precisó que se experimentan las temperaturas globales más altas de los últimos dos mil años y para el 2100 podrían crecer entre 1.5 y casi 6 grados; lo que sería un desastre. Hasta entonces “viviremos con cambio climático; no hay modelo que indique lo contrario”.

 

A su vez, Víctor Toledo, del Instituto de Ecología, puntualizó que de los 200 mil años de existencia de los individuos de nuestra especie, 99 por ciento del tiempo transcurrió como nómadas, cazadores, recolectores y pescadores.

 

 

Hace 100 mil años el Homo Sapiens comenzó a expandirse por todos los rincones del planeta desde África, y fue hace sólo 200 años que comenzó la civilización industrial. “Si se toman los 200 mil años como el 100 por ciento de nuestra historia, los últimos 100 años representan el 0.05 por ciento; y si esos mismos fueran equivalentes a un kilómetro, al siglo XX le correspondería medio centímetro”, consideró.

 

Por su parte, Cinna Lomnitz, del Instituto de Geofísica, aseguró que México sufre por lo menos 10 desastres cada año; la mayoría son inundaciones y huracanes, y en ocasiones sismos, como el de 1985, que causan una catástrofe.

 

Año con año, señaló, los daños por esta causa se incrementan, pero ya no sólo se concentran en países emergentes, sino en naciones desarrolladas, como ocurrió el año pasado con el paso del huracán Katrina, en Nueva Orleans, Estados Unidos, concluyó.

 

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FOTO 01.

Víctor Toledo, Claudio Estrada y Carlos Gay previo a la mesa redonda El futuro de la Tierra, como parte del ciclo Nuestro Sistema Tierra UNAM 2006, en Universum de la UNAM.

 

 

FOTO 02

Claudio Estrada, Cinna Lomnitz, Víctor Toledo y Carlos Gay coincidieron en señalar, en Universum de la UNAM, que la actividad humana es uno de los factores más importantes para el cambio de clima.