Boletín
UNAM-DGCS-374
Ciudad Universitaria
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LA PROPIEDAD DEL
PETRÓLEO, SÍMBOLO NACIONAL
En México es
necesario considerar que la propiedad del petróleo es un símbolo nacional, por
lo que se deben buscar soluciones que permitan el avance en el orden jurídico y
económico en torno a los hidrocarburos, afirmó Diego Valadés, director del
Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Su intervención se
dio en el marco de la inauguración del Seminario Internacional Integración
Energética en América del Norte, vis á vis América del Sur: Regulación y
Geopolítica, el cual fue organizado por esta entidad y el Centro de
Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
En ese marco, Diego
Valadés expresó que hoy se puede hablar de un sistema institucional mexicano
más vigorizado en comparación al de 1938, cuando ocurrió la expropiación
petrolera, y desde esa perspectiva cabría sugerir que se modificara el régimen
constitucional de los hidrocarburos en el país. Sin embargo, aclaró, ésta es
una tendencia que está a discusión.
Abundó que además
de las realidades jurídicas y económicas, las naciones tienen otros aspectos
importantes que deben ser considerados: las grandes figuras y “en este caso hay
incluso, una simbología constitucional que difícilmente admite su derogación o
modificación”.
Los emblemas, entre
ellos también el escudo y el himno nacional, son elementos idiosincráticos que
acaban por definir el perfil de una cultura, “y en el país debemos considerar
que la propiedad nacional del petróleo es ya un símbolo”.
Por ello, insistió
en reflexionar los aspectos metajurídicos y extraeconómicos que son los de
naturaleza representativa, los cuales en ningún caso se pueden relegar cuando
se busca encontrar soluciones para un problema tan complejo como el de los
energéticos.
A su vez, Hernán
Salas Quintanal, secretario académico de la Coordinación de Humanidades,
destacó la importancia del Seminario, cuyos aportes pueden traducirse en propuestas
de políticas públicas que contribuyan al beneficio del país.
Consideró que será
de gran valía conocer con precisión los indicadores de consumo y los de la
demanda actual y potencial, que permitan ver claramente las posibilidades y
caminos para acercarse a la “autosuficiencia” en el largo plazo, las garantías
de suministro, los ritmos de explotación, las posibilidades de impulsar el
desarrollo en ciertos renglones prioritarios, así como las características y
modalidades de los convenios internacionales para asegurar tales propósitos.
En materia
ambiental, dijo, se debe tener presente la responsabilidad y capacidades
nacionales para gestionar los recursos y desplegar la investigación y los
conocimientos para impulsar las tecnologías de energía limpia y renovable.
En ese renglón,
apuntó, la Universidad, junto con otras instituciones nacionales y extranjeras,
lleva a cabo proyectos para identificarlas con precisión e imprimirles un mayor
impulso.
Resaltó que las
políticas energéticas son temas que tienen una importancia primordial para el destino de la humanidad, ya que
están estrechamente relacionados con el análisis de la disponibilidad en este
ámbito.
En su oportunidad,
el director del CISAN, José Luis Valdés Ugalde, expuso que dos proyectos de
integración se enfrentan en el continente americano: el primero bajo el
liderazgo de Estados Unidos y el segundo encabezado por Venezuela, Brasil,
Argentina y Bolivia. En términos económicos, abundó, ambos son de gran
importancia.
A finales del 2004,
reveló, América del norte tenía reservas
convencionales de crudo del orden de los 40 mil millones de barriles, o
aproximadamente el 3 por ciento del total mundial. En lo que respecta a las
reservas de gas éstas fueron para el mismo año del orden de los 295 billones de pies cúbicos o cerca de un 5 por
ciento del global.
En ese periodo,
ejemplificó, Norteamérica consumió 24 millones de barriles diarios, lo
cual representa el 29 por ciento de la
demanda mundial.
Respecto a América
del sur, subrayó que su importancia
económica y política no es menor, ya que mediante la integración
energética se promueve el crecimiento de América Latina.
“En términos de
recursos su relevancia no es poca, tanto en materia de gas natural (4.2 por
ciento del total mundial en el 2002) como en petróleo, por la participación de
la producción venezolana como fuente de suministro al mercado petrolero
estadounidense y en el total del orbe”, apuntó.
Señaló la propuesta
de construcción de un gasoducto que atravesará y abastecerá a varios países,
cuyo costo oscilará en 17 y 20 mil millones de dólares.
A futuro, dijo,
América del sur tendrá un lugar
protagónico en la escena energética mundial no sólo por el desarrollo de sus
recursos naturales, sino también por los procesos de cambio que se registran en
esta región que acaparan la atención mundial.
Concluyó que aunque
los mercados petroleros son diferentes a los que existían hace 30 años, han
revivido el mismo tipo de preocupaciones y temas que surgieron con el embargo
petrolero y dos explosiones de precios en la década de los años 70 y
prinicipios de los 80. Hoy en día se ha vuelto prioritario redefinir las
estrategias de seguridad energética, una de cuyas opciones es, precisamente, la
integración.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
José Luis Valdés,
Diego Valadés y Hernán Salas previo a la inauguración del Seminario
Internacional Integración Energética en América del Norte, vis á vis América
del Sur: Regulación y Geopolítica, en la UNAM.
FOTO 02
Rosio Vargas, Jose Luis Valdés, Hernán Salas, Diego Valadés y Víctor Rodríguez en la puesta en marcha de un Seminario Internacional sobre energéticos, en la UNAM.