13:40 hrs.  19  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-373

Ciudad Universitaria

 

 

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NECESARIA,  LA VOLUNTAD PARA REPLANTEAR EL PROBLEMA DE LA DEMOCRACIA

 

·        Afirmó Pablo González Casanova, investigador emérito de la UNAM, quien agregó que se deben abordar las grandes cuestiones sociales

·        Los cambios en México en el campo de la democracia electoral han impactado en otras áreas de la vida política, destacó Jacqueline Peschard, profesora de la FCPyS

·        Fue el primer científico social que analizó al país en su conjunto, enfatizó el especialista Rodolfo Stavenhagen

·         Participaron en la mesa redonda La democracia en México de Pablo González Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación

 

Si se quiere replantear el problema de la democracia en México o en otra parte del mundo, se necesita conservar la voluntad de conocer, porque si no se dejaría fuera la corrupción, terrorismo o la desestructuración de los vínculos sociales, afirmó Pablo González Casanova, emérito del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

 

En ese sentido –recalcó al participar en la mesa redonda La democracia en México de Pablo González Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación, moderada por Rosalba Casas Guerrero, directora del IIS–, se debe buscar no quedarse en cuestiones poco significativas o pequeñas, y abordar las grandes problemáticas sociales; ese es el principal reto.

 

El ex rector de esta casa de estudios consideró: “Las Ciencias Sociales hoy no pueden cumplir su papel como antes, ahora deben hacerlo con una adaptación especial, porque la actitud que tomen en la crítica de la sociedad contemporánea, debe ser distinta a la forma de fundamentar lo que se dice”.

 

Por ello, sostuvo, se requiere replantear el quehacer como investigadores sociales, porque en un momento tan crítico como éste, desde el punto de vista del discurso político, se enfrenta a un problema de mentiras institucionales de orden global, como la falsificación de estadísticas.

 

Hoy, a los jóvenes se les enseña a hacer Ciencias Sociales funcionales al desarrollo de la empresa privada, pase lo que pase e independientemente de las consecuencias, alertó en el evento realizado en el marco del ciclo Pensar y hacer la democracia: perspectivas y comparativas.

 

Se debe buscar una democracia que sea significativa para la solución de problemas elementales. Es necesario recobrar la paciencia y la serenidad, para poder hablar con la mayor objetividad posible sobre las cuestiones nacionales y sobre los actores sociales que se deben construir para enfrentar un mundo en el cual, si bien es incierto el futuro, hay la posibilidad de resolver las dificultades actuales, dijo.

 

En su oportunidad, Jacqueline Peschard, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), aseguró que la preocupación del autor, de enfocar su reflexión en la democracia en México, resultó visionaria en más de un sentido.

 

Hace 40 años, refirió, hubiera sido difícil imaginar los grandes cambios que experimentaría el país en materia de derechos políticos y en la constitución de un espacio público plural y competido.

 

La nación vivió una larga y accidentada transición que culminó en el 2000, al pasar la gran prueba de fuego de la alternancia en la presidencia, y probó que existían ya normas y procedimientos capaces de hacer que los votos se contaran bien, abundó.

 

Los cambios que se lograron en el campo de la democracia electoral son notables y han impactado en otras áreas de la vida política del país. La pluralidad y la competencia han transformado el sistema de partidos y hoy el multipartidismo moderado hace aparecer como lejano el esquema de sistema de partido hegemónico que subsistió durante más de 50 años, subrayó.

 

Sin embargo, destacó, uno de los mayores desafíos que enfrenta la joven democracia mexicana, es cómo procesar eficientemente esa pluralidad para asegurar que se puedan impulsar las políticas públicas que se requieren.

 

A su vez, Jean Francois Prud’homme, investigador de El Colegio de México, indicó que se trata de un libro que en cada uno de sus capítulos plantea dificultades. “La teoría no se utiliza para producir más teoría ni tampoco para construir un sistema explicativo general, sirve más bien para identificar dilemas y paradojas, que llevan a la formulación de más preguntas y a la invitación para realizar más investigaciones sobre los problemas identificados a partir de la investigación misma”.

 

La Ciencia Política, en su proceso de especialización, ha perdido mucho al haber dejado el diálogo con la Sociología. En ese sentido, la mayoría de los estudios sobre la transición a la democracia tienen poco sustento sociológico, se infieren cosas sobre lo que ha pasado en las sociedades latinoamericanas en los últimos 25 años, pero esos hechos se documentan poco y en ellos se evalúan todavía menos los efectos de esas transformaciones, comentó.

 

Ese diálogo entre dichas disciplinas está presente en La democracia en México, es algo que se aprecia y tiene repercusiones, en por lo menos dos tipos de discusiones actuales: lo relacionado con los efectos de la desigualdad y la movilidad social sobre el comportamiento político, acotó.

 

Hoy, manifestó, la democracia en América plantea de manera clara y rigurosa un ir y venir entre niveles abstractos y concretos, una agenda de problemas teórico-científicos que siguen siendo fundamentales, no sólo para entender la verdad de la democracia en México, sino también para hacer de ella una realidad más acabada.

Por su parte, Julio Labastida, investigador del IIS, mencionó: “Ayer cuando Pablo Casanova escribió su libro, se encargó de mostrar que no se tenía democracia y denunció la posición vergonzante de la clase política y sus ideólogos, de no reconocer su carácter ficticio, que le servía para poner una barrera, la cual impedía ver los verdaderos problemas del país y hacer lo necesario para resolverlos”.

 

Para desenmascarar esa posición, expresó, González Casanova comparó la estructura jurídica formal con la constitución real del poder, y describe un fuerte régimen presidencial centrado en un partido predominante y una red corporativa que cubre la parte de la sociedad integrada.

 

A lado de ésta, agregó, está el sector mayoritario de la población, particularmente los indígenas, como resultado de un fenómeno que denomina colonialismo interno, por estar en una posición de subordinación, explotación y destrucción.

 

Para este autor, esa estructura de poder se explica y se sustenta en un contexto internacional desfavorable para la construcción de una nación mexicana, y para el desarrollo económico por la expansión capitalista, aclaró.

 

Hoy, puntualizó, la fuerte desigualdad que persiste limita las posibilidades de integrar a la población marginada e incluso favorece su incremento. 

 

En su intervención, Rodolfo Stavenhagen, profesor e investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, recordó que cuando se publicó el libro de Pablo González Casanova, en 1965, “fue un verdadero parteaguas en el conocimiento del país y en los enfoques que se estaban utilizando en las Ciencias Sociales para el análisis de la realidad social”.

 

Resaltó que en este texto el autor hace un análisis de los de arriba y los de abajo; los incluidos y los excluidos; los poderosos y los que carecen de poder; los dominadores y los dominados, particularmente referido a los pueblos indígenas en México.

 

González Casanova fue el primer científico social del área de Sociología, quien analiza la nación en su conjunto, con materiales que tradicionalmente venían de los antropólogos y que, salvo algunas excepciones, no habían pasado del análisis de comunidad o local, detalló.

 

Con ello, enfatizó, abrió una serie de vetas para la investigación, las cuales se han seguido desde hace 40 años, tanto en México como en otras partes de América Latina.

 

Más tarde, Francisco Weffort, investigador de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, aseveró que el libro de González Casanova es en gran medida un reflejo del desarrollo del pensamiento social y sociológico.

 

Releyendo esta obra hoy día, uno se da cuenta de la fragilidad de las democracias como organizaciones institucionales y sociales. Habla de los grandes temas de la conformación de América; la democracia y sus paradojas; así como de su fuerza en el desarrollo, pero a la vez sus debilidades, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01

 

Rodolfo Stavenhagen, Francisco Weffort, Jacqueline Peschard, Rosalba Casas Guerrero y Pablo González Casanova en la mesa redonda La democracia en México de Pablo González Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación, efectuado en la UNAM.

 

 

FOTO 02.

 

Pablo González Casanova, miembro emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, afirmó que se requiere replantear el quehacer como investigadores sociales.

 

 

FOTO 03

 

Rodolfo Stavenhagen, Jacqueline Peschard y Rosalba Casas brindaron un homenaje a  Pablo González Casanova, investigador emérito de la UNAM, por los más de 40 años de su libro La democracia en México.