Boletín
UNAM-DGCS-373
Ciudad
Universitaria
NECESARIA, LA VOLUNTAD PARA REPLANTEAR EL PROBLEMA DE LA DEMOCRACIA
·
Afirmó Pablo González Casanova, investigador
emérito de la UNAM, quien agregó que se deben abordar las grandes cuestiones
sociales
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Los cambios en México en el campo de la
democracia electoral han impactado en otras áreas de la vida política, destacó
Jacqueline Peschard, profesora de la FCPyS
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Fue el primer científico social que analizó al
país en su conjunto, enfatizó el especialista Rodolfo Stavenhagen
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Participaron en la mesa redonda La democracia en México de Pablo
González Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación
Si se quiere
replantear el problema de la democracia en México o en otra parte del mundo, se
necesita conservar la voluntad de conocer, porque si no se dejaría fuera la
corrupción, terrorismo o la desestructuración de los vínculos sociales, afirmó
Pablo González Casanova, emérito del Instituto de Investigaciones Sociales
(IIS) de la UNAM.
En ese sentido –recalcó
al participar en la mesa redonda La democracia en México de Pablo González
Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación, moderada por Rosalba
Casas Guerrero, directora del IIS–, se debe buscar no quedarse en cuestiones
poco significativas o pequeñas, y abordar las grandes problemáticas sociales;
ese es el principal reto.
El ex rector de
esta casa de estudios consideró: “Las Ciencias Sociales hoy no pueden cumplir
su papel como antes, ahora deben hacerlo con una adaptación especial, porque la
actitud que tomen en la crítica de la sociedad contemporánea, debe ser distinta
a la forma de fundamentar lo que se dice”.
Por ello, sostuvo,
se requiere replantear el quehacer como investigadores sociales, porque en un
momento tan crítico como éste, desde el punto de vista del discurso político,
se enfrenta a un problema de mentiras institucionales de orden global, como la
falsificación de estadísticas.
Hoy, a los jóvenes
se les enseña a hacer Ciencias Sociales funcionales al desarrollo de la empresa
privada, pase lo que pase e independientemente de las consecuencias, alertó en
el evento realizado en el marco del ciclo Pensar y hacer la democracia:
perspectivas y comparativas.
Se debe buscar una
democracia que sea significativa para la solución de problemas elementales. Es
necesario recobrar la paciencia y la serenidad, para poder hablar con la mayor
objetividad posible sobre las cuestiones nacionales y sobre los actores
sociales que se deben construir para enfrentar un mundo en el cual, si bien es
incierto el futuro, hay la posibilidad de resolver las dificultades actuales,
dijo.
En su oportunidad,
Jacqueline Peschard, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
(FCPyS), aseguró que la preocupación del autor, de enfocar su reflexión en la
democracia en México, resultó visionaria en más de un sentido.
Hace 40 años,
refirió, hubiera sido difícil imaginar los grandes cambios que experimentaría
el país en materia de derechos políticos y en la constitución de un espacio
público plural y competido.
La nación vivió una
larga y accidentada transición que culminó en el 2000, al pasar la gran prueba
de fuego de la alternancia en la presidencia, y probó que existían ya normas y
procedimientos capaces de hacer que los votos se contaran bien, abundó.
Los cambios que se
lograron en el campo de la democracia electoral son notables y han impactado en
otras áreas de la vida política del país. La pluralidad y la competencia han
transformado el sistema de partidos y hoy el multipartidismo moderado hace aparecer
como lejano el esquema de sistema de partido hegemónico que subsistió durante
más de 50 años, subrayó.
Sin embargo,
destacó, uno de los mayores desafíos que enfrenta la joven democracia mexicana,
es cómo procesar eficientemente esa pluralidad para asegurar que se puedan
impulsar las políticas públicas que se requieren.
A su vez, Jean
Francois Prud’homme, investigador de El Colegio de México, indicó que se trata
de un libro que en cada uno de sus capítulos plantea dificultades. “La teoría
no se utiliza para producir más teoría ni tampoco para construir un sistema
explicativo general, sirve más bien para identificar dilemas y paradojas, que
llevan a la formulación de más preguntas y a la invitación para realizar más
investigaciones sobre los problemas identificados a partir de la investigación
misma”.
La Ciencia
Política, en su proceso de especialización, ha perdido mucho al haber dejado el
diálogo con la Sociología. En ese sentido, la mayoría de los estudios sobre la
transición a la democracia tienen poco sustento sociológico, se infieren cosas
sobre lo que ha pasado en las sociedades latinoamericanas en los últimos 25
años, pero esos hechos se documentan poco y en ellos se evalúan todavía menos
los efectos de esas transformaciones, comentó.
Ese diálogo entre
dichas disciplinas está presente en La democracia en México, es algo que se
aprecia y tiene repercusiones, en por lo menos dos tipos de discusiones
actuales: lo relacionado con los efectos de la desigualdad y la movilidad
social sobre el comportamiento político, acotó.
Hoy, manifestó, la
democracia en América plantea de manera clara y rigurosa un ir y venir entre
niveles abstractos y concretos, una agenda de problemas teórico-científicos que
siguen siendo fundamentales, no sólo para entender la verdad de la democracia
en México, sino también para hacer de ella una realidad más acabada.
Por su parte, Julio
Labastida, investigador del IIS, mencionó: “Ayer cuando Pablo Casanova escribió
su libro, se encargó de mostrar que no se tenía democracia y denunció la
posición vergonzante de la clase política y sus ideólogos, de no reconocer su
carácter ficticio, que le servía para poner una barrera, la cual impedía ver
los verdaderos problemas del país y hacer lo necesario para resolverlos”.
Para desenmascarar
esa posición, expresó, González Casanova comparó la estructura jurídica formal
con la constitución real del poder, y describe un fuerte régimen presidencial
centrado en un partido predominante y una red corporativa que cubre la parte de
la sociedad integrada.
A lado de ésta,
agregó, está el sector mayoritario de la población, particularmente los
indígenas, como resultado de un fenómeno que denomina colonialismo interno, por
estar en una posición de subordinación, explotación y destrucción.
Para este autor,
esa estructura de poder se explica y se sustenta en un contexto internacional
desfavorable para la construcción de una nación mexicana, y para el desarrollo
económico por la expansión capitalista, aclaró.
Hoy, puntualizó, la
fuerte desigualdad que persiste limita las posibilidades de integrar a la
población marginada e incluso favorece su incremento.
En su intervención,
Rodolfo Stavenhagen, profesor e investigador del Centro de Estudios
Sociológicos de El Colegio de México, recordó que cuando se publicó el libro de
Pablo González Casanova, en 1965, “fue un verdadero parteaguas en el
conocimiento del país y en los enfoques que se estaban utilizando en las
Ciencias Sociales para el análisis de la realidad social”.
Resaltó que en este
texto el autor hace un análisis de los de arriba y los de abajo; los incluidos
y los excluidos; los poderosos y los que carecen de poder; los dominadores y
los dominados, particularmente referido a los pueblos indígenas en México.
González Casanova
fue el primer científico social del área de Sociología, quien analiza la nación
en su conjunto, con materiales que tradicionalmente venían de los antropólogos
y que, salvo algunas excepciones, no habían pasado del análisis de comunidad o
local, detalló.
Con ello, enfatizó,
abrió una serie de vetas para la investigación, las cuales se han seguido desde
hace 40 años, tanto en México como en otras partes de América Latina.
Más tarde,
Francisco Weffort, investigador de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, aseveró
que el libro de González Casanova es en gran medida un reflejo del desarrollo
del pensamiento social y sociológico.
Releyendo esta obra
hoy día, uno se da cuenta de la fragilidad de las democracias como
organizaciones institucionales y sociales. Habla de los grandes temas de la
conformación de América; la democracia y sus paradojas; así como de su fuerza
en el desarrollo, pero a la vez sus debilidades, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Rodolfo
Stavenhagen, Francisco Weffort, Jacqueline Peschard, Rosalba Casas Guerrero y
Pablo González Casanova en la mesa redonda La democracia en México de Pablo
González Casanova, celebrando más de 40 años de su publicación, efectuado en la
UNAM.
FOTO 02.
Pablo González
Casanova, miembro emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM,
afirmó que se requiere replantear el quehacer como investigadores sociales.
FOTO
Rodolfo
Stavenhagen, Jacqueline Peschard y Rosalba Casas brindaron un homenaje a Pablo González Casanova, investigador
emérito de la UNAM, por los más de 40 años de su libro La democracia en México.