Boletín
UNAM-DGCS-371
Ciudad Universitaria
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COLABORA
INVESTIGADOR DE LA UNAM EN DESCUBRIMIENTO DEL ORIGEN DE ESTALLIDOS VIOLENTOS, EN 4 GALAXIAS
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William Henry Lee, del Instituto de Astronomía,
dijo que la distancia típica de los destellos cortos a la Tierra es de cerca de
tres mil millones de años luz
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Comentó que es tal la energía que expulsan
estos eventos, que en diez segundos liberan la misma cantidad que el Sol en
toda su vida
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El hallazgo fue publicado en la revista
Astrophysical Journal, la más importante a nivel internacional, en materia de
astronomía
·
Brinda importantes datos que ayudarían a confirmar
algunas predicciones de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein
Un grupo
internacional de astrónomos, en el que participa William Henry Lee, del
Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, descubrió y estudia cuatro galaxias
que hospedan objetos donde se originan destellos de rayos gamma cortos (DRG),
altamente energéticos.
En conferencia de
prensa, el astrónomo universitario explicó que hay dos tipos de emisiones de
rayos gamma que pueden ser captadas: cortas y largas. Estas últimas son
originadas por el colapso de estrellas masivas, pero hasta la fecha no se tiene
respuesta de cuál es la causa de las cortas.
Por ello, las
investigaciones realizadas en colaboración con científicos de universidades del
extranjero, revelan que la causa de la emisión de los rayos gamma cortos es la
colisión de estrellas de neutrones o la captura de una de ellas por un agujero
negro, lo que brinda importantes datos que ayudarían a confirmar algunas
predicciones de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein.
Subrayó que una
estrella de neutrones es la ceniza de otra relativamente masiva, es decir diez
veces la masa del Sol. Al término de su vida, estos objetos se colapsan y en
cuestión de segundos comprimen el núcleo (más o menos al tamaño de la Tierra).
Eso va ligado a una explosión de supernova y lo que queda del núcleo compactado
es una estrella de neutrón.
Henry Lee comentó
que es tal la energía que expulsan estos eventos, que en diez segundos liberan
la misma cantidad que el Sol en toda su vida (10 mil millones de años).
Indicó que estos
fenómenos liberan tanta energía que es posible observarlos a enormes
distancias: la típica de los destellos cortos es como de tres mil millones de
años luz de la Tierra, es decir, uno de esos eventos sucedió en ese mismo lapso
y ahora se ve su radiación.
El científico del
IA reveló que a finales de 2005 se detectó el destello más lejano que se haya
visto hasta la fecha, lo cual lo hizo el objeto más distante observado. Se
suscitó cuando el universo “estaba en pañales”, pues tenía 900 millones de
años. Actualmente cuenta con 14 mil millones.
Aseveró que por la
cantidad de energía que liberan los destellos se han investigado sus
consecuencias. Por ejemplo, si el Sol se convirtiera en una estrella de rayos
gamma, “lo cual no sucederá”, evaporaría la atmósfera.
Esto significa que
son galaxias viejas, y que las estrellas que contienen están, por lo general,
en las últimas etapas de su existencia. La cuarta está en un punto intermedio
de su vida, pues contiene tanto estrellas viejas como otras formadas
recientemente, añadió.
Mencionó que su
participación en este descubrimiento, además de contribuir con una pieza más en
el rompecabezas de la evolución y destino del universo del cual formamos parte,
subraya la relevancia, calidad y competitividad de la investigación científica
de frontera que se realiza en la UNAM, las aportaciones que hace la institución
al conocimiento universal, y la consolidación de su prestigio en la comunidad
científica internacional.
El grupo de
astrónomos que hizo el hallazgo está encabezado por J.X. Prochaska, del
Observatorio Keck de la Universidad de California y del Instituto de Tecnología
de California. El descubrimiento se reporta en el número de 10 de mayo de la
revista internacional Astrophysical Journal.
Por su parte, José
de Jesús Franco, director del IA, subrayó que Henry Lee es uno de los expertos
mundiales en la evolución de sistemas de estrellas colapsadas, y el modelo que
él presentó es considerado estándar en la literatura especializada.
Afirmó que todos
los desarrollos tecnológicos que están saliendo de la ciencia puedan tener
nichos específicos en diferentes industrias, lo que falta es contar con
infraestructura capaz de aprovechar estos desarrollos, para ponerlos al
servicio de la sociedad.
Comentó que en los
últimos 80 años se ha empezado a utilizar el cosmos como un laboratorio en
donde se pueden hacer investigaciones que, de otra manera, en la Tierra sería
impensable llevar a cabo.
Los destellos de
rayos gamma (GRB, del inglés Gamma Rays Bursts) se descubrieron en los años
sesenta, y desde entonces han sido observados por varios satélites (los rayos
gamma no penetran la atmósfera de la Tierra, por lo que deben ser observados
con instrumentos colocados por encima de ella).
Estos destellos
duran solamente unos cuantos segundos, pero la radiación es sumamente
energética (su longitud de onda es inconcebiblemente pequeña, de una mil
millonésima de metro, una dimensión menor que un átomo). Además de las
dificultades técnicas para detectarlos,
hay que agregar que no hay manera de predecir en qué región del cielo van a
surgir estos eventos.
Todos los destellos
de rayos gamma son sucesos breves. No obstante, se subdividen en largos (si
duran más de dos segundos) y cortos (si duran menos). Esta división puede
parecer arbitraria pero está basada en las características de la radiación
observada.
En el otoño de 2004
la NASA puso en órbita el satélite Swift, el más sofisticado detector de
destellos de rayos gamma, y equipado también con detectores de rayos X y
radiación visible, para identificar la contraparte de esas emisiones a otras
longitudes de onda.
Tiene un doble
funcionamiento: puede abarcar una gran zona de observación cuando surge un
destello de rayos gamma, y entonces, en menos de un minuto, automáticamente
cierra su campo de observación y se coloca en la dirección en donde se detectó
el DRG, obteniendo así una posición más exacta de dónde ocurrió el evento.
Desde el mes de
mayo del año pasado un grupo internacional de astrónomos, del que forma parte
William Henry Lee, del Instituto de Astronomía de la UNAM, había venido
“cazando” estos DRG de corta duración, tratando de indagar en qué dirección del
cielo y cuáles son los objetos de donde surgen.
El primer evento,
en mayo de 2005, permitió identificar lo que ellos llaman la “galaxia madre”, o
progenitora del objeto astronómico fuente del destello de rayos gamma.
En este mes de
mayo, están reportando las características de las cuatro primeras galaxias
progenitoras de los objetos fuente de los DRG, resultando ser fundamentalmente
distintas a las galaxias que albergan los objetos fuente de los de larga
duración. Se encuentran también a grandes distancias de la Tierra (miles de
millones de años luz) pero en promedio menores a las que albergan los destellos
largos.
La revista
Astrophysical Journal –fundada en 1895– es la más importante a nivel
internacional, dedicada a la difusión de los más recientes desarrollos, descubrimientos
y teorías relacionados con la astronomía y la astrofísica. Muchos de los
hallazgos más relevantes del siglo XX fueron dados a conocer a través de esta
publicación.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
William Henry
Lee, del Instituto de Astronomía de la UNAM, participa en el grupo
internacional que descubrió cuatro galaxias, donde se originan destellos de
rayos gamma altamente energéticos.
FOTO 02
José de Jesús Franco
y William Henry Lee, de la UNAM, explicaron el descubrimiento de cuatro
galaxias que hospedan objetos donde se originan destellos de rayos gamma
cortos, altamente energéticos.
FOTO 03.
Los
investigadores de la UNAM José de Jesús Franco y William Henry Lee
explicaron que el descubrimiento de
cuatro galaxias donde se originan destellos energéticos ayudaría a confirmar la
Teoría de la Relatividad.