12:00 hrs.  18  de Mayo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-370

Ciudad Universitaria

 

 

 

 

LA UNAM PRESENTÓ HOY EN LA ONU EL INFORME DE EVALUACIÓN INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

 

 

José del Val, director del Programa Universitario México, Nación Multicultural (PUMC) de la UNAM, presentó hoy en el marco de la Quinta Sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, el resumen ejecutivo del Informe de Evaluación del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo 1995-2004.

 

El universitario dio a conocer el documento junto con Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz; Nina Pacari, ex canciller de Ecuador y miembro del Foro Permanente; Myrna Cunningham, del Pacto del Pedregal, y Andrea Carmen, representante de la tribu yaqui.

 

El PUMC fue designado como responsable para llevar adelante la elaboración de dicho Informe, además del desarrollo de un modelo de seguimiento y evaluación, con indicadores culturalmente adecuados, del Segundo Decenio 2005-2014, en coordinación con la Comisión de Seguimiento del Pacto del Pedregal, elegida por líderes indígenas.

 

Cabe recordar que con el auspicio de dicho Programa de la Universidad Nacional y la Fundación Rigoberta Menchú, 25 representantes de pueblos originarios de América se reunieron del 10 al 12 de octubre de 2004 y redactaron la Declaración de Tepoztlán sobre el Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo 1995-2004; posteriormente surgió el Pacto del Pedregal, documento que le asignó tareas fundamentales al PUMC.

 

El Informe de Evaluación señala que este ejercicio constituye para los pueblos indígenas una tarea impostergable, especialmente ante la proclamación de un nuevo Decenio para el periodo 2005-2014.

 

Además subraya que la continuidad es un claro indicador de la trascendencia que el tema ha cobrado en la agenda internacional, pero también la necesidad de cumplir tareas fundamentales inacabadas, revertir procesos históricos de desigualdad y exclusión, y generar y consolidar nuevas relaciones sociales, económicas, políticas y culturales entre pueblos originarios, sociedades nacionales y Estados aún reticentes a cumplir los compromisos contraídos.

 

También exhorta a los pueblos indígenas, gobiernos de los Estados miembros, al sistema de Naciones Unidas e Interamericano, organismos de cooperación internacionales, universidades y Organizaciones No Gubernamentales, a consolidar conquistas tales como el Foro Permanente para Cuestiones Indígenas, la continuidad del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas y el nombramiento del Relator Especial para los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los Indígenas.

 

El documento enfatiza, asimismo, los modestos logros en materia de cooperación, la persistencia de conflictos en las regiones étnicas, y la pobreza y la desigualdad que erosionan las condiciones de vida de las comunidades autóctonas.

 

Finalmente, acentúa la importancia de la asociación entre las metas del Decenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, planteada en el seno de la ONU y aceptada por la gran mayoría de los Estados miembro.

 

El Informe aborda las siguientes cuestiones: Los pueblos indígenas de América a finales del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI; Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe en el Decenio 1995-2004; y la Evaluación del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo 1995-2004.

 

Asimismo, incluye la Declaración de Tepoztlán. Después de la década de los pueblos indígenas. Recuentos y horizontes, donde se consignan recomendaciones para los sistemas de Naciones Unidas e Interamericano, los Estados, universidades y los propios pueblos indígenas.

 

En el primer rubro figura que la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas sea adoptada por la Asamblea General de la ONU, y que sus órganos atiendan las peticiones en materia de administración de justicia por el Relator Especial.

 

Además, que se convenga con los gobiernos de los Estados miembros la generación de información censal, armonizando los instrumentos demográficos con indicadores culturalmente adecuados, entre otros.

 

En el Sistema Interamericano, sugiere que la Organización de Estados Americanos, en su próxima Asamblea proclame el Decenio de los Pueblos Indígenas de América, exigir la creación de un Foro Permanente de los Pueblos Indígenas, así como la discusión y aprobación de una Declaración Americana de sus derechos, entre los temas más relevantes.

 

Para los Estados resalta las recomendaciones sobre la instrumentación de procedimientos para recopilar, sistematizar y difundir información estadística desagregada sobre estas comunidades; asimismo la creación de un espacio para el diálogo y acción entre gobiernos y etnias en los países del área.

 

En el caso de las universidades, llama a impulsar el desarrollo de enfoques interculturales de carácter transversal en docencia, investigación, difusión y vinculación; que aseguren el acceso de jóvenes indígenas a la educación superior, al eliminar barreras de exclusión, y crear Centros regionales de Excelencia.

 

En el caso de los propios pueblos indígenas destaca la consolidación de las conquistas logradas durante el primer Decenio, y que su participación activa constituya la máxima garantía para el cumplimiento de los objetivos planteados.

 

 

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