Boletín
UNAM-DGCS-317
Ciudad Universitaria
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final del boletín
PRODUCE
CONTAMINACIÓN DESEQUILIBRIOS EN LOS CICLOS BIOGEOQUÍMICOS
La actividad contaminante
produce desequilibrios en los ciclos biogeoquímicos, lo que puede llegar a
provocar reacciones de consecuencias impredecibles para la biosfera y, por
tanto, para el conjunto del planeta, afirmó Álvaro Osornio Vargas, colaborador del Programa Universitario
de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM.
Con ello, advirtió al dictar la conferencia Polvo en
el viento en el Museo de las Ciencias Universum, existe la
amenaza para un desarrollo sustentable, que pueda garantizar la vida en
condiciones adecuadas a las generaciones futuras.
Osornio Vargas sostuvo que una atmósfera contaminada puede dañar la salud de los individuos y afectar la vida de plantas y animales. Pero, además, los cambios en la composición química de la atmósfera pueden modificar el clima y producir lluvia ácida o destruir el ozono.
Este fenómeno tiene un origen fundamentalmente
humano, señaló el doctor en investigación biomédica. Ejemplo de ello es el
Distrito Federal y la zona conurbada, una de las urbes más grandes del planeta,
que por su actividad genera mucho polvo y polución en el viento.
Esas
partículas pueden dañar los cromosomas y afectar el ácido desoxirribonucleico
(ADN). Eso podría explicar por qué al respirar durante muchos años esos
compuestos se podría “desarrollar cáncer en el pulmón. Porque tienen la
capacidad de vulnerar el material genético”, subrayó Osornio Vargas.
El investigador universitario dijo que la
contaminación atmosférica puede incidir tanto a escala global como local, y lo
producido por acción del ser humano se agrava por causas naturales.
Aunque se desconoce el total de tóxicos en el
entorno y la forma como actúan, un buen número de ellos está perfectamente
identificado, así como la forma de interferir con el medio y los efectos que
producen, apuntó.
Explicó que el aire que se respira tiene gases
o materias sólidas o líquidas de tamaño suficiente llamados partículas. Muchas
de ellas llegan desde el espacio exterior; de hecho, el que la vida se haya
dado en la Tierra es gracias a que éstas arribaron desde el cosmos.
Detalló que las emisiones a la
atmósfera tienen lugar en forma de gases, vapores y polvos, así como de
diversas formas de energía; los tóxicos quedan suspendidos y producen la
degradación del entorno.
Esa capa ha tenido una
evolución desde el inicio de la consolidación del planeta, reiteró el
investigador, quien aseguro que desde su interior han emanado los fluidos que
la forman y a lo largo de su historia ha tenido importantes cambios. La
aparición de la vida ha sido gracias a los procesos en ese ambiente.
Ciertamente es esencial para
la existencia, por lo que sus alteraciones tienen una gran repercusión en el
hombre y otros seres vivos y, en general, para todo el globo. Es un medio
complejo y la situación se hace todavía más complicada de estudiar cuando se le
añaden emisiones de origen humano en grandes cantidades, enfatizó.
Ahora, expuso, los investigadores estudian qué
hace el polvo en el viento que se inhala para alterar los cromosomas, y
entender por qué a los infantes que viven en ciudades contaminadas les puede
dar asma, por ejemplo.
Se ha encontrado que hace más daño a los niños
pobres. Luego entonces se debe pensar que la desigualdad social juega un papel
importante en las enfermedades, aunque éstas provengan de la suciedad del
ambiente, señaló.
Si bien el polvo en el viento ayudó a generar
la vida en la Tierra, cuando se tiene en demasía se afectan los mecanismos de
defensa. Por lo tanto, concluyó, el camino que nos queda es disminuir su
concentración.
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FOTO 01.
La contaminación
puede provocar reacciones de consecuencias impredecibles para la biosfera y el
conjunto del planeta, afirmó Álvaro Osornio, del Programa Universitario de
Medio Ambiente de la UNAM.
FOTO 02
El investigador
de la UNAM Álvaro Osornio Vargas dictó la conferencia Polvo en el viento en el
Museo de las Ciencias Universum.