Boletín
UNAM-DGCS-292
Ciudad
Universitaria
Carlos Gay |
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Se ha calentado de 0.5 a 0.6 grados en los
últimos cien años, afirmó Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la
Atmósfera de la UNAM
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Ello representa alrededor del 10 por ciento
de lo que se calentó en cien mil años, dijo
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Ambrosio Velasco, director de la FFyL,
reconoció la necesidad de que las ciencias naturales y las sociales interactúen
cada vez más, sin excluir a las humanidades
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Participaron en la inauguración del ciclo de
conferencias “Clima y agricultura de México”, organizado por el Colegio de
Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras
La Tierra padece hoy las temperaturas
más elevadas de los últimos mil años, ya que se ha calentado de 0.5 a 0.6
grados en el siglo anterior, señaló Carlos Gay García, director del Centro de
Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Por ello, advirtió, es indispensable
actuar de inmediato, planear un horizonte a 50 años, y pasar de una cultura de
respuesta a otra de prevención. No es factible esperar a decir, dentro de medio
siglo, que desapareció algún organismo, que el turismo en tal región se fue a
pique o que 14 millones más de mexicanos debieron emigrar al agotarse los
campos.
En el Salón de Actos de la FFyL, dijo
que las temperaturas actuales son las más elevadas de los últimos mil años, con
escenarios para el próximo siglo que van de 1.5 hasta casi seis grados de
manera global. Además, las concentraciones de bióxido de carbono (CO2) en la
atmósfera son las más altas registradas en los últimos 420 mil años.
Carlos Gay indicó que los modelos
climáticos obedecen a la cantidad de gases de efecto invernadero lanzados al
entorno. Pero ello depende del modelo de desarrollo seguido. “No es lo mismo un
futuro basado en el consumo de energía fósil, que otro que recurre a las
renovables”.
El director del CCA comentó que en el
futuro las emisiones de CO2 se
sujetarán a cómo evolucione el crecimiento del planeta y por ende, de nuestro
país.
Recordó que, por ejemplo, en el polo sur
los glaciares han disminuido su tamaño de manera constante en los últimos años,
mientras que Groenlandia pierde alrededor de 150 kilómetros cúbicos de hielo
cada 12 meses.
El hielo y la nieve son excelentes
reflectores de radiación solar; es decir, cuando esta emanación arriba al
planeta y encuentra estos elementos, es reflejada y escapa al espacio. Pero si
ambos empiezan a menguar o desaparecer, la superficie la absorbe, refirió.
El peor de los escenarios es un proceso
de calentamiento como el que quizá ocurrió en Venus, donde se llegaría a una
temperatura de 700 grados centígrados en la superficie y sin vida humana,
añadió.
Puntualizó que en este periodo, los de
categoría uno disminuyeron de forma ligera, y los de dos y tres no presentan
una tendencia clara. No obstante, los más fuertes y peligrosos –niveles cuatro
y cinco– se duplicaron.
Por su parte, Ambrosio Velasco Gómez,
director de la FFyL, reconoció la necesidad creciente de que las ciencias
naturales y sociales interactúen cada vez más, pero sin excluir a las
humanidades.
Además, comentó, es indispensable que
estas últimas, en sus reflexiones epistemológicas, éticas y políticas, se
involucren cada vez más con los problemas urgentes del mundo, uno de los cuales
es el clima, afectado de manera cada vez más drástica por la actividad
productiva del hombre y su relación con la naturaleza.
Al inaugurar el encuentro académico,
Velasco Gómez consideró que el desarrollo de la tecnología y de las
tecnociencias en el siglo XX, y lo que se prevé para el XXI, establece un nexo
inédito del ser humano con su entorno.
Antes, los problemas éticos se
planteaban en vínculo con las acciones del individuo, pero no se consideraban
en torno a la natura. “Estamos en una situación, en la que no podemos evitar la
reflexión filosófica y ética sobre la relación del hombre y su medio ambiente”,
porque se incide causalmente en él, en particular sobre el clima.
El director de la FFyL aseveró que los
estudios de geografía en la Facultad son medulares por varias razones, entre
otras porque representa una verdadera carrera interdisciplinaria entre
humanidades, ciencias naturales y ciencias sociales.
Este ciclo, concluyó, representa una
gran oportunidad para promover los análisis sobre distribución, medio ambiente
y su efecto en la sustentabilidad de la vida, el desarrollo económico y social;
porque se convierte en un referente fundamental de la comprensión del hombre y
su mundo.
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FOTO 1
José Santos
Morales, Carlos Gay, José Manuel Espinoza, Ambrosio Velasco, Tatiana Sule y
Claudia Lucotti durante la inauguración del ciclo “Clima y agricultura de
México”, en la FFyL de la UNAM.
FOTO 2.
Ante el
calentamiento que padece el planeta, Carlos Gay, director del Centro de
Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, consideró indispensable pasar de una
cultura de respuesta a otra de prevención.
FOTO 3
El científico de la UNAM Carlos Gay reconoció que las concentraciones actuales de bióxido de carbono en la atmósfera son las más elevadas que se han registrado en los últimos 420 mil años.