Boletín
UNAM-DGCS-275
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
NECESARIO DESARROLLAR MÁS
LAS CAPACIDADES DE MÉDICOS FAMILIARES
·
Consideró Francisco Javier Gómez Clavelina,
integrante del Departamento de Medicina Familiar de la Facultad de Medicina de
la UNAM
·
Ello, a pesar de que son base de la
cobertura primaria con más de 70 por ciento de las consultas
·
El también vicepresidente de la IFPCRN
expuso que la práctica hospitalaria se ha basado en buscar la manera de
recuperar la salud y no de velar por ella para prevenir enfermedades
El
actual modelo de atención a la salud no da cabida al desarrollo de todas las
capacidades de los médicos familiares, quienes son base de la cobertura
primaria con más de 70 por ciento de las consultas, y de estar capacitados para
diagnosticar más de 80 por ciento de las enfermedades más frecuentes en la
población.
Así
lo consideró Francisco Javier Gómez Clavelina, integrante del Departamento de
Medicina Familiar de la Facultad de Medicina de la UNAM, y vicepresidente de la
Federación Internacional de Redes de Investigación en Atención Primaria a la
Salud (IFPCRN, por sus siglas en inglés), quien añadió que esa especialidad es
cimiento del cuidado sanitario en el país.
Recordó
que una parte de la población tiene derecho a los servicios del ISSSTE, IMSS y
Secretaría de Salud. Cuando una persona se siente mal el primer paso es ir a
consulta a las unidades de medicina familiar. De ahí, si fuera necesario, son
derivados a hospitales de segundo o tercer nivel.
Sin
embargo, sostuvo, la práctica hospitalaria se ha basado en socorrer a los
pacientes y buscar la manera de recuperar su vigor, lo cual ha resultado en un
sistema costoso en muchos sentidos. “A través de la evaluación de riesgos se ha
identificado que debe velarse por la salud de la gente, además de brindar
atención a los enfermos”.
Se
busca actuar antes de que se manifiesten las dolencias, prevenirlas o
detectarlas en etapas iniciales, cuando es más fácil erradicarlas. Este esquema
permite el seguimiento integral de los individuos y sus familias, para que
mantengan su fortaleza y en consecuencia, una mejor calidad de vida, señaló.
“Si de
forma habitual atiendo en mi consultorio a una paciente en edad reproductiva,
tengo la obligación profesional de detectar si puede o no desarrollar cáncer
cervicouterino mediante la prueba de Papanicolau. De ser así, con una operación
sencilla puedo quitar el mal y el costo de la atención es bastante bajo”,
refirió.
Pero si
ese procedimiento no se realiza y sólo se sigue la consulta rutinaria, al paso
de los años podría desencadenar una neoplasia avanzada que requeriría enviarla
no sólo al ginecólogo, sino al oncólogo, además de costosos estudios de
gabinete y laboratorio. En el peor de los casos podría fallecer, advirtió.
Así, la
medicina familiar y la atención primaria de la salud están estrechamente
ligadas, dijo Francisco Gómez. Esa especialidad se identifica en todo el mundo
como eje sustancial, porque tiene la oportunidad de otorgar cuidado completo a
cada ser y su núcleo, y remediar los episodios de dolencias manifestadas.
En
México existen poco más de 20 mil facultativos de este tipo. En opinión del
galeno no hacen falta más, sino un modelo que favorezca las actividades para
las que han sido capacitados.
Durante
su residencia de tres años, ese especialista es capacitado en áreas troncales
como urgencias, medicina interna, pediatría, ginecobstetricia e, incluso,
cirugía. “Muchas veces se cree que un médico general es análogo del familiar,
cuando éste último está mejor capacitado”. Sin embargo, indicó, una vez
terminada su formación no tiene acceso al trabajo en el hospital, “porque se
estima que ahí sólo tienen cabida especialistas en otras áreas”.
También,
opinó, hace falta desarrollarla como disciplina académica. Pero a diferencia de
otros expertos, cuyo campo se reduce a un órgano o sistema del cuerpo, atienden
no sólo a una parte del organismo, sino a individuos inmersos en sus familias,
en un contexto social, cultural y económico específico. Se trata de un área
compleja por su amplitud de acción.
El
trabajo del médico familiar, abundó Gómez Clavelina, es 100 por ciento clínico
y la investigación debe basarse en la práctica. Para realizar proyectos de
impacto es necesario trabajar en conjunto con otros expertos, y así “probar
modelos basados en la evaluación de riesgos y de tratamiento para los problemas
de salud”.
Para ello, el universitario y un grupo de científicos de todo el mundo
formaron la International Federation of Primary Care Research Networks, una
estrategia que ha permitido generar conocimiento con costos mínimos, de gran
utilidad e impacto, informó.
Francisco
Gómez recordó que hace un par de décadas se comenzaron a crear redes de
investigación en atención primaria, las cuales persiguen salvar costos, y
contar con grupos tan grandes de servicio a pacientes, que lo tamaños de
muestra favorezcan que sus resultados sean generalizables.
Así
se visualizó en 2001, en Durban, Sudáfrica, en una reunión donde representantes
de 11 países fundaron la IFPCRN, un enlace mundial que reunió a redes locales
de regiones como Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico.
En
América Latina, mencionó, la medicina familiar tiene diversos grados de avance.
En nuestro país, Chile, Cuba, Argentina, Brasil y Venezuela son quienes más han
avanzado en el área. Pero otros, debido
a la situación política y económica no se ha podido desarrollar adecuadamente
estos esquemas.
El
también web master de la IFPCRN concluyó: “Esperamos que a partir de México, de
la UNAM, se dé el liderazgo de la región en esta importante área y que, sobre
todo, se promueva la investigación”, finalizó.
--o0o--
FOTO 01
Francisco Javier Gómez Clavelina, de
la Facultad de Medicina de la UNAM, habló sobre los desafíos del médico
familiar en los sistemas de salud de México y el mundo.
FOTO 02.
La medicina familiar y la atención primaria de la
salud están estrechamente ligadas, dijo el investigador de la UNAM Francisco
Gómez.