Boletín
UNAM-DGCS-272
Ciudad Universitaria
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LA TERCERA PARTE DE LOS CUERPOS FREÁTICOS DEL PAÍS ESTÁN CONTAMINADOS
·
Advirtió Rosario Pérez Espejo, del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM
·
Por esta razón el problema del agua en México no es de escasez, sino de
calidad, argumentó
·
De acuerdo a especialistas ganadería y agricultura son actividades que
contribuyen y generan profundos grados de polución, dijo
La
tercera parte de los cuerpos freáticos del país están contaminados, lo cual permite
afirmar que el problema del agua en México no es de escasez, sino de calidad.
De hecho, advirtió Rosario Pérez Espejo, del Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc) de la UNAM, la contaminación podría ser la causa de
insolvencia en el abasto.
En
ese sentido, comentó que hay quienes consideran que la ganadería y agricultura
contribuyen y generan profundos grados de polución. Incluso, estudios
realizados por diferentes instancias internacionales, como las organizaciones
para la Agricultura y la Alimentación, y la Cooperación y el Desarrollo
Económico, han concluido que la actividad agrícola es la principal causa de
deterioro de los mantos hídricos.
Pérez Espejo insistió en que la
siembra es una labor con enorme importancia en dicho enturbiamiento y, a pesar
de ello, las medidas para revertir sus efectos han sido limitadas en el mundo y
en el territorio nacional son inexistentes.
Aún
así, agregó, se señala que la agricultura, deforestación y mal manejo de la
basura son responsables de gran cantidad de contaminación del agua superficial
y subterránea. Sin embargo, ello no se puede afirmar, porque no hay suficiente
información al respecto.
La
especialista habló de la necesidad de llevar a cabo análisis de carácter
multidisciplinario, que sienten las bases para el establecimiento de una
política ambiental para las labores agrarias, toda vez que en México no todos
los usuarios están obligados a cumplir con la normatividad sobre descargas de
vertidos residuales.
Hay
estudios dispersos de cómo dañan los agroquímicos un cuerpo hídrico en
específico; pero son pocos y acotados, pues no se conocen las fuentes de
propagación. Se tiene un periodo corto de observación y aún no se percibe bien
el problema, indicó Pérez Espejo.
En
el ámbito local la investigación sobre el tema es exigua. Se cuenta apenas con
una red de monitoreo que detecta algunas sustancias básicas, dijo, pero no se
sabe nada de metales pesados y patógenos.
Aseveró
que en México no hay normatividad para las descargas agrícolas; es decir, no están
reguladas ambientalmente. El productor puede llevar a cabo las prácticas
agropecuarias que desee. No hay ninguna regla y, sin embargo, esta actividad es
una de las principales causas de daño de los veneros.
“Contaminación
de suelo es también del agua, porque en algún momento las partículas llegan a
los cuerpos freáticos, aunque se tienen mantos acuíferos enturbiados no
solamente por descargas de la agricultura, sino por otras cuestiones”, refirió
Rosario Pérez.
En los países desarrollados, el paquete tecnológico para los cultivos
de riego y de temporal es prácticamente el mismo: el agua es un excelente
conductor que dispersará los fertilizantes y agroquímicos utilizados, así como
los volúmenes residuales y estiércoles de la ganadería, apuntó.
La economista
universitaria precisó que los principales contaminantes que genera el sector
agropecuario son nutrientes, pesticidas, sedimentos, turbiedad, minerales y
patógenos. Por ello, la investigadora demandó establecer instrumentos de
política económica para esta actividad, a fin de reducir y controlar el
fenómeno.
Rosario
Pérez Espejo señaló que esos elementos pueden dañar los mantos freáticos por
escurrimiento. Es decir, cuando la lluvia y el agua de riego que no penetran en
el suelo actúan como transporte de tóxicos de los campos de cultivo a los
cuerpos superficiales. Por filtración, cuando los nutrientes y químicos de los
fertilizantes van directamente al agua del subsuelo a través de hoyos, ranuras,
poros y fisuras, o por pozos mal construidos.
Además,
añadió, por lixiviación, movimiento de fluidos perturbados a través del suelo
por infiltración de lluvia, hielo que se funde o agua de riego.
Desde
el punto de vista de la economía, la contaminación ambiental es una
“externalidad” provocada generalmente en el área de la producción; son costos
que no asume quien afecta, sino quien recibe el daño. Para que el primero
“internalice” los efectos ambientales de su actividad, es necesaria la
intervención de la autoridad, que lo hace mediante la política ambiental,
concluyó Pérez Espejo.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
Rosario Pérez
Espejo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, advirtió que la
tercera parte de los cuerpos freáticos del país ya están altamente afectados.
FOTO 02
Los principales
contaminantes que genera el sector agropecuario son nutrientes, pesticidas,
sedimentos, turbiedad, minerales y patógenos, señaló la investigadora de la
UNAM Rosario Pérez Espejo.