06:00 hrs.  12  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-272

Ciudad Universitaria 


Rosario Pérez Espejo

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LA TERCERA PARTE DE LOS CUERPOS FREÁTICOS DEL PAÍS ESTÁN CONTAMINADOS

 

·        Advirtió Rosario Pérez Espejo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

·        Por esta razón el problema del agua en México no es de escasez, sino de calidad, argumentó

·        De acuerdo a especialistas ganadería y agricultura son actividades que contribuyen y generan profundos grados de polución, dijo

 

La tercera parte de los cuerpos freáticos del país están contaminados, lo cual permite afirmar que el problema del agua en México no es de escasez, sino de calidad. De hecho, advirtió Rosario Pérez Espejo, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, la contaminación podría ser la causa de insolvencia en el abasto.

 

En ese sentido, comentó que hay quienes consideran que la ganadería y agricultura contribuyen y generan profundos grados de polución. Incluso, estudios realizados por diferentes instancias internacionales, como las organizaciones para la Agricultura y la Alimentación, y la Cooperación y el Desarrollo Económico, han concluido que la actividad agrícola es la principal causa de deterioro de los mantos hídricos.

 

Pérez Espejo insistió en que la siembra es una labor con enorme importancia en dicho enturbiamiento y, a pesar de ello, las medidas para revertir sus efectos han sido limitadas en el mundo y en el territorio nacional son inexistentes.

Aún así, agregó, se señala que la agricultura, deforestación y mal manejo de la basura son responsables de gran cantidad de contaminación del agua superficial y subterránea. Sin embargo, ello no se puede afirmar, porque no hay suficiente información al respecto.

 

La especialista habló de la necesidad de llevar a cabo análisis de carácter multidisciplinario, que sienten las bases para el establecimiento de una política ambiental para las labores agrarias, toda vez que en México no todos los usuarios están obligados a cumplir con la normatividad sobre descargas de vertidos residuales.

 

Hay estudios dispersos de cómo dañan los agroquímicos un cuerpo hídrico en específico; pero son pocos y acotados, pues no se conocen las fuentes de propagación. Se tiene un periodo corto de observación y aún no se percibe bien el problema, indicó Pérez Espejo.

 

En el ámbito local la investigación sobre el tema es exigua. Se cuenta apenas con una red de monitoreo que detecta algunas sustancias básicas, dijo, pero no se sabe nada de metales pesados y patógenos.

 

Aseveró que en México no hay normatividad para las descargas agrícolas; es decir, no están reguladas ambientalmente. El productor puede llevar a cabo las prácticas agropecuarias que desee. No hay ninguna regla y, sin embargo, esta actividad es una de las principales causas de daño de los veneros.

 

“Contaminación de suelo es también del agua, porque en algún momento las partículas llegan a los cuerpos freáticos, aunque se tienen mantos acuíferos enturbiados no solamente por descargas de la agricultura, sino por otras cuestiones”, refirió Rosario Pérez.

 

En los países desarrollados, el paquete tecnológico para los cultivos de riego y de temporal es prácticamente el mismo: el agua es un excelente conductor que dispersará los fertilizantes y agroquímicos utilizados, así como los volúmenes residuales y estiércoles de la ganadería, apuntó.

 

 

 

La economista universitaria precisó que los principales contaminantes que genera el sector agropecuario son nutrientes, pesticidas, sedimentos, turbiedad, minerales y patógenos. Por ello, la investigadora demandó establecer instrumentos de política económica para esta actividad, a fin de reducir y controlar el fenómeno.

 

Rosario Pérez Espejo señaló que esos elementos pueden dañar los mantos freáticos por escurrimiento. Es decir, cuando la lluvia y el agua de riego que no penetran en el suelo actúan como transporte de tóxicos de los campos de cultivo a los cuerpos superficiales. Por filtración, cuando los nutrientes y químicos de los fertilizantes van directamente al agua del subsuelo a través de hoyos, ranuras, poros y fisuras, o por pozos mal construidos.

 

Además, añadió, por lixiviación, movimiento de fluidos perturbados a través del suelo por infiltración de lluvia, hielo que se funde o agua de riego.

 

Desde el punto de vista de la economía, la contaminación ambiental es una “externalidad” provocada generalmente en el área de la producción; son costos que no asume quien afecta, sino quien recibe el daño. Para que el primero “internalice” los efectos ambientales de su actividad, es necesaria la intervención de la autoridad, que lo hace mediante la política ambiental, concluyó Pérez Espejo.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01.

 

Rosario Pérez Espejo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, advirtió que la tercera parte de los cuerpos freáticos del país ya están altamente afectados.

 

 

FOTO 02

 

Los principales contaminantes que genera el sector agropecuario son nutrientes, pesticidas, sedimentos, turbiedad, minerales y patógenos, señaló la investigadora de la UNAM Rosario Pérez Espejo.