06:00 hrs.  11  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-271

Ciudad Universitaria 


Selma González Serratos

Pie de fotos al final del boletín

 

 

MÁS QUE UN ASUNTO BIOLÓGICO, LA SEXUALIDAD OBEDECE A PROCESOS SOCIOCULTURALES

 

·        Afirmó Selma González Serratos, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM

·        A los varones se les educa para ser trabajadores, proveedores y fuertes; a las niñas a ser delicadas y se les prepara para la maternidad, dijo

·        La cultura y la sociedad marcan las pautas del comportamiento sexual que se espera, estila, requiere y exige, refirió

 

Más que un asunto biológico, la sexualidad individual en la sociedad occidental contemporánea es un proceso sociocultural. Si bien cuando los niños nacen tienen una anatomía definida, con anterioridad surgen cuestiones sobre lo que se espera de ellos, afirmó Selma González Serratos, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

 

La especialista indicó que a partir de ese momento, a los varones se les educa para ser trabajadores, proveedores y fuertes; en cambio a las niñas se les enseña a ser delicadas y se les prepara para la maternidad.

 

Explicó que la cultura y la sociedad marcan las pautas del comportamiento sexual que se espera, estila, requiere y exige. De ahí surgen las cuestiones de género, y se les pedirá actuar de acuerdo con lo establecido.

 

 

 

Así, aseveró, empieza un proceso social que consiste en la instalación de la sexualidad –que afianza cuestiones de tipo genético, de desarrollo gonadal y cerebral–, como elemento vital de la maduración psicológica, emocional y social de cualquier persona.

 

En los menores este fenómeno representa la adquisición de su propia identidad, es decir, “ser María o Pedro, usar cierto tipo de ropa o ejercer  determinados juegos dependiendo de si es niño o niña. Así es como se vive desde el género”, subrayó.

 

La cultura espera que esas figuras se adopten con comportamientos específicos y, en ese sentido, los patrones van encaminados hacia la heterosexualidad y la búsqueda de la reproducción. Si bien, aclaró, los niños no piensan en esta cuestión, sí tienen una parte erótica placentera, la cual está vetada por ideologías morales y religiosas.

 

En nuestra sociedad, dicha satisfacción es sólo para los adultos, pues los infantes no pueden vivir o sentir goces corporales; no obstante, son altamente sensuales y cuando se habla de ello no sólo se refiere a los genitales, sino a disfrutar la comida y batirse, correr, sentir el aire, gritar con gozo, “dormir bien rico, estirarse sabroso, reírse a carcajadas”; es decir, complacerse con todo lo que pueden hacer con los sentidos, detalló.

 

Para la mayor parte de los pequeños, el terreno de la erotización consiste en sentir grato al frotarse los peluches en la cara, acariciarse, chuparse el dedo, abrazarse; es decir, tocarse como una experiencia sensorial-motriz, la cual es parte de su sexualidad, enfatizó.

 

Ahora bien, acotó, los menores llegan a sus órganos reproductores, al descubrir que hay una sensación gustosa, y pueden incluso tener orgasmos; no obstante, lo hacen de manera espontánea y no porque sean precoces; aún así, es un comportamiento todavía más vetado.

 

Ciertamente hay chicos sobresexualizados, enfocados a manosear genitales, a hurgarse y explorar a otros. En este caso se puede pensar en alguna cuestión de abuso o exposición a materiales sexualmente explícitos o pornográficos, aclaró.

 

 

En un desarrollo considerado normal en esta etapa, los niños descubren diferentes aspectos, los repiten, viven y pasan a otra experiencia, no se aferran a ese asunto, puntualizó. En ese sentido, llegar a la genitalidad no es malo si no es una conducta obsesiva, porque la masturbación es parte del reconocimiento del cuerpo, es saber que por este medio pueden producirse sensaciones sexuales agradables.

 

De hecho, detalló, esa parte del comportamiento hace que el infante conforme su esquema corporal de manera más integrada y así, también se va a cimentar la identidad. 

 

Sin embargo, en nuestra cultura esto se ha eliminado, se le ha visto desde el pecado y se les prohíbe, aunque a veces a los hombres se les tolera un poco más porque es parte de su ser varón, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01.

 

Al momento de nacer los niños ya tienen presencia anatómica, entonces aparecen cuestiones sociales y culturales, indicó Selma González Serratos, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

La cultura y la sociedad marcan las pautas del comportamiento sexual que se espera, estila, requiere y exige en las personas, recalcó la académica de la UNAM, Selma González Serratos.