06:00 hrs.  10  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-268

Ciudad Universitaria 


Jorge González

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VIVE DESPOBLAMIENTOZONA CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

 

·        Afirmó Jorge González, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM

·        No obstante, dijo, esta zona sigue siendo la de mayor densidad en toda la capital del país

·        A últimas fechas se ha prohibido la construcción hacia la periferia a fin de alentar el retorno hacia el centro, con lo que se ha estabilizado el fenómeno de expulsión, señaló

 

A partir de la década de los 90 la zona centro de la Ciudad de México ha vivido un fenómeno de despoblamiento, al reducir el número de habitantes y los espacios destinados a vivienda en esa región, señaló Jorge González Sánchez, investigador del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM.

 

Sin embargo, aclaró, ello no significa que las casas-habitación desaparezcan, sino que se ha registrado un amplio proceso de cambio de usos de suelo, mediante el cual los espacios residenciales han pasado a ser para comercio o servicios. Esta situación “se presenta, de manera general, en las grandes urbes”.

 

Agregó que también, gran parte de las moradas en renta que existían en la ciudad, tuvieron una ubicación central. Tal característica facilitó el cambio de ocupación o giro y la rápida adaptación a otras necesidades.

 

 

En tanto, indicó, el mercado formal para población de ingresos altos y muy altos, se mantuvo estática, sin cambios o con modificaciones mínimas, que revelan estabilidad. Es decir, no hubo incremento en la construcción de nuevas edificaciones.

 

González Sánchez mencionó que aunque se sigue vaciando la zona centro, ésta es la de mayor densidad en toda la capital. Es decir, nunca se llegará “a la situación que atraviesan diversas metrópolis de Estados Unidos, en donde por la noche desaparece toda la población de la parte central porque esa área se destina para oficinas, comercios o servicios. Eso nunca ocurrirá en el Distrito Federal, porque es otra la dinámica y lógica que imperan aquí”.

 

En diversos países estas regiones parecen marginadas porque a esas horas, al estar semidesiertas, mucha gente que no tiene donde dormir llega a ellas para pernoctar. Ahí puede proliferar la delincuencia, violencia y drogadicción, y no es factible el tipo de efectos que ello provoca a la Ciudad de México, reveló.

 

Comentó que ese no parece ser el destino de nuestro Centro Histórico, por el contrario. Antes del inicio de su transformación, el espectáculo era sombrío, por las noches en los espacios del comercio informal había gran cantidad de basura, lo que provocaba que mucha gente fuera a buscar comida y proliferara el desorden. Pero con los planes emprendidos esa tendencia se ha ido revirtiendo.

 

Jorge González, quien desarrolla el proyecto “Regionalización habitacional de la Ciudad de México”, recordó que a últimas fechas las políticas oficiales han prohibido la construcción hacia la periferia a fin de alentar el retorno hacia el centro, con lo que se ha estabilizado el fenómeno de expulsión. Si bien la tendencia subsiste ya no se presenta de forma tan marcada como en años anteriores.

 

Además, se ha permitido un “boom” inmobiliario en delegaciones, como Benito Juárez o Miguel Hidalgo, lo cual es evidente en colonias como Del Valle y Nápoles. Aún falta un estudio que analice el impacto de esta normatividad sobre la metrópoli, observó.

 

 

Explicó que las disposiciones modificaron el patrón de ensanchar la mancha urbana. Es decir, si se continuaba hacia los suburbios, ello implicaría dotarlos de luz, agua, ampliar redes de drenaje y servicios. Por el contrario, donde ya existiesen sería más fácil adaptarlos para incrementar su capacidad.

 

Reveló que hay muchas ciudades, incluso de Latinoamérica, como Buenos Aires, Sao Paulo y Río de Janeiro, cuyas zonas centrales son distintas a las mexicanas. Ello se debe, sobre todo, a que en nuestro país no se ha explotado el desarrollo vertical, y aunque comienza a haber edificios con cierta altura, ello no se ha explorado.

 

Tal situación se debe, en cierta medida, a que hay una normatividad que establece la obligación de que todo edificio de más de cinco niveles cuente con elevador; por lo que quienes invierten en el mercado inmobiliario, sólo los hacen de cuatro niveles. Sin embargo, dijo, deberían responder a la demanda.

 

Así, recalcó el especialista, las disposiciones han buscado aprovechar la infraestructura de la ciudad, para evitar mayores gastos. No obstante, el problema radica en las dinámicas generadas, como el encarecimiento del suelo. Además, la emigración continúa, y si antes eran grupos de miles de personas los que llegaban a ocupar un espacio, ahora es de tipo hormiga.

 

Jorge González sostuvo que durante su investigación, una de las dinámicas que se identificaron fue que en los años 90 el mayor crecimiento demográfico citadino se dio en los espacios con las peores condiciones de vivienda; es decir, donde tanto el drenaje como el agua no estaban cubiertos al ciento por ciento, y los materiales para  techos y pisos no eran los más óptimos.

 

Durante años el modelo de crecimiento de la Ciudad de México fue extenderse hacia sus límites, por lo que grandes extensiones se incorporaron de manera irregular, sin que hubiera una planeación total sobre ellas. Muchas eran ejidos que se vendían a pesar de que lo prohibía la ley, enfatizó.

 

 

El ejemplo más claro fue el Valle de Chalco-Solidaridad. Además, detalló, los conglomerados hacia el norte, oriente y poniente presentaron la misma dinámica. Sin embargo, los desarrollos recientes, como Ixtapaluca y Tecamac, en el Estado de México, están más controlados, relacionados con el mercado formal de vivienda y con las empresas dedicadas a esa actividad. Hoy la gente no ocupa un espacio sin pavimento, agua o luz, sino que llegan a un lugar que cuenta con esos servicios.

 

Por otro lado, las distancias cada vez hacen más caótica la ciudad. Ello provoca que la calidad de vida de las personas no sea la adecuada, y esto tiende a complicarse aún más. “Los problemas de tráfico serán mayores conforme pase el tiempo, sobre todo porque no hay alternativas de transporte rápido y eficiente”, concluyó el especialista universitario.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 1

 

Jorge González, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, informó que en años recientes el despoblamiento del centro de la ciudad se ha estabilizado.

 

 

FOTO 2.

 

En los 90 el mayor crecimiento demográfico citadino se dio en los espacios con las peores condiciones de vivienda, reveló el geógrafo de la UNAM Jorge González.