06:00 hrs.  10  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-267

Ciudad Universitaria 

María del Consuelo Gómez

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EN MÉXICO, AUMENTA LA MIGRACIÓN INTRAMUNICIPAL E INTERESTATAL DE ADULTOS MAYORES  DE 65 AÑOS

 

·        La falta de empleo y de oportunidades para subsistir han provocado dicho fenómeno, advirtió María del Consuelo Gómez, del Instituto de Geografía de la UNAM

·        Cada año se registran en México 58 mil migrantes municipales (al interior del estado) y  88 mil estatales (entre entidades)

·        Si no se toman las medidas necesarias, en el futuro podría constituirse en un grave problema, señaló

 

La migración de personas mayores de 65 años de una entidad o de un municipio a otro ha aumentado de forma notable en las últimas décadas, debido a la falta de empleo y oportunidades para subsistir que afecta a varias regiones del país, advirtió María del Consuelo Gómez Escobar, del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM.

 

Informó que de acuerdo con datos del censo de población en 2000, el total de personas con más de seis décadas que cambiaron de lugar de residencia en el mismo estado, es decir, migrantes intermunicipales, fue de 58 mil casos y de 88 mil más de quienes lo hicieron entre entidades.

 

Ambos rubros suman el dos por ciento de los migrantes nacionales intermunicipales e interestatales. Si bien es una cifra baja en comparación con los 400 mil jóvenes que cada año abandonan México para ir a Estados Unidos, también plantea múltiples escenarios.

 

Apuntó que tan sólo los viajantes internacionales sexagenarios sumaron 10 mil personas. Muchos de ellos deben pagar renta y sus jubilaciones no les alcanzan para comer, atender sus problemas de salud y vestir. Además, agregó, tienen problemas de discapacidad física o mental y en consecuencia han perdido su autonomía, ha disminuido su adaptabilidad a las personas, familiares y a su entorno, o son dependientes sociales y económicos. Por lo que “se van a convertir en problemas sociales si en este momento no se comienza a atenderlos”.

 

Señaló que contrario a lo que se pensaba, de que el Estado de México y el Distrito Federal eran los principales receptores de migración del interior de la República, en los últimos años han ocupado los primeros lugares en expulsión de emigrantes ancianos hacia otros estados, con 9 mil y 18 mil sujetos respectivamente.

 

No obstante, añadió, estas jurisdicciones también registran una fuerte movilidad entre municipios y delegaciones, como la Ciudad de México con un flujo interno de alrededor de 12 mil personas, Estado de México 7 mil 500, y Jalisco 6 mil.

 

Gómez Escobar destacó que otras entidades que registran el mismo fenómeno son Veracruz, Morelos, Nuevo León y Baja California.  Los migrantes consideran que ahí encontrarán mayores facilidades para subsistir, porque mucha de esa gente desea laborar, ya sea en una oficina o emprender algún pequeño negocio, o como vendedores ambulantes o en servicios como la jardinería; además de que muchos tienen familiares en los lugares a donde van.

 

Explicó que los problemas que generan pueden ser tanto financieros como sociales, porque “si los jóvenes no pueden conseguir una fuente de trabajo estable, las personas mayores de 65 años con menor razón van a encontrarla”. Ello propicia que ingresen a la informalidad.

 

Además, a veces en donde viven no hay asilos, por lo que crean zonas de marginación; y donde hay casas hogares para ancianos prefieren no ir o se escapan de ellos, detalló.

 

 

María del Consuelo Gómez comentó que ahora se debe analizar si estos miles de desplazados al abandonar su lugar de residencia lo hacen solos o con algún familiar, o si migran hacia la vivienda de algún pariente que los apoye.

 

Puntualizó que este tipo de estudios son importantes y revelan la falta de estadísticas para conocer con mayor profundidad nuestros propios retos, sobre todo los de envejecimiento, que ya se tienen encima.

 

Admitió que si bien por el momento no genera una situación tan apremiante como la de países desarrollados, “si no se toman las medidas adecuadas, se va a convertir en un fuerte problema social para la salud, vivienda e instituciones que se encarguen de atenderlos, además de lo económico”.

 

De hecho, en el país hay pocos geriatras y gerontólogos reconocidos que puedan auxiliarlos, pues su volumen se incrementa cada vez más, debido en gran medida a que la base de la pirámide de 0 a 4 años de edad disminuye y los que quedan arriba precisan cuidar su estado de salud, con todo y que las instituciones del sector tienen muchos problemas y la medicina privada es cara, aclaró.

 

Por ello, se requieren más trabajos para ver quién necesita ayuda, y al mismo tiempo dar mayores programas de asistencia, orientación o educativos, porque los más marginados, al recibir la pensión, a veces gastan sus recursos para ayudar a sus parientes. En todo caso, la migración nunca se va a detener, pero estos proyectos sí podrían mitigar sus consecuencia, finalizó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 1.

 

La falta de empleo y oportunidades ha provocado el incremento de movilidad de las personas mayores de 65 años, advirtió María del Consuelo Gómez Escobar, del Instituto de Geografía de la UNAM.

 

 

FOTO 2

 

El Estado de México y el DF se han convertido en expulsores de emigrantes de 65 años y más hacia otros estados, reveló Consuelo Gómez, geógrafa de la UNAM.