06:00 hrs.  9  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-265

Ciudad Universitaria 


Roberto Meli Piralla

Pie de fotos al final del boletín

 

 

 

ESTUDIARÁN EN LA UNAM SISMOS APOYADOS CON UN MODELO A ESCALA DE TEMPLO COLONIAL

 

·        Informó el responsable del proyecto perteneciente al Instituto de Ingeniería, Roberto Meli Piralla

·        Es el primer caso en el mundo en que usa una iglesia de esas características, resaltó

·        Los universitarios han rehabilitado edificios del Centro Histórico de la metrópoli, como la Catedral Metropolitana, de otras ciudades coloniales del país y del extranjero

 

Trabajan investigadores del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM en la elaboración del primer modelo en el mundo a escala de un templo virreinal, el cual será sometido a pruebas de resistencia en la mesa vibradora para calibrar los datos arrojados por los modelos matemáticos con los que se estudia ese tipo de construcciones, informó su responsable, Roberto Meli Piralla.

 

El universitario expuso que se trata de la primera representación de una iglesia de esas características en el orbe, pues hasta ahora sólo se habían construido algunas reproducciones a escala de edificios religiosos ortodoxos como los de Bulgaria, Yugoslavia o Turquía.

 

Con medidas de tres metros de alto, por cuatro de largo y 2.80 de ancho, el pequeño "templo" será sometido a los movimientos "sísmicos" horizontales y verticales que produce la mesa de simulación de sismos de la propia entidad, añadió.

 

Ello busca obtener información para verificar los métodos de análisis, llamados de elemento finito, de ese tipo de construcciones, los cuales hasta ahora sólo eran confirmados de manera teórica. Es decir, se calibrarán los datos de los modelos matemáticos a través de los resultados obtenidos en un modelo físico que comenzará a probarse a principios de mayo, explicó.

 

Se buscó que los elementos utilizados tuvieran propiedades similares a las de los monumentos referidos. "Usamos piedras y cal parecidas a las que se usaban en la época virreinal; además, hubo que verificar que el tipo de arreglo de dichos materiales fuera el mismo que en los edificios reales", aclaró.

 

Esta investigación, consideró el ex director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, será interesante. "Espero que dé buenos resultados y nos ayude a mejorar lo que hacemos, es decir, la rehabilitación de inmuebles históricos".

 

Roberto Meli abundó que se probará el modelo ante sismos de distintas intensidades para llevarlo a diferentes etapas de daño, y después consolidarlo. El mismo prototipo servirá para cotejar la validez de algunas técnicas de refuerzo, usadas en obras de ese tipo, y determinar cuáles son las más convenientes.

 

Recordó que desde hace 20 años, él y su grupo de colaboradores se dedican a estudiar los problemas de seguridad estructural de edificios centenarios, en colaboración con instancias como los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y Bellas Artes, y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

 

Se han dedicado a las construcciones coloniales, templos y grandes palacios, porque son los que desde el punto de vista estructural tienen problemas más interesantes; las prehispánicas presentan deterioro y en química de materiales, mientras que las virreinales presentan daños y debilidades por los sismos y hundimientos diferenciales, principalmente, sostuvo.

 

Tan sólo en 1999, luego del temblor que sacudió Puebla y Oaxaca, el INAH registró mil 800 edificios de la Colonia dañados, muchas de los cuales necesitaron intervención de refuerzo de consideración. Las entidades más afectadas por esa causa son las de la costa del Pacífico, como Oaxaca y Colima, y otras del centro del país, como Puebla, Morelos y el Distrito Federal, detalló.

 

En tanto, en inmuebles históricos de ciudades como México, Zacatecas o San Luis Potosí se observan hundimientos diferenciales, por la explotación excesiva de acuíferos que lleva a movimientos en el subsuelo, agregó. Los de mampostería resultan especialmente sensibles a este fenómeno: son frágiles y se agrietan con facilidad cuando se mueve el plano de apoyo, expuso.

 

La situación más grave se registra en el centro de la capital del país, donde hay un declive de ocho centímetros en promedio por año. Además, dijo, no se da de manera uniforme porque el suelo es irregular, con diferentes propiedades en distintas áreas. En algunas, ejemplificó, ya había cimientos prehispánicos antes de los coloniales, que consolidaron el suelo; en otras no ocurre así. "Incluso, debajo de un mismo edificio unas zonas se hunden más rápido que otras y eso produce distorsiones e inclinaciones y, en consecuencia, agrietamientos, desplomos y fallas".

 

Otra causa es el perjuicio de los materiales por la intemperie y, en años más recientes, por lluvia ácida y contaminación de la atmósfera, lo cual debilita su capacidad de sostenerse. No obstante, afirmó, todos los factores están correlacionados. Así, una casa con inclinaciones es más vulnerable ante un movimiento telúrico, lo mismo que otra con componentes degradados, como morteros y piedras.

 

En cada caso se debe determinar el grado de menoscabo y hacer un diagnóstico de la seguridad global de la estructura. "Ese es nuestro campo de acción más importante; y principalmente nos hemos dedicado a los edificios históricos del Centro Histórico de la Ciudad de México", reiteró.

 

 

 

 

Ahí, hay cientos de monumentos importantes y prácticamente todos  tienen problemas serios de depresiones. El trabajo más importante de los universitarios es en la Catedral Metropolitana, que comenzó en 1990, y cuya principal tarea de refuerzo estructural está terminada, apuntó Roberto Meli.

 

Tal proyecto, dirigido por un equipo multidisciplinario, es el mejor ejemplo de rehabilitación basada en mediciones, monitoreo e instrumentación, "en ver cómo está realmente, cómo responde a un sismo, cómo se mueve, qué pasa cuando se le hace un cambio y a partir de ello decidir las etapas siguientes del proceso de restauración".

 

Esa, comentó el especialista, ha sido una experiencia valiosa y es reconocida a escala internacional, como un trabajo de particular valor.

 

Durante los últimos cinco años, reveló, la principal actividad de este grupo ha estado relacionada con los edificios que forman parte del patrimonio de la UNAM. "El Patronato y la Dirección General de Patrimonio Universitario nos han distinguido al encargarnos el diagnóstico y evaluación de la capacidad estructural de esos inmuebles y, en su caso, la asesoría para la rehabilitación y reforzamiento".

 

En la actualidad se realizan trabajos en la estructura de la Antigua Escuela de Medicina, que fuera el Palacio de la Inquisición, y se hace el diagnóstico para una posible intervención en el ex templo de San Agustín, antigua sede de la Biblioteca Nacional.

 

Otras construcciones que han sido supervisadas son la Academia de San Carlos, el ex templo de San Pedro y San Pablo que alberga al Museo de la Luz, y la Antigua Escuela de Economía, además del Colegio de San Ildefonso, el Palacio de la Autonomía que fue sede de la Escuela de Odontología, y el Palacio de Minería.

 

Además de las edificaciones universitarias y del Centro Histórico, los universitarios han tenido intervención fuera del país, en sitios como Nicaragua y El Salvador, donde también han contribuido con sus conocimientos a la preservación de los tesoros, culturales e históricos de esas naciones.

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Roberto Meli Piralla y un grupo de colaboradores del II de la UNAM se dedican a estudiar los problemas de seguridad estructural de los edificios históricos, en colaboración con instancias nacionales.

 

 

FOTO 02.

 

Investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM desarrollaron el modelo a escala de un templo virreinal para probarlo en la mesa vibradora, informó Roberto Meli Piralla, responsable del proyecto.