Boletín
UNAM-DGCS-265
Ciudad Universitaria
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ESTUDIARÁN EN LA UNAM SISMOS APOYADOS CON UN MODELO A ESCALA DE TEMPLO
COLONIAL
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Informó el responsable del proyecto
perteneciente al Instituto de Ingeniería, Roberto Meli Piralla
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Es el primer caso en el mundo en que usa una
iglesia de esas características, resaltó
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Los universitarios han rehabilitado
edificios del Centro Histórico de la metrópoli, como la Catedral Metropolitana,
de otras ciudades coloniales del país y del extranjero
Trabajan
investigadores del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM en la elaboración
del primer modelo en el mundo a escala de un templo virreinal, el cual será
sometido a pruebas de resistencia en la mesa vibradora para calibrar los datos
arrojados por los modelos matemáticos con los que se estudia ese tipo de
construcciones, informó su responsable, Roberto Meli Piralla.
El
universitario expuso que se trata de la primera representación de una iglesia
de esas características en el orbe, pues hasta ahora sólo se habían construido
algunas reproducciones a escala de edificios religiosos ortodoxos como los de
Bulgaria, Yugoslavia o Turquía.
Con medidas de tres metros de alto, por cuatro de largo y 2.80 de
ancho, el pequeño "templo" será sometido a los movimientos
"sísmicos" horizontales y verticales que produce la mesa de
simulación de sismos de la propia entidad, añadió.
Ello busca obtener información para verificar los métodos de análisis,
llamados de elemento finito, de ese tipo de construcciones, los cuales hasta
ahora sólo eran confirmados de manera teórica. Es decir, se calibrarán los
datos de los modelos matemáticos a través de los resultados obtenidos en un
modelo físico que comenzará a probarse a principios de mayo, explicó.
Se buscó que los elementos utilizados tuvieran propiedades similares a
las de los monumentos referidos. "Usamos piedras y cal parecidas a las que
se usaban en la época virreinal; además, hubo que verificar que el tipo de
arreglo de dichos materiales fuera el mismo que en los edificios reales",
aclaró.
Esta investigación, consideró el ex director del Centro Nacional de
Prevención de Desastres, será interesante. "Espero que dé buenos
resultados y nos ayude a mejorar lo que hacemos, es decir, la rehabilitación de
inmuebles históricos".
Roberto Meli abundó que se probará el modelo ante sismos de distintas
intensidades para llevarlo a diferentes etapas de daño, y después consolidarlo.
El mismo prototipo servirá para cotejar la validez de algunas técnicas de
refuerzo, usadas en obras de ese tipo, y determinar cuáles son las más
convenientes.
Recordó que desde hace 20 años, él y su grupo de colaboradores se
dedican a estudiar los problemas de seguridad estructural de edificios
centenarios, en colaboración con instancias como los institutos nacionales de
Antropología e Historia (INAH) y Bellas Artes, y el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes.
Se han
dedicado a las construcciones coloniales, templos y grandes palacios, porque
son los que desde el punto de vista estructural tienen problemas más interesantes;
las prehispánicas presentan deterioro y en química de materiales, mientras que
las virreinales presentan daños y debilidades por los sismos y hundimientos
diferenciales, principalmente, sostuvo.
Tan sólo en 1999, luego del temblor que sacudió Puebla y Oaxaca, el
INAH registró mil 800 edificios de la Colonia dañados, muchas de los cuales
necesitaron intervención de refuerzo de consideración. Las entidades más
afectadas por esa causa son las de la costa del Pacífico, como Oaxaca y Colima,
y otras del centro del país, como Puebla, Morelos y el Distrito Federal,
detalló.
En tanto, en inmuebles históricos de ciudades como México, Zacatecas o
San Luis Potosí se observan hundimientos diferenciales, por la explotación
excesiva de acuíferos que lleva a movimientos en el subsuelo, agregó. Los de
mampostería resultan especialmente sensibles a este fenómeno: son frágiles y se
agrietan con facilidad cuando se mueve el plano de apoyo, expuso.
La
situación más grave se registra en el centro de la capital del país, donde hay
un declive de ocho centímetros en promedio por año. Además, dijo, no se da de
manera uniforme porque el suelo es irregular, con diferentes propiedades en
distintas áreas. En algunas, ejemplificó, ya había cimientos prehispánicos
antes de los coloniales, que consolidaron el suelo; en otras no ocurre así.
"Incluso, debajo de un mismo edificio unas zonas se hunden más rápido que
otras y eso produce distorsiones e inclinaciones y, en consecuencia,
agrietamientos, desplomos y fallas".
Otra causa es el perjuicio de los materiales por la intemperie y, en
años más recientes, por lluvia ácida y contaminación de la atmósfera, lo cual
debilita su capacidad de sostenerse. No obstante, afirmó, todos los factores
están correlacionados. Así, una casa con inclinaciones es más vulnerable ante
un movimiento telúrico, lo mismo que otra con componentes degradados, como
morteros y piedras.
En cada caso se debe determinar el grado de menoscabo y hacer un
diagnóstico de la seguridad global de la estructura. "Ese es nuestro campo
de acción más importante; y principalmente nos hemos dedicado a los edificios
históricos del Centro Histórico de la Ciudad de México", reiteró.
Ahí, hay cientos de monumentos importantes y prácticamente todos tienen problemas serios de depresiones. El
trabajo más importante de los universitarios es en la Catedral Metropolitana,
que comenzó en 1990, y cuya principal tarea de refuerzo estructural está
terminada, apuntó Roberto Meli.
Tal proyecto, dirigido por un equipo multidisciplinario, es el mejor
ejemplo de rehabilitación basada en mediciones, monitoreo e instrumentación,
"en ver cómo está realmente, cómo responde a un sismo, cómo se mueve, qué
pasa cuando se le hace un cambio y a partir de ello decidir las etapas
siguientes del proceso de restauración".
Esa, comentó el especialista, ha sido una experiencia valiosa y es
reconocida a escala internacional, como un trabajo de particular valor.
Durante los últimos cinco años, reveló, la principal actividad de este
grupo ha estado relacionada con los edificios que forman parte del patrimonio
de la UNAM. "El Patronato y la Dirección General de Patrimonio
Universitario nos han distinguido al encargarnos el diagnóstico y evaluación de
la capacidad estructural de esos inmuebles y, en su caso, la asesoría para la
rehabilitación y reforzamiento".
En la actualidad se realizan trabajos en la estructura de la Antigua
Escuela de Medicina, que fuera el Palacio de la Inquisición, y se hace el
diagnóstico para una posible intervención en el ex templo de San Agustín,
antigua sede de la Biblioteca Nacional.
Otras construcciones que han sido supervisadas son la Academia de San
Carlos, el ex templo de San Pedro y San Pablo que alberga al Museo de la Luz, y
la Antigua Escuela de Economía, además del Colegio de San Ildefonso, el Palacio
de la Autonomía que fue sede de la Escuela de Odontología, y el Palacio de
Minería.
Además de las edificaciones universitarias y del Centro Histórico, los
universitarios han tenido intervención fuera del país, en sitios como Nicaragua
y El Salvador, donde también han contribuido con sus conocimientos a la
preservación de los tesoros, culturales e históricos de esas naciones.
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FOTO 01
Roberto Meli Piralla y un grupo de colaboradores del
II de la UNAM se dedican a estudiar los problemas de seguridad estructural de
los edificios históricos, en colaboración con instancias nacionales.
FOTO 02.
Investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM
desarrollaron el modelo a escala de un templo virreinal para probarlo en la
mesa vibradora, informó Roberto Meli Piralla, responsable del proyecto.