06:00 hrs.  9  de Abril de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-263

Ciudad Universitaria 


Roberto Best y Brown

Pie de fotos al final del boletín

 

 

 

 

PRODUCEN HIELO CON REFRIGERADOR SOLAR, INVESTIGADORES DE LA UNAM

 

·        Señaló Roberto Best y Brown, responsable del proyecto en el Centro de Investigación en Energía

·        Este equipo está pensado para conservar medicinas, como vacunas, y productos perecederos en áreas costeras, afirmó

·        Se ha trabajado durante tres años, hasta tener resultados óptimos de experimentación; ahora se pretende reducir el costo de fabricación y piezas más económicas, dijo

 

Especialistas del Centro de Investigación en Energía de la UNAM desarrollaron un refrigerador basado en energía solar que fabrica hielo, útil para poblaciones localizadas en regiones rurales o de montaña, que no cuentan con electricidad. 

 

El responsable de este proyecto, Roberto Best y Brown, señaló que este equipo está pensado para ser usado en zonas costeras para preservar medicinas, como  vacunas, y artículos perecederos –pescado, por ejemplo–. También, aseguró, puede extraérsele el hielo derivado.

 

En la Coordinación de Refrigeración y Bombas de Calor de esa entidad se han enfocado a la generación de sistemas que usen energía térmica, principalmente para producir frío. Es el caso del llamado refrigerador solar intermitente, precisó.

 

Se le denomina así porque durante el día aprovecha el calor del sol para elaborar el refrigerante necesario para enfriar, y en la tarde-noche lo acumulado durante las horas de radiación se emplea para helar el aparato. Se busca tener siempre una temperatura de 0 a 5 grados centígrados. Genera la energía que utiliza en el mismo lugar donde se requiere, a diferencia de los convencionales que precisan de combustóleo o gas, apuntó.

 

Mide aproximadamente dos metros de ancho por metro y medio de largo y 1.70 de alto. Cabe en la cajuela de una Pick-up, lo que permite transportarlo a cualquier comunidad. Se puede escalar a un tamaño más grande, pero la aplicación que se le da es, en principio, para la conservación de fármacos. La meta es que su capacidad de producción sea de alrededor de 10 kilogramos de hielo por día, refirió.

 

Aunque en este momento el costo estimado de esta tecnología sea más alto que el de una comercial, su ventaja radica en que no gasta electricidad u otro energético, que lo hace atractivo para su empleo en zonas remotas. Por otra parte, dijo, la idea es que durante toda su vida útil nunca se pague mayor cuota. “Esto hay que tomarlo en cuenta: costará más, pero va a convenir, porque después de ciertos años ya no se erogará” más dinero.

 

Otro rubro interesante es que su parte solar es un concentrador parabólico compuesto (CPC), el cual tiene varias virtudes, como el lograr temperaturas del orden de los 120 grados centígrados –más altas que las de un colector de casa utilizado para calentar agua, que llega hasta los 60 grados–, con la cual se logra producir la magnitud requerida por ese sistema, detalló.

 

Best y Brown agregó que el refrigerante utilizado es amoniaco, cuyas cualidades –es natural, no destruye la capa de ozono y es fácil de conseguir– lo hacen un sistema viable en cualquier parte del país.

 

Tampoco tiene ninguna parte mecánica y requiere de un operador para abrir y cerrar un par de válvulas, las cuales permiten pasar del ciclo de generación de energía al de refrigeración. Sólo requiere tres ajustes al año, en función de la época, dado que no precisa seguir al Sol todo el tiempo.

 

En este refrigerador –cuyo diseño, construcción y experimentación  han participado el miembro del CIE Wilfrido Rivera Gómez-Franco;  Carlos Octavio Rivera estudiante de doctorado de la Universidad Veracruzana, y actualmente Francisco Martínez, maestrante de la Universidad de Quinta Roo– se ha laborado durante tres años, hasta tener resultados óptimos de experimentación. “El prototipo involucra trabajo previo de selección del refrigerante, el absorbente, el tipo de concentrador y sobre todo el acoplamiento de los componentes”.

 

Ahora se busca mejorar el diseño de cada una de sus partes y materiales, como son el reflector del CPC, de la cámara y en la manipulación, la cual se quiere automatizar. La idea es que para finales del año tengan un modelo con mejor rendimiento, con el que hayan incrementado la producción de hielo y la confiabilidad de operación. Asimismo se reducirá el costo de fabricación, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01

 

Especialistas del Centro de Investigación en Energía de la UNAM desarrollaron un refrigerador basado en energía solar que fabrica hielo. A cargo de dicho proyecto está Roberto Best y Brown.

 

FOTO 02.

 

Roberto Best y Brown, del Centro de Investigación en Energía de la UNAM, trabaja en el diseño de un refrigerador basado en energía solar, para preservar medicinas y vacunas, así como artículos perecederos en las costas.