Boletín
UNAM-DGCS-262
Ciudad Universitaria
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TRASCENDENTAL, EL
PAPEL DEL ESTRÉS EN PROBLEMAS EMOCIONALES, PSICOLÓGICOS Y DE SALUD
·
México, sin estadísticas que permitan
apreciar la magnitud de esa tensión: Mario Rojas, de la FES Zaragoza de la UNAM
·
Las licencias médicas y un alto porcentaje
de consultas se deben a ese malestar, dijo
·
Sobrecarga de trabajo, exámenes, falta de
tiempo, entrega de trabajos finales y no entender materias, principales fuentes
en estudiantes, reveló
El estrés juega un importante papel dentro del conjunto de trastornos
de salud, así como emocionales y psicológicos, pese a que en nuestro país no se
cuenta con estadísticas para apreciar su magnitud, advirtió Mario Rojas
Russell, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la
UNAM.
No obstante, aclaró, “todos estamos expuestos y lo padecemos en mayor
o menor medida y frecuencia”. Cuando se vuelve inmanejable se ven las
consecuencias y la gente busca ayuda clínica o psicológica, y trata de
encontrar una respuesta a sus problemas.
Por ejemplo, dijo, la solicitud de licencias y un elevado porcentaje
de consultas se deben a malestares relacionados con la tensión; al igual que el
dolor de espalda, cabeza o aquellos que llegan a provocar incapacidades, no se
registra como tal, sino por sus efectos.
Asimismo, el desempeño académico de los estudiantes, cuestiones
emocionales en las personas, como depresión o dificultad para la relación
interpersonal, conflictos maritales y violencia intrafamiliar, en todos ellos
el estrés juega un papel, ya sea como el que precipita o como la expresión de
todo el inconveniente, argumentó.
Explicó
que una señal frecuente en quienes lo padecen y no lo pueden manejar es cuando
dicen que tienen apuros y ya no saben qué hacer. Ese es un signo de que no
poseen los recursos para enfrentarlos y están sometidos a malestares quizá de
mucho tiempo.
Mario Rojas, quien desde hace varios años trabaja en la medición de
las fuentes de estrés en diversos sectores de la sociedad, como maestros y
estudiantes, amas de casa y policías, destacó que el principal inconveniente es
ver su impacto y severidad, tanto en lo referente a intensidad como a
frecuencia y duración.
Detalló que de acuerdo con datos obtenidos de alumnos, las principales
causas son: sobrecarga de trabajo, exámenes, falta de tiempo, entrega de
trabajos finales y no entender algunas materias. A ellas les sigue reprobar,
hablar en clase, bajo rendimiento escolar, estudiar y llegar tarde.
Otras que reportaron con menor intensidad están relacionadas con
cuestiones ambientales, como poca iluminación en el salón, cambios de horario,
ambigüedad o inexistencia de los objetivos de los cursos, notificación de una
evaluación y tomar notas, agregó.
Al ahondar en un análisis por sexo, reveló que mientras las mujeres
enumeran sus fuentes de estrés como sobrecarga de trabajo, exámenes, tiempo,
trabajos finales y hacer exposiciones públicas; para los hombres son: no
entender materias, sobrecarga de trabajo, bajo rendimiento escolar, presentar
exámenes y reprobar.
En buena medida, este padecimiento significa que alguien se tensa
frente a cuestiones sobre las cuales no tiene los recursos suficientes para
enfrentarlas, ya sea desde la personalidad, experiencia, apoyo social y nivel
socioeconómico, puntualizó.
Señaló que una de sus consecuencias cuando se vuelve recurrente es que
la gente tiene problemas de concentración y olvido, se desorganiza, que puede
ser, a la vez, causa y consecuencia.
Así, a un estudiante que le cuesta trabajo concentrarse, que está bajo
una fuente de estrés importante, con contrariedades familiares, hace un gran
intento para atender en la escuela, lo cual puede repercutir en su desempeño
académico, apuntó.
No es sólo saber qué lo causa, sino cómo lo enfrenta y cuáles son sus
efectos. En general, dijo, los estudiantes y todo mundo lo manejan de forma
adecuada. Son más bien situaciones de gran impacto las que son difíciles de
afrontar, por lo que es necesario hacer un esfuerzo más específico. Aunque le
afecta a todos, no sufren consecuencias desfavorables.
El especialista universitario aseveró que remediarlo depende de la
circunstancia, puede ser útil enfocarse exclusivamente a las emociones, tratar
de tranquilizarse y ser más ecuánime. No obstante, puede haber inconvenientes de
otro tipo que requieran que la persona modifique patrones, como su destreza
para resolver problemas, adquirir habilidades sociales para solucionar
determinado tipo de escenarios; u otras prácticas que hagan que los estudiantes
sean más organizados en sus acciones.
Rojas Russell subrayó que no existe una regla absoluta, depende de
cada caso en particular, qué lo causa, con qué recursos se cuenta, y qué
consecuencias puede generar. La relajación es una acción adecuada, pero sólo
atiende ciertos efectos, como estar tenso o ansioso. Pero si aquello que
produce estos malestares no se resuelve, su alcance se verá limitado, por lo
que será necesario recurrir a otras medidas.
Cuando una persona no es capaz de manejar el estrés puede tener
alcances en distintos ámbitos. En el físico, por ejemplo, suele provocar
impactos contra la salud, como dolores de cabeza, malestares o dolencias.
También tiene derivaciones inmunodepresoras; es decir, las personas sometidas a
episodios importantes, son más vulnerables a contraer infecciones al estar en
contacto con virus o bacterias, aclaró.
Asimismo, altera los niveles de glucosa en la sangre, lo cual es
particularmente delicado para pacientes con diabetes, porque podrían afectar su
control metabólico, advirtió.
Mario Rojas insistió en que otro tipo de consecuencias son las
relaciones interpersonales. Una persona puede estar irritable, susceptible o
molesto, lo cual deteriora el nexo entre los individuos. Asimismo, provoca bajo
desempeño académico o laboral. “No es difícil que, por ejemplo, el ausentismo
se deba al estrés, la gente tiene problemas, está preocupada por otros asuntos,
y no le interesa, no quiere o no puede trabajar”.
Un sujeto puede desarrollar depresión. Hay efectos de corto plazo y a
veces severos, como un infarto. Pero también de mediano, como malestares
crónicos y dificultades matrimoniales, o de largo alcance, como cuadros de
depresión bien instalados, y el llamado síndrome “burn out” en el trabajo.
Este último es una condición que presentan los profesionales o
empleados que atienden a usuarios, clientes, pacientes o personas en general,
lo que implica agotamiento emocional, falta de motivación para seguir en el
trabajo y despersonalización.
Reconoció que existen diferentes formas de medirlo, “lo que se hace
es, por ejemplo, determinar sus orígenes. Si una persona está expuesta a muchas
fuentes la posibilidad de que tenga estrés es alta. Otra forma de analizarlo es
a través de las consecuencias, como la depresión, ansiedad o impactos sobre la
salud o a través de indicadores fisiológicos que se registran bajo condiciones
naturales o artificiales”.
Informó que esta Facultad cuenta con un programa de manejo del estrés
abierto a la población en general. Se atienden pacientes con diabetes, dolor de
cabeza e hipertensión; y en general a personas con trastornos que parecieran
solamente de naturaleza médica, pero donde esta tensión juega un papel
importante, finalizó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
Mario Rojas, de
la FES Zaragoza de la UNAM, indicó que los dolores de espalda y cabeza, así
como los malestares que llegan a provocar incapacidades se deben a problemas de
estrés.
FOTO M 02.
Todos estamos
expuestos al estrés y lo padecemos en mayor o menor medida o frecuencia,
reconoció el psicólogo de la UNAM Mario Rojas.