18:00hrs.  28 de Marzo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-229

Ciudad Universitaria


Vicente Quirarte

 

 

Pies de foto al final del boletín

RECIBE LA UNAM EL ARCHIVO DEL CENTRO MEXICANO DE ESCRITORES

 

·        Contiene buena parte de la historia de la literatura nacional de la última mitad del siglo XX

·        El acervo contiene los inicios del trabajo de quienes posteriormente formarían nuestro canon literario, afirmó Vicente Quirarte, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas

·        Se quería que esta memoria de la labor creativa no se perdiera y nadie mejor para entregarle su contenido que a la Biblioteca Nacional y la UNAM, recalcó Carlos Montemayor

 

 

La UNAM, a través del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB), recibió en donación el archivo del Centro Mexicano de Escritores (CME), el cual contiene buena parte de la historia de la literatura mexicana de la última mitad del siglo XX.

 

Al encabezar la ceremonia de entrega, efectuada en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional, Vicente Quirarte, director del IIB, destacó que dicho acervo refleja los inicios del trabajo de quienes posteriormente formarían nuestro canon literario.

 

Si bien es cierto que una de las funciones de esta Biblioteca es la conservación de la memoria de México, también es verdad que una colección semejante no sería posible sin la generosidad ni entrega de sus benefactores, aseguró.

 

Y agradeció al Consejo Consultivo del Centro Mexicano de Escritores por haber depositado su confianza en la UNAM, para que el archivo esté custodiado y sea accesible, de la mejor manera, a lectores, especialistas y estudiosos de las letras nacionales.

 

Destacó la gran responsabilidad que constituye el manejo de este registro. Por ello, “contemplamos hacer un libro con el magnífico archivo fotográfico, que contiene toda una memoria de la literatura mexicana a lo largo de medio siglo”.

 

En su oportunidad, Carlos Montemayor, miembro del Consejo Consultivo y ex becario del CME, afirmó: “Todo tiene su ciclo y uno de los aspectos que más nos preocupaba al cerrar el Centro no sólo era conservar los escritos valiosos con los que se cuenta, sino también otros documentos, como las solicitudes de becas, donde venía la justificación literaria por la cual pedían apoyo los becarios y su proyecto de trabajo. Esto proporciona un autorretrato de los entonces jóvenes literatos”.

 

Al ver que el Centro duplicaba funciones que ya hacían otras instancias e incluso el sistema de ayudas, se decidió cerrarlo, pero preocupaba la custodia, seguridad, conservación y consulta de esos materiales. Se quería que esta memoria de la actividad creativa del siglo XX no se perdiera y nadie mejor para entregarle su contenido que a la Biblioteca Nacional y la UNAM, recalcó.

 

Al hablar en nombre del Centro, Clementina Díaz de Ovando, recordó que ese espacio fue fundado en 1951 por Margaret Shedd, con el auspicio de la Fundación Rockefeller, y Alfonso Reyes como primer presidente.

 

Por más de 50 años, esta institución realizó una notable labor de estímulo a la creación y crítica literaria. Fue la única en otorgar becas a los escritores de nuestro país, subrayó.

 

En sus sesiones de los miércoles, mencionó, los becarios enriquecieron sus trabajos con los comentarios de otros compañeros y sus asesores literarios como Juan Rulfo, Juan José Arreola y Salvador Elizondo.

 

De hecho, aseveró, la historia de las letras nacionales de la última mitad del siglo XX se encuentra íntimamente ligada a esta institución, varias generaciones de narradores, poetas y dramaturgos transitaron por él: Carlos Fuentes, Rosario Castellanos, Rubén Bonifaz Nuño, Alí Chumacero, Jaime Sabines, Vicente Leñero, Elena Poniatowska, Emilio Carballido, José Emilio Pacheco, Juan García Ponce y Jorge Ibargüengoitia fueron algunos de los beneficiados, cuyas obras marcaron la portentosa tradición literaria de nuestro país hasta ocupar un sitio en la literatura mundial. Gracias al apoyo del Centro fueron escritos títulos como Pedro Páramo, Confabulario y La región más transparente.

 

La riqueza que alberga el acervo forma una invaluable evocación. Se pueden apreciar las solicitudes de becas de los escritores, los convenios firmados por los recipiendarios con esta casa, comentarios literarios sobre los trabajos presentados, los originales y fotocopias de los textos; así como una colección de fotografías que recrean el ambiente cultural que animó este espacio.

 

En el expediente de Juan Rulfo, ejemplificó, se encuentra el original de Pedro Páramo, titulado Los murmullos, con correcciones del autor y un informe fechado el primero de noviembre de 1953, donde señala que ha realizado ya los primeros dos capítulos de la novela, aunque no en forma definitiva.

 

Entre los becarios del centro se encuentran Daniel Sada, Alberto Blanco, Ignacio Solares, Silvia Molina, Rosa Beltrán, José Agustín, Carlos Monsiváis, Sergio Magaña, Héctor Mendoza, Héctor Assad, Luisa Josefina Hernández, René Avilés Fabila, Marco Antonio Montes de Oca, Ricardo Garibay, Beatriz Espejo y Héctor Perea, entre otros muchos, concluyó.

 

Como una muestra de la riqueza temporal de este archivo, el IIB montó una exposición temporal en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional con algunos de los documentos y fotografías del  acervo.

 

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FOTO 1

Vicente Quirarte, Carlos Montemayor y Rubén Bonifaz Nuño durante la donación del archivo del Centro Mexicano de Escritores al Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM

 

FOTO 2

Aspecto de la ceremonia en donde se donó el acervo del Centro Mexicano de Escritores a la UNAM. Contiene textos originales, solicitudes de becas, y proyectos de trabajo, además de fotografías.

 

FOTO 3

En el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional se muestran algunos de los documentos y fotografías que integran el archivo del Centro Mexicano de Escritores, que fue donado a la UNAM.