06:00hrs.  27 de Marzo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-223

Ciudad Universitaria

 


Lucia Álvarez

Pies de fotos al final del boletín

 

RECONOCEN TRAYECTORIA MUSICAL DE ACADÉMICA DE LA UNAM

 

 

·        Lucía Álvarez, profesora de la Escuela Nacional de Música y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, recibió su sexto Ariel

·        No podría vivir sin la academia. Me gusta mucho estar en contacto con los estudiantes, dijo

·        Como compositora ha participado en filmes como Divinas palabras, La reina de la noche, El callejón de los milagros y El imperio de la fortuna

 

 

Lucía Álvarez, profesora de la Escuela Nacional de Música (ENM) y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, recibió su sexto Ariel en la última entrega de esta estatuilla por hacer la música de la película Mezcal, dirigida por Ignacio Ortiz.

 

El día que gané esta última distinción, agradecí a esta casa de estudios mi educación, porque soy universitaria, destacó. “Empecé a estudiar en la ENM cuando tenía 12 años y es en la Universidad donde me desempeño como académica. Toda mi formación musical ha estado ahí; sólo tomé algunos cursos cortos fuera de México, en Italia y Nueva York”.

 

Con éste, suman ya seis Arieles en su carrera profesional. “Empecé en el teatro universitario jovencita, con 16 años, con el maestro Héctor Azar. Participé en Higiene de los placeres y de los dolores, pero la pieza melódica no era mía; después, hice Juegos de escarnio, más adelante El retablillo de don Cristóbal”, relató.

 

La también ganadora de dos Diosas de Plata se hizo cargo de la banda sonora de 35 puestas en escena, pero “me desviaron al cine. Mientras hacía teatro llegó una persona interesada en que se hiciera música para una película. Había trabajado con José Antonio Alcaraz, y me pidieron componer para el filme Los días del amor, que fue mi primer largometraje”, detalló.

 

Soy pianista, comentó, pero para teatro y cine, no sólo escribo para teclados, porque es un elemento más; hago toda la instrumentación y la orquestación.

 

Aseguró que las ventajas de hacer obras para el séptimo arte es que por este medio se da uno a conocer, pues el tema viaja junto con la cinta. Esta “es una forma contemporánea de realizarse como músico”. Las desventajas dependen del director, porque puede limitar la creatividad del compositor; aunque si hay una buena comunicación entre ambos, se supera.

 

El cine trabaja con una velocidad diferente a la de la música, pues ésta es bastante más lenta para desarrollarse. Por ello, “uno debe aprender a captar momentos fugaces, a ser condensado en la labor; de hecho, me han tocado instantes de cuatro segundos”, explicó.

 

Cuando piensan en mí para componer la melodía de una película me gusta integrarme al equipo de trabajo desde que se escribe el guión, desde el casting, reparto e irme poco a poco ambientando con el fotógrafo, actores, vestuarista y diseñador de arte, refirió.

 

De este modo, se sensibiliza a la presencia de los demás y eso es valioso porque, por ejemplo, el director a veces sin quererlo dice algunas palabras que son clave para inspirar la música, destacó.

 

Consideró que hacer la pieza original es gratificante; pero “no me gusta la palabra musicalizar, porque se puede entender como el hecho de tomar discos e integrarlos a la película y mi trabajo es creativo”.

 

En este sentido, los Arieles empiezan a llegar cuando se tiene un compromiso, cuando uno se lo toma en serio, cuando considera que tiene que dar lo más que se puede, aseveró.

 

El primero, precisó, fue por Los días del amor, película que dirigió Alberto Isaac. “Lo obtuve joven, tenía 21 años, y hasta la fecha, al contar el más reciente por la película Mezcal, llevo seis, eso quiere decir que la trayectoria va por buen camino”.

 

“No obstante, cada vez es más difícil. Cuando gané el primer Ariel me aplaudieron pocas personas, porque nadie me conocía; pero ahora mis compañeros cineastas, músicos o profesores ya aprecian mi trabajo y eso sí me pone nerviosa, pues cuando gano el premio oigo una ovación diferente”, subrayó.

 

Con Divinas palabras, acotó, “gané la Diosa de Plata, después me retiré como cinco años del cine porque fui mamá y quise atender a mi hija; después, regresé con El imperio de la fortuna, de Arturo Ripstein, con quien trabajé 10 años y en ese periodo hice películas como La reina de la noche”, que mereció un Ariel. 

 

Posteriormente, con Jorge Fons participó en El callejón de los milagros, que obtuvo dos Arieles, uno en mejor música compuesta y otro por el tema musical, además de una Diosa de Plata.

 

Hace cuatro años con Nacho Ortiz intervine en Cuento de hadas para dormir cocodrilos y la más reciente es Mezcal, una película musical, pensada así por el director, ambas merecieron el premio de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Este último es un filme donde los protagonistas cantan, tocan el piano, hay tema de fondo y entonces hubo que componer algo original, detalló.

 

En esta cinta no se distingue una canción tema. En una escena, los borrachos corean una especie de corrido pero debía ser creíble, “porque sucede que es común ver en el cine una taberna de quinta, donde supuestamente hay un guitarrista de cuarta y suena como la sinfónica nacional, y eso no es posible”, enfatizó.

 

El trabajo de Mezcal ha recibido comentarios satisfactorios para mí, porque consideran adecuada la música y además señalan que es una labor difícil, indicó; empero, le gusta utilizar los sonidos incidentales, “me gusta que emanen dentro de la música y se integren con mis composiciones”. 

 

En la ENM es profesora desde hace 22 años, ahí da Composición y Piano; en el CUEC, labora desde hace 11 al impartir Música para cine. “En este Centro le enseño a los muchachos a pedir sus obras, porque en mi trayectoria me he topado con directores que conocen y otros que no saben nada”, sostuvo.

 

No podría vivir sin la academia. Me gusta mucho estar en contacto con los estudiantes, sobre todo porque ellos lo mantienen a uno joven y actualizada. Hablan de discos y músicos nuevos, hay quienes les gusta el rock o el jazz, y no hay tiempo en la vida para conocer tanto, concluyó.

 

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FOTO 1

Lucía Álvarez, docente de la ENM y del CUEC de la UNAM, recibió su sexto Ariel en la última entrega de esta estatuilla por hacer la música de la película Mezcal.

 

FOTO 2

El primer Ariel de Lucía Álvarez, profesora de la UNAM, fue por Los días del amor. “Hasta la fecha, al contar el más reciente por la película Mezcal, llevo seis, eso quiere decir que la trayectoria va por buen camino”.

 

FOTO 3.

No podría vivir sin la academia, reconoció la profesora de la UNAM Lucía Álvarez. Me gusta mucho estar en contacto con los estudiantes, sobre todo porque ellos lo mantienen a uno joven y actualizada.