Boletín
UNAM-DGCS-217
Ciudad Universitaria
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NO PUEDE MÉXICO ASPIRAR A COMPETIR EN LA GLOBALIZACIÓN MEDIANTE SALARIOS BAJOS
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Reconocieron las académicas de la UNAM
Isabel Rueda y Nadima Simón Domínguez
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Explicaron que en el mercado mundial siempre
habrá países con menores remuneraciones, que junto con el aumento del
desempleo, implican un incremento de la pobreza
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Participaron en el Seminario Internacional Globalización,
conocimiento y desarrollo, junto con Alejandro Álvarez Béjar, de la FE, y Alfredo
Hualde Alfaro, de El Colegio de la Frontera Norte
México no puede aspirar a competir en la globalización mediante bajos
salarios, como se ha hecho hasta hoy, reconocieron las académicas
universitarias Isabel Rueda Peiró y Nadima Simón Domínguez, del Instituto de
Investigaciones Económicas (IIEc) y de la Facultad de Contaduría y
Administración (FCyA) de la UNAM, respectivamente.
Al participar en el Seminario Internacional “Globalización,
conocimiento y desarrollo”, reconocieron que, en particular, la nación no puede
contender con sueldos insuficientes en
la industria del vestido, pues en el mercado mundial siempre habrá países con
menores remuneraciones, que junto con el aumento del desempleo, implican un
incremento de la pobreza.
Informaron que los pagos que obtienen los trabajadores del sector de la
confección en China son menores, pero no tanto como piensan los empresarios
mexicanos. En el país perciben alrededor de 68 por ciento más que aquellos;
pero el precio de los medios de subsistencia en la nación asiática es inferior
en aproximadamente 50 por ciento.
En el Seminario, organizado por el IIEc, Facultad de Economía (FE) y
por los centros de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico, y Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias, Rueda Peiró y Simón Domínguez aseguraron
que el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) perjudicó
a México.
Antes de los 90, la participación de ese país en el mercado del vestido
estadounidense era superior a la mexicana, pero a raíz de 1994, con la firma y
entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se
vio reducida, mientras la de nuestra nación se incrementó.
No obstante, recalcaron las investigadoras universitarias, el ingreso
del gigante asiático a la OMC le quitó a las exportaciones nacionales la
competitividad que habían ganado y las superó en ventas totales a Estados
Unidos.
Dijeron que la pérdida de nuestra capacidad industrial del vestido con
el avance de la globalización se debe a las escasas inversiones, las cuales
inciden en una menor productividad y poco desarrollo tecnológico.
Si bien la proliferación de maquiladoras en este rubro genera fuentes
de trabajo y contribuye al avance regional, el incremento de esa labor
domiciliaria implica que una proporción creciente del empleo es informal y por
tanto carente de prestaciones.
Frente a ese escenario, agregaron Nadina Simón e Isabel Rueda, se
requiere mayor participación de las micro, pequeñas y medianas empresas, y que
reciban apoyo gubernamental en cuanto a créditos, capacitación e información,
para competir con las maquiladoras y para que la ocupación se formalice.
En las dos últimas décadas, sostuvieron, la economía mexicana se ha hecho más dependiente de la
estadounidense. Ello se refleja en la sincronización de los ciclos financieros,
como se constata con la recesión del vecino país del norte en 2001, que de
inmediato impactó a México, lo que no ocurría antes.
Por su parte, Alejandro Álvarez Béjar, académico de la FE, habló del
cambio estructural de las finanzas nacionales que pasaron de una
industrialización sustitutiva a una orientada a la exportación, de cerrada a
abierta y de estatista a una con un Estado disminuido. Estas reformas,
impulsadas en un inicio por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, fueron sustentadas por la firma de acuerdos regionales como el
TLCAN.
Lo que implicó dicho cambio, señaló, fue un
mayor peso del sector externo, una pérdida de la importancia del mercado
interno y la creciente incapacidad de la economía para absorber trabajadores,
no sólo en el ámbito industrial, sino en general; además del fortalecimiento a
las estructuras oligopólicas, la ruptura de los encadenamientos productivos y
la emergencia de otros nuevos.
El Sistema de Ciencia y Tecnología está
lejos de ser el fundamento de la competitividad y productividad. Además, el
hecho de que en México los aumentos de rendimiento no estén ligados a
incrementos salariales también explica “un comportamiento perverso”, admitió el
economista universitario.
Por otro lado, el proceder tecnológico es
conservador, y el gasto en investigación y desarrollo, y en transferencia y
compra de innovación de las empresas manufactureras como porcentaje de sus
ingresos, es pobre.
Además, hay un nivel de patentes bajo. Tan
sólo en 2003, de los seis mil ocho registros otorgados en nuestro país, cinco
mil 887 fueron extranjeros y sólo 121 nacionales. Ello significa que tenemos
una actividad rezagada, y lo que más se busca es adaptar la tecnología general.
Por ello, se tiene una balanza científica deficitaria.
Aclaró que en esta materia hay limitantes
severas porque está subfinanciada, sólo con recursos públicos, no está
conectada a los procesos industriales y tiene poca capacidad de traducción en
innovaciones.
Por último, Alfredo Hualde Alfaro, de El Colegio de la Frontera Norte,
comentó que en los espacios globalizados la tecnología y el conocimiento están
concentrados en determinados países, pero sobre todo en ciertas regiones.
Algunas de ellas no son tan nuevas y también requieren una vinculación
relativamente fuerte.
Concluyó que aún se cree que las redes, lo virtual, pueden abarcar y
permear por igual a zonas, empresas y actores; sobre todo por la idea común de
que la ciencia determina los procesos, cuando en realidad ésta se inserta en
circunstancias y sociedades que tienen sus propias inercias, ventajas y
desventajas.
–o0o–
PIES
DE FOTO
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01.
Alejandro
Álvarez, Alfredo Hualde, Nadima Simón e Isabel Rueda, durante el Seminario
Internacional “Globalización, conocimiento y desarrollo”, organizado por
diversas entidades de la UNAM.
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02
La
economía de México se ha hecho más dependiente de la de Estados Unidos,
advirtieron Nadima Simón e Isabel Rueda, profesoras de la UNAM. Las acompañan
Alejandro Álvarez y Alfredo Hualde.