Boletín
UNAM-DGCS-213
Mérida, Yucatán
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PRIMORDIAL, LA
BUENA ALIMENTACIÓN Y TUTELA DE LOS
MENORES
·
Son especialmente vulnerables por su tamaño
y la imperativa necesidad de amparo de los adultos, dijo en la UNAM, Georgina
Reyes, de la UAdY
·
La antropóloga Lucy Medrano comentó que el
hombre es el único ser que entierra a sus difuntos, con lo que otorga a la
muerte un sentimiento especial
·
Se realizó el Segundo Congreso
Latinoamericano de Ciencias Sociales y Humanidades, en la UACSHUM, donde se
abordaron diversos aspectos sobre la muerte
En ninguna sociedad
los menores pueden sobrevivir privados de un cuidado especial en su
alimentación y de la tutela por parte de los individuos mayores, pues nacen con
un sistema inmunológico inmaduro y son dependientes de la protección brindada a
través de la leche materna, consideró en la UNAM la antropóloga Georgina Reyes
Gutiérrez, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UAdY).
La especialista
participó en el Segundo Congreso
Latinoamericano de Ciencias Sociales y Humanidades, Imágenes de la muerte,
que se realiza en la Unidad Académica de Ciencias Sociales y Humanidades
(UACSHUM) que la Universidad Nacional tiene en esta ciudad, con el tema
“Perspectivas biosociales sobre la muerte infantil entre los mayas prehispánicos”.
Agregó que durante
los primeros meses de vida los niños son especialmente vulnerables por su
tamaño y por la imperativa necesidad de amparo de los adultos para su
supervivencia.
La tasa de mortalidad
infantil se convierte entonces, en un componente fundamental en los ámbitos
demográfico, de fertilidad y, en términos generales, en el estado de salud de
la población, explicó. Durante los primeros años de vida, la salud del menor es
sensible a las condiciones del ambiente biológico y social que lo rodea, y que
operan de manera sinérgica con los factores de riesgo presentes en su propio
entorno ecológico.
En el auditorio
principal de la UACSHUM comentó que una vez finalizado el periodo de lactancia
y la aportación de anticuerpos, el infante está expuesto a varios peligros,
representados por una ingesta externa, y tiene que hacer uso de sus propias
defensas, aún cuando no están desarrolladas por completo.
Ante representantes
de una docena de países reunidos en el Congreso, Georgina Reyes sostuvo que en
esta fase los niños requieren comidas especiales, por su dentición inmadura y
su tracto digestivo, que les impide procesar lo mismo que los adultos.
Además, este nuevo
alimento debe contener los nutrientes necesarios para cubrir los requerimientos
de un rápido desarrollo del cerebro, que ocurre, sobre todo, durante esa etapa.
Por ello, el niño necesita una dieta baja en volumen pero rica en energía,
lípidos y proteínas; sin embargo, el cambio hacia una variedad externa lo
expone a ulteriores factores de peligro, aseguró.
Si bien la lactancia
es una cuestión biológica, no deja de estar determinada por creencias y
conductas del grupo social al que pertenece. Por ejemplo, muchas sociedades la
atrasan o evitan el calostro, que es rico en anticuerpos y nutritivo, lo que
puede aumentar el estado de vulnerabilidad del recién nacido, aseveró.
Por otro lado, se
refirió a las excavaciones llevadas a cabo en la zona arqueológica de Xcambó,
Yucatán, donde fueron recuperados más de 600 esqueletos entre niños y adultos,
de los cuales 152 pertenecen al rango de edad entre el nacimiento y los cinco
años.
A diferencia de la
mayoría de los sitios del área maya, en Xcambó los restos de los menores
tuvieron una buena conservación. Esta situación es atribuida a un proceso de
sustitución del suelo, lo cual impide la desaparición de los huesos con mayor
cantidad orgánica, que son los infantiles, detalló.
A su vez, al hablar
de las Manipulaciones óseas en los
entierros de Xcambó, la
antropóloga Lucy Medrano Chan, de la UAdY, aseguró que el hombre es el único
ser que entierra a sus difuntos y así otorga a la muerte un sentimiento
especial mediante ritos y prácticas funerarias.
Xcambó, Yucatán, se
localiza al norte de la península, a dos kilómetros de la costa. Desde 1996
inició este proyecto, a través del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), con el fin de hacer restauración arquitectónica en los
edificios.
Desde entonces,
abundó, se han hecho numerosos hallazgos, entre los que destacan poco más de
600 osamentas, con un estado de conservación regular, lo que constituye una de
las muestras más grandes y mejor conservadas del área maya.
El análisis de los
materiales óseos permite acercarse de manera directa a las características que
reflejan las creencias religiosas y filosóficas en la tradición funeraria del
norte del estado, aclaró.
Enfatizó que en la
medida que se conocen los procedimientos secundarios culturales de manipulación
y reducción, ocurridos una vez concluido el proceso de esqueletización
calavérica, el conjunto de estas prácticas expresan aspectos cruciales de la
vida y muerte de los mayas prehispánicos.
Durante el clásico
temprano, Xcambó tuvo una posición económica y política importante, al variar
sus relaciones con las comunidades del norte de Yucatán. Su función consistió
en la administración de las salinas y los productos marinos, además de ser
centro de captación de bienes local, regional y suprarregional, recordó.
Todos los edificios
de carácter público, como las unidades habitacionales, ostentan una
arquitectura de estilo Petén así como del izamaleño (relativo a la ciudad maya
de Izamal), y debieron tener funciones administrativas, religiosas y cívicas,
dijo.
Por su parte, Sergio
López Alonso, del Centro INAH de Oaxaca, apuntó que el tratamiento funerario,
visto en los enterramientos antiguos, tiene un significado complejo. Desde la
perspectiva social, se le ha determinado como fuente de información de la
organización y estructura de las sociedades antiguas.
Tal visión, recalcó,
ha reportado valiosos conocimientos acerca de las relaciones entre y dentro de
los grupos humanos; así como de la formación interna de su organización social,
sistemas que suelen considerarse reguladores de la conducta humana.
En tanto, el punto de
vista cultural enfatiza el papel desempeñado por el pensamiento religioso y la
cosmovisión de los pueblos prehispánicos, ya que aborda la esfera ideológica de
estas sociedades antiguas, y privilegia el simbolismo de los elementos que
integran las prácticas funerarias, indicó.
En su conjunto, estas
perspectivas tratan con aspectos dinámicos, como todo proceso, de ahí que las
dimensiones social, cultural, cognitiva y temporal cobran sentido en el estudio
e interpretación de los funerales, acotó.
Al hablar de los
cenotes, Guillermo de Anda, de la UAdY, afirmó que la importancia de estos
cuerpos de agua en la cosmogonía maya ha sido discutida y su función como
sitios sacros es manifiesta en fuentes históricas y en evidencia arqueológica.
Para los mayas
antiguos las cuevas y cenotes no sólo simbolizaban el sitio de origen de la
vida, sino que también los relacionaban fuertemente con la muerte, debido a que
eran los portales de entrada al inframundo, señaló.
En el Popol Vuh,
ejemplificó, se menciona que la pareja creadora recibe maíz y el agua de la
cueva de la montaña para producir la carne y la sangre del hombre, y en este
mismo libro se expresa que para alcanzar el inframundo debe cruzarse un río.
Las cuevas del área,
que con frecuencia terminan en un cuerpo de agua que a los ojos del maya
antiguo debió haber caracterizado una barrera impasable, son la entrada a una
área acuática, “un acceso al vientre de la tierra, con la boca del monstruo
terrestre, entendiendo la cueva como una cámara funeraria”, narró.
El cenote sagrado de
Chichén Itzá, que constituye el epítome de la actividad ritual en torno a las
cuevas y cenotes, evidencia el papel central que estos simbolizaron en la
geografía de lo sagrado, eran al mismo tiempo espacios sacros y
representaciones del poder de quienes ejercían el control sobre ellos, y un
recordatorio constante del mito de la creación y recreación del universo,
precisó.
En su oportunidad,
Laura González Matute, del Museo de Arte Moderno, al hablar de La imagen de la muerte en la obra de José
Guadalupe Posada, opinó que las calaveras del artista tienen sus fuentes en
lo más hondo de la historia y de la entraña del alma mexicana.
Si bien la vida de
Posada no fue trascendente, es en su obra en donde se encuentra su sentimiento,
su pensamiento y su imaginación que se despliega en su prodigiosa actividad
creadora. No obstante, murió en el total anonimato ya que, como apunta Agustín
Sánchez, “fue a parar a la fosa común, junto con otras calaveras anónimas, como las que dibujó”, comentó.
En su trabajo se
descubre una extraordinaria intuición e imaginación. Sus personajes son
sintéticos y metafóricos. Su producción, difundida en hojas volantes desde
1900, ilustró corridos, canciones, noticias de todo tipo y oraciones. Sin
embargo, su creación más connotada son sus excelsas calaveras, que “nos invitan
a convivir con el mundo del más allá en este más acá”, concluyó.
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FOTO 01
La antropóloga
Lucy Medrano Chan participó en el Segundo Congreso Latinoamericano de Ciencias
Sociales y Humanidades, Imágenes de la muerte, realizado en la UACSHUM de la
UNAM en Mérida.
FOTO 02.
La antropóloga
Georgina Reyes Gutiérrez dijo en la UNAM que en ninguna sociedad los menores
pueden sobrevivir privados de cuidados especiales.
FOTO 03
El investigador
Sergio López Alonso señaló que al tratamiento funerario se le ha determinado
como fuente de información de la organización y estructura de las sociedades
antiguas.
FOTO 04
El especialista
Guillermo de Anda conversó en la UNAM sobre la importancia de los cenotes en la
cosmogonía maya, basado en fuentes históricas y evidencia arqueológica.
FOTO 05
Laura González
Matute comentó sobre La imagen de la muerte en la obra de José Guadalupe Posada,
en el Segundo Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales y Humanidades, organizado
por la UNAM.