06:00 hrs.  12 de Marzo de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-184

Ciudad Universitaria

 


Carlos Gay

Pies de fotos al final del boletín

 

PARTICIPA UNAM EN PROYECTO PARA ANALIZAR LOS CONTAMINANTES DEL AIRE DE LA CIUDAD DE MÉXICO

 

 

La UNAM participa en un proyecto para analizar la transformación y el transporte de contaminantes del aire generado por las megaciudades, tomando como objeto de estudio la Ciudad de México.

 

Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera, destacó en una ceremonia efectuada en el Teatro del Museo de las Ciencias Universum, que la Universidad Nacional tiene una intervención destacada dentro de esta propuesta monumental, el cual es realmente importante para el planeta.

 

Agregó –acompañado por Rick Petty, Bruce Doddridge y Anne Mari Schmoltner, además de Julia Tagüeña, directora general de Divulgación de la Ciencia– que participan más de cien instituciones nacionales y de Estados Unidos; asimismo, alrededor de 400 investigadores, de los cuales 70 son mexicanos, a los que deseó éxito y la generación de millones de datos a los especialistas.

 

Por su parte, Luisa Molina, coordinadora general del Proyecto Milagro, sostuvo que preocupan las megaciudades por diferentes circunstancias, fundamentalmente sus impactos a escala local, como los daños a la salud y cambios a la meteorología urbana; y a nivel regional, con afectaciones a la agricultura y ecosistemas naturales, además de menor visibilidad.

 

Explicó que estas urbes son aquellas que tienen más de 10 millones de habitantes, las cuales han ido en aumento en los últimos años. En 1950 sólo existía una: Nueva York; para 1995 eran 14, y en el 2015 se calcula que serán 21. En cuanto a las de cinco a 10 millones, en 1995 había siete; en el 2015 se estima que sean 37.

 

Se intenta responder a través del Proyecto, cuál es la magnitud temporal y espacial de la nube de contaminantes de las megaciudades, cómo y dónde se eliminan los elementos nocivos urbanos de la atmósfera, y cuáles son los impactos regionales y globales de estas nubes de polución, informó.

 

Sus cuatro componentes son, en primer lugar, Mexico City Metropolitan Area-2006 (MCMA-2006). Éste estudiará las emisiones y concentraciones dentro de la cuenca de la Ciudad de México, a través de mediciones de aerosoles, compuestos orgánicos volátiles (COVs) y otros gases.

 

Además de la radiación solar y parámetros meteorológicos en diferentes puntos de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). Su análisis servirá para establecer los patrones de exposición de la población a estos tóxicos y sus efectos sobre la salud.


En segundo, Megacity Aerosol Experiment in Mexico City (MAX-Mex). La campaña abordará la formación y los cambios de composición de los aerosoles, la distribución de su tamaño, el coeficiente de dispersión de luz, el de absorción, y la profundidad óptica.

 

Asimismo, la incorporación específica del hollín y los flujos de radiación en localizaciones verticales y horizontales, seleccionadas en el aire de salida de un núcleo citadino bien caracterizado.

 

El estudio de campo programado se concentrará en la identificación química, física y óptica de los aerosoles, su transformación, incluyendo el envejecimiento de las partículas carbonáceas durante su salida hacia las zonas regionales, y los efectos de la pluma de los mismos que en la ciudad cobre el balance de radiación, dentro y cerca de esta fuente urbana.

 

El siguiente, Megacity Impacts on regional and Global Environments (MIRAGE-Mex), tiene como fin incrementar el conocimiento sobre la manera en que las megaciudades del mundo afectan la química del aire a escala regional y global, y cómo esto a su vez puede influenciar el sistema meteorológico y el clima. Para lograrlo se realizará una extensa serie de observaciones del estado químico y físico de la atmósfera, en las regiones circundantes a la Ciudad de México.


Por último, el Intercontinental Chemical Transport Experiment-Phase B (INTEX-B) hará énfasis sobre el aspecto regional-global del Proyecto, con vistas de dos aeronaves, así como de diversos satélites. Una de ellas proporcionará datos detallados de la química y aerosoles, mediante un sistema de muestreo directo de aire y sensores remotos de láser, mientras la segunda máquina se enfocará en aerosoles y sus impactos de radicación. Ambas harán análisis desde el Golfo de México hasta la  ZMVM.

 

Acerca de porqué se eligió a la Ciudad de México como caso de estudio, Luisa Molina detalló que es una megaciudad representativa de latitud tropical, por la existencia de inventarios de emisiones y observación de calidad del entorno confiables, por experiencias previas  de excelente colaboración científica con grupos mexicanos, además de la magnífica infraestructura logística, y las campañas de investigación previas.

 

Se contará, indicó, con tres supersitios de monitoreo ubicados en el Instituto Mexicano del Petróleo, en el Distrito Federal; la Universidad Tecnológica de Tecámac, Estado de México, y el Rancho La Bisnaga, cerca de Tizayuca, Hidalgo.

 

Respecto a los beneficios de la campaña, destacó que de ella resultará la primera evaluación de la calidad del aire a nivel regional; habrá un mejor entendimiento de la importancia relativa de diferentes fuentes (urbana, incendios de biomasa, natural); mejora de modelos meteorológicos y de situación aérea; mayor entendimiento de los procesos que eliminan y transforman la contaminación atmosférica; oportunidades educativas para estudiantes en México y en los Estados Unidos; posibilidades de colaboración para investigadores y personal técnico de gobiernos estatales y locales.

 

Luisa Molina agregó que el Proyecto irá acompañado de un programa educacional, que incluirá visitas guiadas a los sitios de monitoreo; información a través de un portal en Internet (Windows to the Universe); talleres especializados para técnicos,  posgraduados, niños y jóvenes, así como exposición de carteles y conferencias de divulgación científica.

 

Es importante resaltar que entre las instituciones mexicanas que participan, además de la UNAM, están el Centro Mario Molina, la Comisión Ambiental Metropolitana, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Fuerza Aérea Mexicana; los institutos de Investigaciones Eléctricas, Mexicano de Tecnología del Agua, Nacional de Salud Pública; las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Educación Pública, de Gobernación, de la Defensa Nacional y la de Marina; y las universidades Autónoma Metropolitana, de San Luis Potosí, del Estado de Morelos y la Veracruzana.

 

De las instituciones extranjeras sobresalen la National Aeronautics and Space Administration (NASA), el National Center for Atmospheric Research (NCAR), la National Science Foundation (NSF), y las universidades de Harvard, de California, Hawaii y Houston.

 

 

-oOo-

 

FOTO 1

 

Científicos y autoridades se reunieron en el Teatro del Museo de las Ciencias Universum de la UNAM, para analizar la transformación y el transporte de contaminantes del aire generado por las megaciudades.

 

 

FOTO 2.

 

Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera, informó que la UNAM colabora con más de cien instituciones nacionales y de Estados Unidos, para estudiar los contaminantes de la Ciudad de México. 

 

FOTO 3

 

Luisa Molina, coordinadora general del Proyecto Milagro, sostuvo en la UNAM que se intenta responder cuál es la magnitud temporal y espacial de la nube de contaminantes de las grandes urbes.