06:00 hrs.  25 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-142

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

A LOS PROGRAMAS ARQUITECTÓNICOS NO LES INTERESA CONSTITUIRSE COMO ARTE

 

 

A 95 por ciento de los programas arquitectónicos habitacionales del país no le interesa constituirse como arte, dadas las grandes precariedades sociales, señaló Iván San Martín, coordinador general del Centro de Investigaciones y Estudios del Posgrado, de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM.

 

A los profesionales se les demanda que sus proyectos sean económicos, funcionales y con un alto nivel de estética, y se dejan de lado los conceptos artísticos, añadió durante la presentación del reciente número de la revista Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, enfocado a temas académicos en arquitectura.

 

En el museo El Eco, el investigador refirió que desde el punto de vista del quehacer estético, otro de los problemas urgentes y útiles para la sociedad urbana actual, es el relacionado con la brecha entre belleza deseable y posible.

Desde las escuelas de arquitectura hasta la vida profesional se hace un imaginario colectivo de apreciación, que es la gama mítica de formas, reflejos y colores identificada con la única perfección viable; pero la ciudad y la arquitectura no sólo anhelan esos parámetros. Existen otros deseos, aclaró.

 

“Hay una gran distancia entre lo que las revistas de moda persiguen como belleza deseable, y la posible, en un país como México, con carencias, con una gran intensidad de vida urbana. Son dos versiones distintas. Si ello no se entiende los arquitectos vivirán en dos realidades”, advirtió.

 

Por su parte, Peter Krieger, de la FA y codirector de esta publicación especializada, destacó que la construcción de hábitat metropolitano es una de las tareas colectivas más importante de las civilizaciones. El arte espacial es uno de los indicadores más claros del nivel que alcanzan las culturas. La arquitectura histórica y actual genera identidades colectivas en los ciudadanos, ofrece orientación, especialmente en tiempos caracterizados por la nivelación y globalización del saber.

 

Sin embargo, dijo, su constatada relevancia no se refleja en los discursos públicos. Pareciera que los investigadores y productores no encuentran interlocutores interesados en las funciones simbólicas y vitales de sus entornos construidos. Además, “salvo excepciones, pareciera que la arquitectura sufre también una marginalización de los debates en los medios de comunicación; sin hablar de la ausencia de materias de urbanismo en la formación escolar”.

 

Consciente de esta situación, que se materializa en una degeneración creciente de la cultura urbana, las iniciativas y estrategias de los trabajos deberían dirigirse no sólo al círculo cerrado de especialistas, sino también al amplio público interesado, recomendó.

 

Informó que el material compilado en esta edición cumple con la función de presentar avances académicos de manera atractiva e inspirar una mayor participación en todos aquellos asuntos relacionados con el desarrollo citadino, desde la preservación de monumentos históricos hasta la apreciación sustentada de los planes actuales.

 

A su vez, Sara Topelson, académica emérita de las academias Nacional y Mexicana de Arquitectura, resaltó que es fundamental promover la investigación en esta materia desde la docencia, para que los interesados se dediquen a esta área. Debe tener por principio no proponerse ninguna utilidad inmediata, sino su vertiente pura. Son las evaluaciones las que permiten visualizar ese uso futuro.

 

Las instituciones académicas tienen como deber estimular y fomentar esta actividad y, por lo tanto, generar estímulos, tanto económicos como la publicación de sus trabajos, argumentó. De ahí la importancia de que aparezcan tomos monográficos como Anales, que tiene una diversidad temática amplia pero que a la vez incide en rubros trascendentes.

 

Por último, Alberto González Pozo, académico de la FA, recordó que el valor del Museo Experimental El Eco es que se hizo en una época, con un clima y un grupo de personas que no sólo eran arquitectos y artistas plásticos, sino también músicos e intelectuales que compartían la idea de encontrar nuevos caminos y formas de hacer interactuar a las artes entre sí, para lograr nuevas veredas al decurso del arte mexicano y de esta disciplina en México.

 

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FOTO 1.

Alberto González, Sara Topelson, Iván San Martín y Peter Krieger en el Museo Experimental El Eco en la UNAM, donde abordaron la investigación en arquitectura.

 

FOTO 2

Especialistas en arquitectura se dieron cita en el Museo Experimental El Eco en la UNAM, durante la presentación del reciente número de la revista Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas.