14:00 hrs.  15 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-117

Ciudad Universitaria

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PROPONEN EXPERTOS DE LA UNAM REVISAR EL TLCAN

 

·        Plantean la creación de un Espacio Económico Norteamericano con “estilo humanitario”

·        Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, inauguró el Seminario “El Tratado de  Libre Comercio de América del Norte, evaluación jurídica”

·        Participaron también Arturo Oropeza, Jorge Witker, Sarahí Ángeles Cornejo y José Luis Calva

 

Expertos universitarios en los ámbitos jurídico y económico propusieron una revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), orientada a la creación de un Espacio Económico Norteamericano con “un estilo humanitario de integración”.

 

Al inaugurar el Seminario “El Tratado de  Libre Comercio de América del Norte, evaluación jurídica”, el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Diego Valadés, opinó que es necesario impulsar los aspectos positivos del acuerdo, buscar la corrección de aquellos disfuncionales y adoptar nuevos instrumentos de cooperación a la luz de la experiencia.

 

En la sede del IIJ, advirtió que existen problemas ostensibles, los cuales no fueron previstos al firmarse el TLCAN, los cuales podían afectar la vida institucional y económica del país, ante las asimetrías  existentes entre las economías de Canadá y Estados Unidos, frente a la mexicana.

 

No se tomaron disposiciones pertinentes para incorporar temas como la inversión de ciencia y tecnología, lo que ha convertido a México en un país tributario en cuanto a la generación de conocimiento de las grandes potencias, particularmente de Norteamérica, aseveró.

 

Expuso que México forma  parte de una nueva realidad de colonialismo tecnológico en el orbe. “Esto no se manejó en la  negociación, tampoco se planteó el problema de infraestructura en materia de transporte y los mexicanos tuvimos  que invertir nuestros propios recursos, para facilitar el acceso de mercancías extranjeras”.

 

Aseveró que uno de los grandes temas es la apertura por supresión total de los aranceles en el caso del maíz y frijol a partir de 2008 y sus efectos en la vida económica y social del país, al haber millones de compatriotas que viven de estos productos.

 

Sobre éstos, refirió que México tiene una Constitución Política que sigue estando por arriba de cualquier tratado internacional. Su artículo 131 faculta al Congreso y al presidente de la República para imponer aranceles o para restringir la circulación de mercancías en el interior del país, cuando se pueda poner en peligro la economía o la estabilidad social de la nación.

 

“Tenemos pues instrumentos jurídicos para la defensa de la estabilidad social, pero no se puede prever si la aplicación de éstos genere otros factores de inestabilidad, derivados de nuestra relación con los socios comerciales del norte”, apuntó.

 

Diego Valadés recalcó que hay opciones para defender los intereses legítimos de una sociedad en la que domina la economía informal, la pobreza y en la que tenemos enormes dificultades.

 

Afirmó que el TLCAN es uno de los temas relevantes para la vida mexicana, por lo que insistió en la necesidad de un análisis retrospectivo y prospectivo.

 

“Tenemos que examinar si se trata de un instrumento pétreo o jurídico dinámico. Si aquello  que se convino y entró en vigor el 1  de enero de 1994, ha de mantenerse como una realidad jurídica inmutable o permite algunas adecuaciones derivadas de la experiencia a lo largo del tiempo”.

 

Por su parte, el académico del IIJ, Jorge Witker, indicó  que la discusión se centra en la posibilidad de plantear por seguridad nacional, social, alimentaria, una restricción a la tasa cero que se aproxima el 1 de enero de 2008 en maíz  y frijol, pactada en el TLCAN, pero prevista en la Constitución, “ese es el  gran dilema que desde el punto de vista jurídico se enfrenta”.

 

A su vez, el representante económico de México para el Mercado Común del Sur, Arturo Oropeza, manifestó que el análisis geopolítico de la época en que se firmó el Tratado no previó factores como el surgimiento de la “locomotora” asiática” ni su impacto “en el microclima de comercio del TLCAN”.

 

Por ello, opinó, estos factores obligan a replantear, revisar y rediseñar el proyecto. Del auge de las exportaciones pasamos al estancamiento y a la pérdida de productividad, frente al crecimiento asiático. El reto es lograr una oportunidad de revisión general del esquema, con un modelo de salida regional.

 

Propuso pensar  en un nuevo espacio comercial norteamericano, en el cual sea posible romper paradigmas y crear una figura que pueda brindar un sistema que tome lo pertinente de un tratado de libre comercio, como de un mercado común o una unión económica.

 

El Espacio Económico Norteamericano tendría que considerar disminuir asimetrías con base a proyectos de 50 años, se deben prever fondos de desarrollo y replantear el tema agrícola, entre otros temas.

 

En su oportunidad, la académica del Instituto de Investigaciones Económicas, Sarahí Ángeles Cornejo detalló que con la aplicación del modelo económico neoliberal significó el aumento de precios e impuestos de los productos energéticos producidos por la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos, y la Compañía de Luz y Fuerza.

 

Por otro lado, se redujo el presupuesto a estas empresas, lo que las dejó sin recursos para inversión y mantenimiento. El resultado ha sido un empobrecimiento de las mismas y un proceso de endeudamiento y la obsolescencia de las instalaciones del sector energético, añadió.

 

Por último, el investigador José Luis Calva subrayó a su vez que hay que pensar imprimirle al TLCAN un estilo europeo de integración económica. Este fue un procedimiento firmado por tres gobiernos conservadores.

 

Recordó que en la Unión Europea hay una serie de instituciones que propician la convergencia de las naciones y de los fondos de cohesión social, con instituciones que permiten el acomodo de los países a la integración.

 

Concluyó que en el TLCAN  no hay un sólo dólar de fondos estructurales ni libre flujo de mano de obra. “Pensemos en un planteamiento  para seguir con el TLCAN, pero con un estilo humanitario de integración”.

 

 

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FOTO 01.

Ricardo Méndez Silva, Jorge Witker, Diego Valadés y Manuel Becerra, durante la inauguración del Seminario “El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, evaluación jurídica”, en el IIJ de la UNAM.

 

 

FOTO 02

Participantes de la primera mesa de trabajo del Seminario “El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, evaluación jurídica”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.