06:00 hrs.  12 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-110

Ciudad Universitaria

 

 

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 TIENE MÉXICO INEQUIDAD EN EL ACCESO A SERVICIOS ODONTOLÓGICOS

 

·        Consideró Javier de la Fuente Hernández, director de la Facultad de Odontología de la UNAM

·        Mientras en las grandes urbes hay un dentista por cada cien o 500 habitantes, en las zonas rurales hay uno por cada 10 mil o 20 mil, reveló

·        La odontología practicada en México está íntimamente ligada con la realidad socioeconómica: Jorge Mario Palma Calero, secretario auxiliar de la Dirección de la FO

·        En esa entidad se realiza un esfuerzo extraordinario para fortalecer grupos de investigación, opinó Higinio Arzate, de la División de Estudios de Posgrado e Investigación

 

En México hay inequidad en el acceso a los servicios odontológicos, mientras en las grandes urbes hay un dentista por cada cien o 500 habitantes, en las zonas rurales hay uno por cada 10 mil o 20 mil, consideró Javier de la Fuente Hernández, director de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.

 

Ello pese a considerar que hay suficientes dentistas en nuestro país, pues se calculan en uno por cada dos mil habitantes, reveló. Mientras en otros campos del conocimiento no se cuenta con suficientes especialistas, en esta disciplina –que busca incidir en los problemas de salud y enfermedad bucal de los individuos– no es el caso.

 

La solución para reducir esta brecha entre grupos sociales es la prevención, sugirió, “porque una vez que los padecimientos se instalan es costoso para la persona o el Estado solucionarlos”.

 

El asunto, añadió por su parte Jorge Mario Palma Calero, secretario auxiliar de la Dirección de la FO, es que la odontología practicada en México está íntimamente ligada con la realidad socioeconómica, al ser las personas de los estratos más altos quienes acceden más a ella. A pesar de que las tendencias educativas le dan gran importancia al aspecto preventivo, es difícil para los pacientes modificar sus hábitos.

 

La propuesta de De la Fuente Hernández para lograr que haya un mayor y mejor cuidado bucal es trabajar en dos ámbitos. Uno es de las universidades, para acercar a los alumnos mediante prácticas de campo, a la realidad de los grupos más desprotegidos. Otro es del Estado, el cual debiera dictar políticas de salud acordes, como la determinación de concentraciones de flúor en el agua y pastas de dientes, así como cuestiones relativas a alimentos bajos en azúcares.

 

El director de la FO subrayó también que tampoco la odontología que se ofrece en nuestro país es la misma. En ciertas regiones, “no es de gran tecnología, sino únicamente para sobrevivir”, es decir, sólo permite continuar con la ingesta, pero no devuelve la función, estética, autoestima y muchos otros factores que tienen que ver con la boca.

 

Por tanto, resaltó, hay una doble barrera: en la distribución de los dentistas y en el tipo de tratamiento o rehabilitación que realizan. La concentración de odontólogos se da en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey; y el menor número está en regiones pobres de Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Además, no todos los procedimientos realizados están a la vanguardia.

 

Aproximadamente, indicó, hay en México alrededor de 69 escuelas donde se imparte esta carrera; “prácticamente todos los estados tienen una”. Lo que distingue a la FO de las demás es que tiene la estructura de investigación y posgrado más sólida del país. Genera 80 por ciento de la investigación nacional en la materia. En maestría y doctorado recibe estudiantes de prácticamente todas las entidades federativas y de muchos países de Latinoamérica; alrededor de 18 por ciento de su matrícula es de alumnos del extranjero.

En licenciatura, aclaró, aproximadamente 10 por ciento de su matrícula está constituida por jóvenes de entidades diferentes al Distrito Federal, y de universidades estatales como las de Sinaloa, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Bajo el programa de movilidad estudiantil, recibirá ahora alumnos de Ecuador, Chile y Colombia, aparte de los de Venezuela, Panamá, Nicaragua, República Dominicana y Perú, que tiene formalmente en los programas.

 

Dentro del panorama anterior, refirió, sobresale el reto de implementar en la clínica los adelantos generados en investigación. Ello será posible sólo si se modifica la currícula y se les incorpora a mayor velocidad. En este sentido, el desafío para escuelas y facultades es volver a sus egresados mucho más autosuficientes e interesados en entender y conocer nuevas técnicas.

 

De ahí la importancia de que en la FO se realice un esfuerzo extraordinario para fortalecer grupos de investigación, opinó Higinio Arzate, jefe del Laboratorio de Biología Celular de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la FO. Esta tarea es primordial, porque su paulatina consolidación influirá en el currículum de la carrera de cirujano dentista, y servirá como fundamento para enfrentar con éxito los cambios biotecnológicos y bioinformáticos que inciden en la profesión.

 

El futuro de la odontología, expresó De la Fuente Hernández, es complejo y de grandes oportunidades, “pero sólo se puede imaginar para los próximos 10 años”. Las transformaciones son tan rápidas, “que no me atrevería a hablar de lo que será en dos o tres décadas”. En los años 80 no era ni remotamente lo que es ahora y es en este momento cuando hay más adecuaciones.

 

Además, señaló el director, será necesario que en el futuro los dentistas no sólo trabajen con sus pares, sino con expertos de otras disciplinas, por ejemplo, ingenieros en cómputo, para mejorar sus técnicas de diagnóstico. Se buscará que los adelantos y nuevos campos tengan impacto en el servicio.

 

 

 

 

Para Higinio Arzate, las perspectivas de la odontología están asociadas al proyecto del genoma humano y a la cantidad increíble de conocimiento e información generada, los cuales los cirujanos dentistas deben incorporar, porque en el futuro el diagnóstico y tratamiento deberán estar basados en ellos.

 

La que hoy se practica en México, comentó Palma Calero, tiene mucho que ver con restauración y rehabilitación, las cuales se realizan con apoyo de diversos materiales. De hecho, la mayoría de la hecha en nuestro país hasta hace 15 ó 20, estaba ligada a metales, estructuras reactivas. Sin embargo, la nueva tendencia está vinculada a la biocompatibilidad.

 

La utilización de cerámicos en el mediano plazo dominará ambos aspectos, dijo. “A escala nacional ha sido hasta hace relativamente poco tiempo que se ponen implantes biocompatibles, en cuanto a que tienen como base un metal poco reactivo en el medio bucal, el titanio, y se ha logrado recubrirlos hidroxiapatita”, parte inorgánica del hueso.

 

Respecto a intervenciones, sostuvo que es un campo avanzado en México. De hecho, son cirujanos dentistas quienes se encargan de los tratamientos quirúrgicos de todo el entorno bucal, al incluir cuestiones estéticas. Problemas congénitos que antes eran corregidos por cirujanos plásticos, “como fisuras labiales, e incluso que involucran al paladar, ahora son un campo” de responsabilidad odontológica.

 

La FO en particular tiene una gran capacidad para preparar expertos en ese sentido, destacó. Inclusive profesores de esta entidad constantemente van a Estados Unidos a dar cursos de cirugía, así como en países del Medio Oriente. No sólo acuden a prestar sus servicios, sino también a impartir docencia, lo cual habla del adelanto que en ese campo tiene nuestro país.

 

Higinio Arzate acotó que hoy en día la Facultad –cuya matrícula contempla 75 por ciento de mujeres–  ha empezado a implementar, en conjunto con el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, estrategias para desarrollar tejidos que en un futuro pudieran ser utilizados como alternativa terapéutica de la enfermedad periodontal.

 

Asimismo, recalcó, desde el punto de vista de la investigación básica, en la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la FO se encuentran establecidas líneas enfocadas al estudio de fenómenos básicos de la biología periodontal, como polimorfismos y de que manera contribuyen a su severidad; así como la producción de proteínas recombinantes que pudieran abrir nuevas vías terapéuticas para el tratamiento y regeneración de estructuras perdidas.

 

La enfermedad periodontal, que aproximadamente sufre en algún grado 90 por ciento de la población mundial, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, es un trastorno inflamatorio multifactorial que afecta las estructuras de soporte del diente, lo que se traduce en pérdida del hueso, movilidad de los órganos dentarios y posteriormente su eventual pérdida, explicó.

 

Pero, agregó De la Fuente Hernández, al aumentar la complejidad de los tratamientos se elevan sus costos: el que va directo a los pacientes; el del dentista, en equipar su consultorio con nueva tecnología; el que tendrán que hacer las universidades al dotar a sus laboratorios de espacios de investigación a la vanguardia, y el del país, en términos de afectaciones (por inasistencia laboral y atención).  Así, habrá grandes adelantos, pero no serán accesibles a la mayoría de la población.

 

En el futuro en odontología, apuntó, “deberá trabajarse más en una movilidad de alumnos y académicos, que permita tener una cultura mucho más flexible que, a la vez, genere los espacios suficientes para comparar nuevos adelantos”. Por tanto, las universidades deberán repartirse los recursos con otras instituciones educativas nacionales o extranjeras, pues “compartirán poblaciones”, y se deberán generar redes de investigación.

 

Además, en el ámbito nacional habrá un gran flujo de población, pues prácticamente no hay fronteras ni regionales ni entre países, lo cual implica no sólo transmisión de las culturas, sino también de dolencias. Habrá patologías emergentes o nuevas. Adicionalmente, se presentará –de hecho ya se ve– un envejecimiento de la población. Se piensa que en 25 años más casi uno de cada cuatro mexicanos será mayor de 65 años; lo cual conlleva enfermedades crónicas.

 

En resumen, México, en el ámbito tecnológico, cuenta con lo más avanzado en práctica odontológica que existe en este momento. El gran problema es que el acceso a toda la gama de tratamientos que existen para resolver situaciones bucodentales por parte de la población, es parcial.

 

El asunto es que, al igual que se cuida el cuerpo para mantenerlo sano, es imprescindible vigilar la salud de nuestra boca. Los dientes tienen un papel relevante, por lo que es necesario mantenerlos en buen estado; son tan necesarios para masticar los alimentos y útiles para hablar con normalidad, además de que forman parte del aspecto de la cara. Esto da una idea de la importancia de mantener buenos hábitos y evitar la pérdida de piezas, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

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Mientras en las grandes urbes hay un dentista por cada cien o 500 habitantes, en zonas rurales hay uno por cada 10 mil o 20 mil, consideró Javier de la Fuente, director de la Facultad de Odontología de la UNAM.

 

 

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Para Higinio Arzate, del Posgrado de la FO de la UNAM, la consolidación académica influirá en el currículum del cirujano dentista, y servirá para enfrentar los cambios biotecnológicos y bioinformáticos.

 

 

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Jorge Mario Palma Calero, secretario auxiliar de la Dirección de la FO de la UNAM, reveló que la odontología practicada en México está íntimamente ligada con la realidad socioeconómica.

 

 

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En México hay suficientes dentistas pero inequidad en el acceso a los servicios odontológicos. Los servicios se concentran en las grandes urbes y disminuyen en las zonas más pobres del país.

 

 

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Lo que distingue a la Facultad de Odontología de la UNAM es que tiene la estructura de investigación y posgrado más sólida del país. Genera 80 por ciento de la investigación nacional en la materia.