Boletín
UNAM-DGCS-108
Ciudad Universitaria
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Los dentistas tienen capacidad para
identificar en forma temprana a pacientes con VIH Sida en lesiones bucales,
además de la presencia de anticuerpos contra ese virus, señaló Enrique Acosta
Gío, del Laboratorio de Microbiología de la División de Estudios de Posgrado e
Investigación de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.
Esta sería una contribución que podrían
hacer “para encontrar casos de infección no detectada previamente que, en todo
el mundo, podrían ser canalizados para recibir atención médica oportuna”. Sobre
todo porque la mayoría de los portadores no saben que lo son y son fuente de
nuevos contagios, afirmó.
Informó que de acuerdo con encuestas, la
mayoría de los odontólogos tiene miedo de tratar a pacientes VIH positivos e,
inclusive, les han negado la atención y discriminado. Sin embargo, una visión
realista de los riesgos ocupacionales llevaría a tomar medidas de protección
esenciales y asegurar esta práctica.
Sobre todo si se considera que es un
profesional que debe participar en esfuerzos de salud pública, más allá de la
lucha contra la caries o padecimientos de las encías, como el VIH y
enfermedades como diabetes, obesidad, hipertensión o tabaquismo y, en
colaboración con el médico, intercambiar información y participar en su
control, opinó.
Se puede “involucrar al dentista en el
diagnóstico de la infección por VIH”. Ello, enfatizó, porque cuando una persona
manifiesta el mal ya han pasado quizá años. En ese lapso, pudo traspasarlo a
otros y perder la oportunidad de acceder a un tratamiento específico para
evitar su desarrollo, como la terapia antirretroviral.
Esta situación ha permitido que su
identificación ya no sea una sentencia de muerte. Ahora, los aquejados que se
controlan pueden gozar de una vida plena y ser útiles a la sociedad, sin perder
su calidad de vida, apuntó.
La herramienta fundamental es la Prueba
Rápida Oral, una pequeña paleta con reactivos para hacer un diagnóstico de
infección por VIH en sólo 20 minutos, que utiliza muestras de fluido bucal,
explicó.
Para su funcionamiento, ese dispositivo
–capaz de detectar alrededor de 97 por ciento de los casos positivos– se coloca
entre los dientes y la cara interna de la mejilla (carrillo) y se pasa por toda
la superficie para recolectar una mezcla de saliva y líquido gingival, añadió.
Una vez saturada, se pasa a un recipiente
con una sustancia que por capilaridad sube y empuja a los agentes biológicos
hasta que aparecen dos bandas. Una prueba positiva marcará la línea en la T (test)
y la C (control); si sólo aparece en la C será negativa. Así, “en cualquier
consulta odontológica, de forma rutinaria, es posible identificar a personas
VIH positivas”, adelantó.
Su uso fue aprobado recientemente en
nuestro país, recordó; cada instrumento tiene un costo aproximado de 15
dólares. No son de venta libre al público, como los exámenes de embarazo, pues
sólo se distribuirán entre profesionales, particularmente entre aquellos que
hayan recibido entrenamiento para su uso, y estén dispuestos a ayudar a los
pacientes y a impulsar los esfuerzos oficiales para detener el Sida.
Se debe llegar “con una intervención
efectiva lo más pronto posible, porque podrían estar en riesgo millones de
vidas”, refirió el universitario. Por lo pronto, serán integradas en el trabajo
cotidiano de la FO.
Abundó que en caso de que una persona
resulte “positivo preliminar” deberán realizarse reconocimientos
confirmatorios, como ELISA e Inmunoblot, antes de un diagnóstico definitivo. De
tal modo, el odontólogo no sólo deberá saber cómo ofrecer la prueba al
paciente, sino darle asesoría sobre el significado del resultado, los pasos a
seguir en caso de estar afectado y, desde luego, canalizarlo a los servicios
sanitarios donde –en su caso– pueda recibir terapia antirretroviral.
Ante ese panorama, la actitud de los
trabajadores de la salud debe modificarse, ser más abierta para atender a los
infectados o enfermos. En 2004, en Tailandia, detalló, un panel de expertos en
estomatología y bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud lanzó
la Declaración de Phuket, referente a la importancia de involucrar a los
dentistas en la lucha contra el Sida.
Los puntos que contiene ese acuerdo
señalan que los odontólogos, al revisar la mucosa, pueden encontrar lesiones
relacionadas con el mal y contribuir así a formar una visión epidemiológica del
problema; promover la investigación para entender dichos daños; integrarse a
los esfuerzos nacionales de lucha contra el padecimiento a través de la
detección de casos, puntualizó.
También darles acceso a la salud y
mejores servicios para que tengan una mejor calidad de vida, así como
desarrollar actitudes positivas para no segregar. “Es nuestra convicción
–aseguró Acosta Gío– que si les enseñamos el control de infecciones no van a
discriminar a esos pacientes. Podrán sentirse seguros y procurarles los
tratamientos dentales habituales, amalgamas, incrustaciones o restauraciones
necesarias”.
En este contexto, la FO en colaboración
con la Organización Panamericana de la Salud, ha lanzado un programa de
capacitación para que los especialistas del área conozcan todos los aspectos
del control de contagios, seguridad ocupacional y fundamentos del manejo del
enfermo VIH positivo, así como de las pruebas rápidas de diagnóstico.
Se trata del Simposio Internacional “Integrando a la
profesión dental en la lucha contra el VIH/Sida”, que se llevará a cabo los
días 4 y 5 de mayo en el World Trade Center de la Ciudad de México.
Además de los odontólogos mexicanos, con
esta actividad se espera incidir, en particular, en la capacitación del
personal de la salud de Centroamérica y del Caribe, región del mundo con mayor
incidencia y prevalencia del mal, sólo después de África, donde se carece de la
infraestructura para enfrentar esta emergencia de salud pública.
Este encuentro está dirigido a
profesionales del área bucodental de práctica institucional y privada,
investigadores de la morbilidad bucal asociada con el VIH/Sida, líderes de la
educación odontológica, profesores, estudiantes y, en especial, administradores
de esta área.
Hacia el interior del país, además, la FO
está en contacto con CENSIDA, para participar en los esfuerzos nacionales
contra el mal y determinar cómo insertar al odontólogo en esa lucha, mediante
el uso de la prueba de diagnóstico rápido, precisó Acosta Gío.
En el Simposio, organizado también por el
Programa Internacional de Educación sobre VIH/Sida de la Universidad Emory, en
Atlanta; HIVdent y la “Organization for Safety and Asepsis Procedures” (OSAP,
de la cual el propio universitario es director), contará con destacados
conferencistas nacionales e internacionales.
“El odontólogo –finalizó– ya no es sólo
un profesional encerrado en su consultorio que restaura dientes dañados; el
futuro dentista debe ver nuevos horizontes y atender las nuevas demandas de la
población. Hay muchos pacientes especiales a los cuales se les debe respeto,
atención y calidad en el servicio. No es una labor altruista, sino una
obligación profesional”.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Enrique Acosta Gío, del Posgrado de
la Facultad de Odontología de la UNAM, señaló que los dentistas tienen
capacidad para identificar en forma temprana a pacientes con VIH Sida en
lesiones bucales.
FOTO 02.
Los dentistas, además de luchar contra
caries o padecimientos de encías, pueden colaborar para tratar VIH, diabetes,
obesidad, hipertensión o tabaquismo, señalaron odontólogos de la UNAM.
FOTO 03
Mediante una Prueba Rápida Oral, una
pequeña paleta con reactivos, los dentistas pueden diagnosticar una infección
por VIH en sólo 20 minutos, se informó en la UNAM.
FOTO 04
El profesor de la Facultad de
Odontología de la UNAM, Enrique Acosta Gío, recordó que la mayoría de los
odontólogos tiene miedo de tratar a pacientes VIH positivos e, inclusive, les
han negado la atención y discriminado.