11:30 hrs.  10 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-104

Ciudad Universitaria

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FUNDAMENTAL PARA EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL PAÍS, EL INSTITUTO DE INGENIERÍA DE LA UNAM

 

·        En 50 años de vida, sus egresados han participado en el diseño, construcción, operación y mantenimiento de obras como el Metro y grandes presas

·        También ha sido esencial en la preparación de los cuadros profesionales que la nación requiere: Sergio Alcocer Martínez, director del II

·        Los ex directores Luis Esteva Maraboto y Roger Díaz de Cossío reconocieron el papel trascendente que ha desempeñado esta entidad, por la mística especial de sus miembros

 

Durante sus primeras cinco décadas de vida, el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM ha sido motor esencial del crecimiento y avance de México, gracias a la participación de sus investigadores en el desarrollo de nuevo conocimiento y tecnologías, que han permitido establecer los criterios generales para el diseño y construcción de grandes obras.

 

Sus egresados, formados con rigor y visión práctica, han intervenido con éxito en la planeación, edificación, operación y mantenimiento de los sistemas de transporte, entre ellos el Metro y vialidades de la Ciudad de México, las presas, reglamentos de construcción del Distrito Federal y de otras urbes; además de estudios para mitigar los efectos de desastres, como las inundaciones en el sureste del territorio.

 

 

Al respecto, Sergio Alcocer Martínez de Castro, director del Instituto, reconoció que éste ha sido fundamental para el país, no sólo por su colaboración en múltiples obras de infraestructura, sino también en la preparación de los cuadros profesionales que se requieren, ellos “participan en diversos proyectos para concluir con sus grados académicos y terminar su tesis de licenciatura, maestría o doctorado”.

 

Por su parte, los ex directores Luis Esteva Maraboto y Roger Díaz de Cossío Carvajal destacaron el trascendente papel desempeñado por esta entidad universitaria, porque la gente que pasa por sus cubículos y laboratorios tiene una mística especial, “un sentido de misión que se ha logrado preservar. El que trabaja aquí está convencido de que tiene que hacer algo por México”.

 

Alcocer Martínez de Castro insistió en que, desde sus inicios, la misión del II ha sido desarrollar investigación y formar recursos humanos del más alto nivel, para mejorar la práctica de la ingeniería y transformar a nuestra sociedad a través de su infraestructura.

 

Para proseguir con ese talante, subrayó, esta entidad –la mejor en su campo en el país– busca ser la más importante de América Latina y una de las principales del orbe. Para ello es indispensable que sus resultados sean lo más útiles posible, obtenidos con rigor, originalidad y calidad, traducidos en cambios positivos para la población.

 

Recordó que entre los aportes importantes del II está la edificación del drenaje profundo de la Ciudad de México, en donde colaboró en su trazo y construcción; así como en el diseño de las máquinas tuneleras que permitieron excavar en las arcillas más complejas de la metrópoli, tema vigente dadas las recientes discusiones sobre la necesidad de replantear el futuro del sistema hidráulico de la urbe.

 

También en los estudios de mecánica de suelos para el Sistema de Transporte Colectivo, en el trazado de sistemas de vagones; así como en la edificación de algunos de los puentes más grandes del territorio. El personal del Instituto estuvo presente en los trabajos para planear y edificar la Alberca Olímpica y el Palacio de los Deportes. Asimismo, apuntó, en el esbozo de los acueductos nacionales, como el Chapala-Guadalajara, Tijuana y el Cutzamala. Incluso se brinda asesoría para su mantenimiento y operación.

Además, dijo, el II ha hecho aportaciones para la mejora de viviendas, tanto en lo referente a resistencia mecánica (estructura y cimentación), como en durabilidad y diseño bioclimático. No se puede explicar el desarrollo reciente de esta industria sin la participación universitaria.

 

Esteva Maraboto, investigador emérito de la UNAM y académico decano de esa entidad, señaló que después de los sismos de 1985 el Instituto tuvo intervención esencial en la creación del Centro Nacional de Prevención de Desastres y del Instituto Mexicano del Transporte.

 

Otro ejemplo del impacto de su trabajo es el Manual de Obras Civiles de la Comisión Federal de Electricidad, que nació a fines de los 60, el cual abarcó temblores y otros aspectos, añadió. “Es tomado por todos los ingenieros como documento básico, lo cual se ha mantenido hasta el presente”. En la actualidad esta entidad coordina su actualización.

 

De hecho, comentó Díaz de Cossío Carvajal, coordinador de Ingeniería de Sistemas en el II, en toda obra hidráulica nacional y de muchos otros tipos ha tenido contribución el Instituto. Además, es la encargada de establecer el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal y de otras ciudades de la República.

 

Los retos

El Instituto de Ingeniería tiene hoy el reto de la modernización e innovación tecnológica de su infraestructura. “En la época en que se fundó se tenían laboratorios de punta, tanto en el ámbito nacional como internacional”. Ahora, para seguir en la competencia y desarrollo de sus labores es indispensable reforzarlos, manifestó el director.

 

Además, se debe incursionar en la interdisciplina, incluso dentro de los campos cultivados. Un ejemplo es el auge reciente del concepto de vivienda sustentable. Para ello, sugirió, se requiere formar grupos de especialistas en materiales, cimentaciones, energías renovables, reuso y tratamiento de agua, disposición de residuos sólidos, instrumentación, control y automatización.

 

 

 

 

Sergio Alcocer agregó que otro desafío inmediato es fortalecer las líneas en donde se han obtenido grandes logros, pero también reconocer que hay otras por explorar. Ello implica que los nuevos miembros tengan capacidad para abordar campos diferentes. Por ejemplo, considerar que el petróleo se acabará en unos años y abordar las energías renovables, como la solar, eólica, y otras; así como redoblar esfuerzos en torno al suministro, reuso y tratamiento del agua, y en sistemas de transporte y vivienda.

 

Para conmemorar el primer medio siglo de vida del Instituto se ha organizado un programa de actividades culturales y académicas, como la asistencia de 50 profesores de alto prestigio, tanto de universidades nacionales como extranjeras, quienes durante el año impartirán conferencias e interactuarán con sus colegas universitarios, y como resultado de ello, establecerán proyectos conjuntos.

 

Además, será sede de los congresos nacionales de Control Automático y Robótica. El 19 de marzo, el Taller Coreográfico brindará una función para el Instituto, y el 18 de agosto, con apoyo de la Academia de Música del Palacio de Minería y de la Facultad de Ingeniería (FI), la Orquesta Sinfónica de Minería ofrecerá un concierto. 

 

Era la década de los 50…

Díaz de Cossío recordó que en 1953 Nabor Carrillo, en uno de sus primeros consejos universitarios como rector, argumentó que la UNAM necesitaba un instituto que realizara investigación en ingeniería. Para ello, Bernardo Quintana, de Ingenieros Civiles Asociados, donó su Laboratorio de Mecánica de Suelos.

 

En 1955, Nabor Carrillo, Javier Barros Sierra, Bernardo Quintana y Fernando Hiriart constituyeron al Instituto de Ingeniería como asociación civil. Fue el 12 de enero de 1956 cuando este último asumió de manera formal su dirección. Tres años después, Barros Sierra la convirtió en División de Investigación de la FI.

 

“Vinieron a trabajar al Instituto Raúl Marsal, Eulalio Juárez Badillo, Enzo Levi, Emilio Rosenblueth y Fernando Hiriart fue nombrado director”. Comenzó en el sótano del Instituto de Geología, lo que hoy es el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras, expuso.

En aquella época sólo había cinco investigadores, hoy son cerca de 800. En 1976 se separó de la Facultad, para integrarse de manera independiente al Subsistema de la Investigación Científica. Ello contribuyó a fortalecer el trabajo académico de la entidad, sin desligarse de su misión de atender los problemas nacionales, detalló.

 

Sergio Alcocer enfatizó que en septiembre de 1959 se inauguraron los primeros edificios de la nueva sede: la nave “Raúl Sandoval Landázuri” y el laboratorio de Mecánica de Suelos; ambos abarcaban 2 mil 300 metros cuadrados. “Hoy tenemos diez veces esa superficie construida, con 17 edificios, y está en construcción el 18”.

 

Con diez grandes áreas de investigación y más de 200 proyectos en marcha, las fortalezas del Instituto se sustentan en su prestigio, “sobre todo por las aportaciones que ha hecho a la nación, lo que ha permitido transformar su infraestructura; además de ser una instancia universitaria consolidada, madura y con un espíritu de servicio hacia la comunidad y el país”, sostuvo el director.

 

“Para el Instituto, el atributo más importante de sus programas, sobre cualquier otro indicador, es el impacto que ha tenido y tiene nuestro trabajo en la transformación y modernización de México, así como en la educación de jóvenes ingenieros”, reiteró Sergio Alcocer.

 

Roger Díaz de Cossío indicó que su principal fortaleza son las personas que ahí trabajan. En su corta historia sus integrantes han recibido múltiples premios: una decena de la UNAM, seis nacionales de Ciencias, dos nacionales de Protección Civil, diez distinciones Universidad Nacional para Jóvenes Académicos y ocho de sus integrantes han sido nombrados profesores o investigadores eméritos de la Universidad Nacional. Además, tres de sus directores han sido subsecretarios de Educación.

 

Alcocer Martínez resaltó que la mística del Instituto es y seguirá siendo formar a los futuros ingenieros en esta disciplina, para que conozcan problemas reales y aporten soluciones. Los jóvenes que egresan y toman decisiones en nuestro país han pasado por él. “Este es uno de nuestros grandes orgullos, que pocos pueden igualar”.

 

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FOTO 01.

Roger Díaz de Cossío, Luis Esteva Maraboto y Sergio Alcocer Martínez reconocieron el papel trascendente que ha desempeñado el Instituto de Ingeniería de la UNAM en la vida de México.

 

FOTO 02

El ex director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Roger Díaz de Cossío Carvajal, señaló que en toda obra hidráulica nacional y de muchos otros tipos ha tenido contribución esta entidad.

 

FOTO 03

Luis Esteva Maraboto, ex director del II de la UNAM, señaló que después de los sismos de 1985 el Instituto tuvo intervención en la creación del CENAPRED y del Instituto Mexicano del Transporte. Le acompaña Sergio Alcocer Martínez, actual titular de esa entidad.

 

FOTO 04

Sergio Alcocer Martínez de Castro, director del II de la UNAM, recordó que esta entidad ha colaborado en múltiples obras de infraestructura, y en la preparación de los cuadros profesionales que se requieren.