Boletín
UNAM-DGCS-104
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
FUNDAMENTAL PARA EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL PAÍS, EL INSTITUTO DE INGENIERÍA DE LA UNAM
·
En 50 años de vida, sus egresados han
participado en el diseño, construcción, operación y mantenimiento de obras como
el Metro y grandes presas
·
También ha sido esencial en la preparación
de los cuadros profesionales que la nación requiere: Sergio Alcocer Martínez,
director del II
·
Los ex directores Luis Esteva Maraboto y
Roger Díaz de Cossío reconocieron el papel trascendente que ha desempeñado esta
entidad, por la mística especial de sus miembros
Durante sus
primeras cinco décadas de vida, el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM ha
sido motor esencial del crecimiento y avance de México, gracias a la participación
de sus investigadores en el desarrollo de nuevo conocimiento y tecnologías, que
han permitido establecer los criterios generales para el diseño y construcción
de grandes obras.
Sus egresados,
formados con rigor y visión práctica, han intervenido con éxito en la
planeación, edificación, operación y mantenimiento de los sistemas de
transporte, entre ellos el Metro y vialidades de la Ciudad de México, las
presas, reglamentos de construcción del Distrito Federal y de otras urbes;
además de estudios para mitigar los efectos de desastres, como las inundaciones
en el sureste del territorio.
Al respecto, Sergio
Alcocer Martínez de Castro, director del Instituto, reconoció que éste ha sido
fundamental para el país, no sólo por su colaboración en múltiples obras de
infraestructura, sino también en la preparación de los cuadros profesionales
que se requieren, ellos “participan en diversos proyectos para concluir con sus
grados académicos y terminar su tesis de licenciatura, maestría o doctorado”.
Por su parte, los
ex directores Luis Esteva Maraboto y Roger Díaz de Cossío Carvajal destacaron
el trascendente papel desempeñado por esta entidad universitaria, porque la
gente que pasa por sus cubículos y laboratorios tiene una mística especial, “un
sentido de misión que se ha logrado preservar. El que trabaja aquí está
convencido de que tiene que hacer algo por México”.
Alcocer Martínez de
Castro insistió en que, desde sus inicios, la misión del II ha sido desarrollar
investigación y formar recursos humanos del más alto nivel, para mejorar la
práctica de la ingeniería y transformar a nuestra sociedad a través de su
infraestructura.
Para proseguir con
ese talante, subrayó, esta entidad –la mejor en su campo en el país– busca ser
la más importante de América Latina y una de las principales del orbe. Para
ello es indispensable que sus resultados sean lo más útiles posible, obtenidos
con rigor, originalidad y calidad, traducidos en cambios positivos para la
población.
Recordó que entre
los aportes importantes del II está la edificación del drenaje profundo de la
Ciudad de México, en donde colaboró en su trazo y construcción; así como en el
diseño de las máquinas tuneleras que permitieron excavar en las arcillas más
complejas de la metrópoli, tema vigente dadas las recientes discusiones sobre
la necesidad de replantear el futuro del sistema hidráulico de la urbe.
También en los
estudios de mecánica de suelos para el Sistema de Transporte Colectivo, en el
trazado de sistemas de vagones; así como en la edificación de algunos de los
puentes más grandes del territorio. El personal del Instituto estuvo presente
en los trabajos para planear y edificar la Alberca Olímpica y el Palacio de los
Deportes. Asimismo, apuntó, en el esbozo de los acueductos nacionales, como el
Chapala-Guadalajara, Tijuana y el Cutzamala. Incluso se brinda asesoría para su
mantenimiento y operación.
Además, dijo, el II
ha hecho aportaciones para la mejora de viviendas, tanto en lo referente a
resistencia mecánica (estructura y cimentación), como en durabilidad y diseño
bioclimático. No se puede explicar el desarrollo reciente de esta industria sin
la participación universitaria.
Esteva Maraboto,
investigador emérito de la UNAM y académico decano de esa entidad, señaló que
después de los sismos de 1985 el Instituto tuvo intervención esencial en la
creación del Centro Nacional de Prevención de Desastres y del Instituto
Mexicano del Transporte.
Otro ejemplo del
impacto de su trabajo es el Manual de Obras Civiles de la Comisión Federal de
Electricidad, que nació a fines de los 60, el cual abarcó temblores y otros
aspectos, añadió. “Es tomado por todos los ingenieros como documento básico, lo
cual se ha mantenido hasta el presente”. En la actualidad esta entidad coordina
su actualización.
De hecho, comentó Díaz
de Cossío Carvajal, coordinador de Ingeniería de Sistemas en el II, en toda
obra hidráulica nacional y de muchos otros tipos ha tenido contribución el
Instituto. Además, es la encargada de establecer el Reglamento de
Construcciones del Distrito Federal y de otras ciudades de la República.
Los retos
El Instituto de
Ingeniería tiene hoy el reto de la modernización e innovación tecnológica de su
infraestructura. “En la época en que se fundó se tenían laboratorios de punta,
tanto en el ámbito nacional como internacional”. Ahora, para seguir en la
competencia y desarrollo de sus labores es indispensable reforzarlos, manifestó
el director.
Además, se debe
incursionar en la interdisciplina, incluso dentro de los campos cultivados. Un
ejemplo es el auge reciente del concepto de vivienda sustentable. Para ello,
sugirió, se requiere formar grupos de especialistas en materiales,
cimentaciones, energías renovables, reuso y tratamiento de agua, disposición de
residuos sólidos, instrumentación, control y automatización.
Sergio Alcocer
agregó que otro desafío inmediato es fortalecer las líneas en donde se han
obtenido grandes logros, pero también reconocer que hay otras por explorar.
Ello implica que los nuevos miembros tengan capacidad para abordar campos
diferentes. Por ejemplo, considerar que el petróleo se acabará en unos años y
abordar las energías renovables, como la solar, eólica, y otras; así como
redoblar esfuerzos en torno al suministro, reuso y tratamiento del agua, y en
sistemas de transporte y vivienda.
Para conmemorar el
primer medio siglo de vida del Instituto se ha organizado un programa de
actividades culturales y académicas, como la asistencia de 50 profesores de
alto prestigio, tanto de universidades nacionales como extranjeras, quienes
durante el año impartirán conferencias e interactuarán con sus colegas
universitarios, y como resultado de ello, establecerán proyectos conjuntos.
Además, será sede
de los congresos nacionales de Control Automático y Robótica. El 19 de marzo,
el Taller Coreográfico brindará una función para el Instituto, y el 18 de
agosto, con apoyo de la Academia de Música del Palacio de Minería y de la
Facultad de Ingeniería (FI), la Orquesta Sinfónica de Minería ofrecerá un
concierto.
Era la década de
los 50…
Díaz de Cossío recordó
que en 1953 Nabor Carrillo, en uno de sus primeros consejos universitarios como
rector, argumentó que la UNAM necesitaba un instituto que realizara
investigación en ingeniería. Para ello, Bernardo Quintana, de Ingenieros
Civiles Asociados, donó su Laboratorio de Mecánica de Suelos.
En 1955, Nabor
Carrillo, Javier Barros Sierra, Bernardo Quintana y Fernando Hiriart
constituyeron al Instituto de Ingeniería como asociación civil. Fue el 12 de
enero de 1956 cuando este último asumió de manera formal su dirección. Tres
años después, Barros Sierra la convirtió en División de Investigación de la FI.
“Vinieron a
trabajar al Instituto Raúl Marsal, Eulalio Juárez Badillo, Enzo Levi, Emilio
Rosenblueth y Fernando Hiriart fue nombrado director”. Comenzó en el sótano del
Instituto de Geología, lo que hoy es el Centro de Enseñanza de Lenguas
Extranjeras, expuso.
En aquella época
sólo había cinco investigadores, hoy son cerca de 800. En 1976 se separó de la Facultad,
para integrarse de manera independiente al Subsistema de la Investigación
Científica. Ello contribuyó a fortalecer el trabajo académico de la entidad,
sin desligarse de su misión de atender los problemas nacionales, detalló.
Sergio Alcocer
enfatizó que en septiembre de 1959 se inauguraron los primeros edificios de la
nueva sede: la nave “Raúl Sandoval Landázuri” y el laboratorio de Mecánica de
Suelos; ambos abarcaban 2 mil 300 metros cuadrados. “Hoy tenemos diez veces esa
superficie construida, con 17 edificios, y está en construcción el 18”.
Con diez grandes
áreas de investigación y más de 200 proyectos en marcha, las fortalezas del
Instituto se sustentan en su prestigio, “sobre todo por las aportaciones que ha
hecho a la nación, lo que ha permitido transformar su infraestructura; además
de ser una instancia universitaria consolidada, madura y con un espíritu de
servicio hacia la comunidad y el país”, sostuvo el director.
“Para el Instituto,
el atributo más importante de sus programas, sobre cualquier otro indicador, es
el impacto que ha tenido y tiene nuestro trabajo en la transformación y
modernización de México, así como en la educación de jóvenes ingenieros”,
reiteró Sergio Alcocer.
Roger Díaz de
Cossío indicó que su principal fortaleza son las personas que ahí trabajan. En
su corta historia sus integrantes han recibido múltiples premios: una decena de
la UNAM, seis nacionales de Ciencias, dos nacionales de Protección Civil, diez
distinciones Universidad Nacional para Jóvenes Académicos y ocho de sus
integrantes han sido nombrados profesores o investigadores eméritos de la
Universidad Nacional. Además, tres de sus directores han sido subsecretarios de
Educación.
Alcocer Martínez
resaltó que la mística del Instituto es y seguirá siendo formar a los futuros
ingenieros en esta disciplina, para que conozcan problemas reales y aporten
soluciones. Los jóvenes que egresan y toman decisiones en nuestro país han
pasado por él. “Este es uno de nuestros grandes orgullos, que pocos pueden
igualar”.
–o0o–
FOTO 01.
Roger Díaz de
Cossío, Luis Esteva Maraboto y Sergio Alcocer Martínez reconocieron el papel
trascendente que ha desempeñado el Instituto de Ingeniería de la UNAM en la
vida de México.
FOTO 02
El ex director
del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Roger Díaz de Cossío Carvajal, señaló
que en toda obra hidráulica nacional y de muchos otros tipos ha tenido
contribución esta entidad.
FOTO 03
Luis Esteva
Maraboto, ex director del II de la UNAM, señaló que después de los sismos de
1985 el Instituto tuvo intervención en la creación del CENAPRED y del Instituto
Mexicano del Transporte. Le acompaña Sergio Alcocer Martínez, actual titular de
esa entidad.
FOTO 04
Sergio Alcocer
Martínez de Castro, director del II de la UNAM, recordó que esta entidad ha
colaborado en múltiples obras de infraestructura, y en la preparación de los
cuadros profesionales que se requieren.