11:00 hrs.  8 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-097

Ciudad Universitaria

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INEQUITATIVO, EL MODELO DE LA ONU

 

·        En la UNAM, el presidente de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza, señaló que la  participación de México en el Consejo de Seguridad debería someterse a debate nacional

·        El director del CEIICH, Daniel Cazés, inauguró el Diálogo Social para una política Exterior de Estado

·        Académicos y representantes de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la sociedad civil debatieron sobre el tema

 

El modelo de Naciones Unidas es inequitativo y registra una profunda crítica ética desde la sociedad civil, señaló en la UNAM el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, quien advirtió que tanto el diseño de la política exterior del Estado mexicano, como su participación en el Consejo de Seguridad, requieren someterse a debate nacional.

 

Al participar en el Diálogo Social para una política exterior de Estado –inaugurado por el director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Daniel Cazés–, el ombudsman capitalino abundó que nuestro país “debería tener elementos mínimos de consenso para determinar hasta dónde  intervenir y para qué en el Consejo de Seguridad, con una  agenda congruente que ponga en el centro temas como derechos humanos, democracia y paz”.

 

Destacó que uno de los objetivos sería encabezar la representación regional que articulara los intereses de los latinoamericanos, aunque afirmó que se ha perdido en forma contundente el liderazgo en América Latina y El Caribe.

 

Durante el encuentro –organizado por el CEIICH, la Secretaría de Relaciones Exteriores y organizaciones sociales–, Álvarez Icaza reveló que Naciones Unidas registra una profunda crítica ética desde la sociedad civil por los casos de corrupción, ya que las misiones de paz han generado abusos extraordinarios, expresados en violaciones, maltrato y racismo, entre otros aspectos.

 

Expuso que en el mundo unipolar no se han construido contrapesos de  orden político, mientras que los Estados miembro “no son todos iguales”, al tener cinco naciones el poder de veto, lo que genera un “secuestro” de la agenda a favor de los intereses comunes.

 

Asimismo, refirió que en la segunda mitad del siglo XX se tuvo un desarrollo como nunca en materia de defensa de los individuos, pero se ha pervertido el mecanismo hasta ser “un sistema de intercambio de votos para la censura de los países, donde no se toma  en cuenta la situación de los pueblos y de violaciones a los derechos humanos de miles o millones de personas”.

 

En materia de instrumentos y estándares internacionales, la ONU ha hecho aportes sustantivos, pero “ha llegado  el momento de pensar en la eficacia  de las instancias, por lo que es pertinente  pasar a un Consejo de Derechos Humanos que pueda monitorear y dar seguimiento”, afirmó.

 

Por su parte, Ulises Canchola, director general para el Sistema de Naciones Unidas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, subrayó la importancia de que México considere regresar periódicamente al Consejo de Seguridad, con una mejor estructura de lo que se busca en ese foro. Coincidió en que debería haber un debate interno para dicho reingreso.

 

Añadió que en el sistema hay una tendencia a la discusión sobre lo legal y lo legítimo, mientras exista falta de claridad respecto a la división de funciones en el seno de la Organización.

 

A su vez, el investigador del CEIICH, Jorge Eduardo Navarrete, opinó que la clave para la reforma del Consejo de Seguridad es un cambio profundo en sus procedimientos de trabajo, métodos y forma de adopción de decisiones, así como de transparencia en sus acciones.

 

Llamó a una participación periódica y regular de México en ese organismo si el número de miembros latinoamericanos pasa de dos a cuatro, pues habría posibilidades de una contribución mayor.

 

En este marco, Sergio González Gálvez, embajador emérito del Servicio Exterior Mexicano, indicó que el tema de la transformación de la ONU se ha trabajado en los últimos 40 ó 50 años y en realidad no se ha logrado nada significativo.

 

Manifestó pocas esperanzas de que el esfuerzo realizado pueda en realidad fructificar en una nueva Organización. Asimismo, indicó que una innovadora agenda del organismo no debe desplazar a la fundamental.

 

Por último, Renward García Medrano, del Centro Mexicano de Análisis Estratégico y Negociación Internacional (CAENI), reiteró que la política exterior de México frente a Naciones Unidas debe tener claro que se vive en un intenso periodo de reacomodo de fuerzas en el órgano mundial, luego del término de la Guerra Fría y a partir del parteaguas del 11 de septiembre.

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Daniel Cazés y Emilio Álvarez Icaza, previo a su participación en el Diálogo Social para una política exterior de Estado, en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

 

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Ulises Canchola, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, subrayó en la UNAM la importancia de que México considere regresar periódicamente al Consejo de Seguridad de la ONU.

 

FOTO 03

Jorge Eduardo Navarrete, investigador del CEIICH de la UNAM, opinó que la clave para la reforma del Consejo de Seguridad es un cambio en sus procedimientos de trabajo, métodos y adopción de decisiones.

 

FOTO 04

Sergio González Gálvez, embajador emérito, indicó en la UNAM que el tema de la transformación de la ONU se ha trabajado en los últimos 40 ó 50 años y en realidad no se ha logrado nada significativo.