Boletín
UNAM-DGCS-097
Ciudad Universitaria
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INEQUITATIVO, EL MODELO DE LA ONU
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En
la UNAM, el presidente de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza, señaló que la participación de México en el Consejo de
Seguridad debería someterse a debate nacional
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El
director del CEIICH, Daniel Cazés, inauguró el Diálogo Social para una política
Exterior de Estado
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Académicos
y representantes de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la sociedad civil
debatieron sobre el tema
El modelo de
Naciones Unidas es inequitativo y registra una profunda crítica ética desde la
sociedad civil, señaló en la UNAM el presidente de la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, quien advirtió que tanto el
diseño de la política exterior del Estado mexicano, como su participación en el
Consejo de Seguridad, requieren someterse a debate nacional.
Al participar en el
Diálogo Social para una política exterior de Estado –inaugurado por el director
del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH), Daniel Cazés–, el ombudsman capitalino abundó que nuestro país
“debería tener elementos mínimos de consenso para determinar hasta dónde intervenir y para qué en el Consejo de
Seguridad, con una agenda congruente
que ponga en el centro temas como derechos humanos, democracia y paz”.
Destacó que uno de
los objetivos sería encabezar la representación regional que articulara los
intereses de los latinoamericanos, aunque afirmó que se ha perdido en forma
contundente el liderazgo en América Latina y El Caribe.
Durante el
encuentro –organizado por el CEIICH, la Secretaría de Relaciones Exteriores y
organizaciones sociales–, Álvarez Icaza reveló que Naciones Unidas registra una
profunda crítica ética desde la sociedad civil por los casos de corrupción, ya
que las misiones de paz han generado abusos extraordinarios, expresados en
violaciones, maltrato y racismo, entre otros aspectos.
Expuso que en el
mundo unipolar no se han construido contrapesos de orden político, mientras que los Estados miembro “no son todos
iguales”, al tener cinco naciones el poder de veto, lo que genera un
“secuestro” de la agenda a favor de los intereses comunes.
Asimismo, refirió
que en la segunda mitad del siglo XX se tuvo un desarrollo como nunca en
materia de defensa de los individuos, pero se ha pervertido el mecanismo hasta
ser “un sistema de intercambio de votos para la censura de los países, donde no
se toma en cuenta la situación de los
pueblos y de violaciones a los derechos humanos de miles o millones de
personas”.
En materia de
instrumentos y estándares internacionales, la ONU ha hecho aportes sustantivos,
pero “ha llegado el momento de pensar
en la eficacia de las instancias, por
lo que es pertinente pasar a un Consejo
de Derechos Humanos que pueda monitorear y dar seguimiento”, afirmó.
Por su parte,
Ulises Canchola, director general para el Sistema de Naciones Unidas de la
Secretaría de Relaciones Exteriores, subrayó la importancia de que México
considere regresar periódicamente al Consejo de Seguridad, con una mejor
estructura de lo que se busca en ese foro. Coincidió en que debería haber un
debate interno para dicho reingreso.
Añadió que en el
sistema hay una tendencia a la discusión sobre lo legal y lo legítimo, mientras
exista falta de claridad respecto a la división de funciones en el seno de la
Organización.
A su vez, el
investigador del CEIICH, Jorge Eduardo Navarrete, opinó que la clave para la
reforma del Consejo de Seguridad es un cambio profundo en sus procedimientos de
trabajo, métodos y forma de adopción de decisiones, así como de transparencia
en sus acciones.
Llamó a una
participación periódica y regular de México en ese organismo si el número de
miembros latinoamericanos pasa de dos a cuatro, pues habría posibilidades de
una contribución mayor.
En este marco,
Sergio González Gálvez, embajador emérito del Servicio Exterior Mexicano,
indicó que el tema de la transformación de la ONU se ha trabajado en los
últimos 40 ó 50 años y en realidad no se ha logrado nada significativo.
Manifestó pocas
esperanzas de que el esfuerzo realizado pueda en realidad fructificar en una
nueva Organización. Asimismo, indicó que una innovadora agenda del organismo no
debe desplazar a la fundamental.
Por último, Renward
García Medrano, del Centro Mexicano de Análisis Estratégico y Negociación
Internacional (CAENI), reiteró que la política exterior de México frente a
Naciones Unidas debe tener claro que se vive en un intenso periodo de reacomodo
de fuerzas en el órgano mundial, luego del término de la Guerra Fría y a partir
del parteaguas del 11 de septiembre.
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FOTO 01.
Daniel Cazés y
Emilio Álvarez Icaza, previo a su participación en el Diálogo Social para una
política exterior de Estado, en el Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
FOTO 02
Ulises Canchola,
de la Secretaría de Relaciones Exteriores, subrayó en la UNAM la importancia de
que México considere regresar periódicamente al Consejo de Seguridad de la ONU.
FOTO 03
Jorge Eduardo
Navarrete, investigador del CEIICH de la UNAM, opinó que la clave para la
reforma del Consejo de Seguridad es un cambio en sus procedimientos de trabajo,
métodos y adopción de decisiones.
FOTO 04
Sergio González Gálvez, embajador emérito, indicó en la UNAM que el tema de la transformación de la ONU se ha trabajado en los últimos 40 ó 50 años y en realidad no se ha logrado nada significativo.