06:00 hrs.  7 de Febrero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-093

Ciudad Universitaria

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SE INCREMENTA SOBREPESO Y OBESIDAD EN NIÑOS MEXICANOS POBRES

 

·        La académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, María del Carmen Iñárritu Pérez, señaló que el 13.7 por ciento de menores obesos presenta anemia

·        Este problema se debe a los malos hábitos alimenticios y factores como el sedentarismo, así como la herencia cultural y biológica, afirmó

 

Se incrementan los problemas de sobrepeso y obesidad en los niños mexicanos de menores recursos económicos, pero también de desnutrición de alto riesgo y déficit de talla, incluso desde sus primeros años de vida, señaló María del Carmen Iñárritu Pérez, nutrióloga de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

La profesora añadió que tan sólo en el Distrito Federal, la prevalencia de los dos primeros fenómenos en menores de cinco años pobres es de 15 por ciento, mientras que en los escolares de 6 a 12 años alcanza 34.2.

 

Resaltó que en los niveles sociales más bajos se presentan con mayor importancia este tipo de situaciones. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Urbana de Alimentación 2002 –aplicada entre familias capitalinas en condiciones desfavorables–, 13.7 por ciento de los niños obesos de 1 a 12 años presenta algún grado de anemia, ante factores como los malos hábitos alimentarios.

 

Estos datos, refirió, arrojan que los preescolares capitalinos (0 a 5 años) con problemas de pobreza tienen una desnutrición de alto riesgo que llega a 3.6 por ciento, y un déficit de talla de 13 puntos porcentuales, mientras que en los escolares (de 6 a 12 años) el primer factor es de uno por ciento y el segundo de 7.4.

 

En el caso de los adolescentes hombres, el sobrepeso alcanza 17.3 por ciento y en mujeres de ese rango de edad, 36.2. Mientras que en varones adultos llega a  52.1 por ciento y en mujeres 66.2, agregó.

 

Así, los infantes tienen desde temprana edad factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, hipertensión y cardiovasculares, ya como adultos jóvenes, dijo.

 

Explicó que la obesidad infantil se debe a los malos hábitos alimenticios y a situaciones como el sedentarismo, así como la herencia cultural y biológica. En ellos prevalece el consumo de productos ‘chatarra’. “Es alta la ingesta de refrescos, papitas, pastelitos, dulces, que los engordan, pero no los nutren. Entonces, muchos niños presentarían anemia”.

 

Aclaró que un infante con estas características puede padecer hipertensión y comenzar a depositarse en las arterias las grasas y el colesterol que desencadenarían alguna enfermedad cardiovascular. De acuerdo con datos de la última Encuesta Nacional de Nutrición, 5.4 por ciento de los niños menores de cinco años de todo el país tienen sobrepeso u obesidad.

 

Paralelamente, puntualizó, la anemia es un problema de salud pública en México, pues de acuerdo con el mismo documento, 30 por ciento de los niños menores de cinco años la padece y de uno a dos años, el 50 por ciento. De esta forma, no sólo se registra en niños desnutridos de bajo peso, sino en menores con sobrepeso y obesidad.

 

Incluso, apuntó, en el primer año de vida se puede decir que hay obesidad, “porque la introducción de alimentos se realiza en forma temprana, se diluye mal la leche, se le pone cereal, y desde  entonces los niños empiezan a subir mucho de peso”.

 

En la Encuesta Urbana de Alimentación, expresó, también se observa que ha disminuido la actividad física en todos los rangos de edad. El 80 por ciento de la población adulta no hace ni 20 minutos de ejercicio ningún día de la semana.

 

En los niños, mientras tanto, han aumentado las horas frente a la televisión y videojuegos, mientras disminuye su consumo de frutas y verduras, y sube el de comidas rápidas como pizzas, hamburguesas y tortas, expuso.

 

Por otro lado, cuando ambos progenitores son obsesos, la probabilidad de que el niño lo sea es de 80 por ciento. Esto es hereditario, pero también está involucrada la dieta y la actividad física. “Si los  padres tienen una mala alimentación, no hacen ejercicio, tanto genética como culturalmente lo van a transmitir a sus hijos”, recalcó.

 

Indicó que la obesidad es una enfermedad que afecta a los niños en los huesos, corazón y psicológicamente. Recomendó que para tener una alimentación correcta,  se debe incluir al menos un comestible  de cada grupo (verduras y frutas; cereales; leguminosas y de origen animal) en cada una de las tres comidas del día.

 

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FOTO 01.

María del Carmen Iñárritu Pérez, nutrióloga de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que se han incrementado los problemas de sobrepeso y obesidad en los niños mexicanos de menores recursos.

 

FOTO 02

Los niños han aumentado las horas frente a la televisión y videojuegos, mientras disminuye su consumo de frutas y verduras, dijo la investigadora de la UNAM, María del Carmen Iñárritu Pérez.