Boletín
UNAM-DGCS-012
Ciudad Universitaria
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AVANZA LA UNAM EN
INVESTIGACIÓN BÁSICA PARA RECONOCER EL CÁNCER DE OVARIO
·
Enrique Pedernera
Astegiano y María del Carmen Méndez Herrera, de la Facultad de Medicina,
realizan estudios sobre el epitelio que
recubre a este órgano
·
No existen pruebas
en el mundo que permitan detectar a tiempo este padecimiento silencioso y letal
Científicos
de la UNAM avanzan en investigación básica para caracterizar proteínas que
permitan reconocer el cáncer de ovario, ante la carencia de pruebas específicas
que identifiquen este padecimiento, el cual se desarrolla de manera silenciosa
y se ha convertido en el más letal por motivos ginecológicos.
Al
respecto, Enrique Pedernera Astegiano, jefe del Departamento de Embriología de
la Facultad de Medicina de la UNAM, y María del Carmen Méndez Herrera,
profesora asociada de esa entidad, informaron que esta línea de trabajo
consiste en determinar la fisiología del epitelio superficial que recubre al
ovario y las proteínas que lo caracterizan.
Con
ello, explicaron, eventualmente podría haber una señal de la enfermedad ante el
aumento o modificación de dichas proteínas en una paciente con crecimiento
exagerado en el tejido.
Los
investigadores, quienes pertenecen al Departamento de Embriología y al
Laboratorio del Programa de Desarrollo Gonadal de la FM, indicaron que entre el
80 y 90 por ciento de los cánceres de ovario se originan en el epitelio que lo
recubre.
“La
meta final es tener algún marcador que nos permita detectar su posible
presencia”, precisaron los expertos, durante una entrevista conjunta realizada
en el Laboratorio citado.
Aunque
no hay registros sobre la prevalencia nacional de este padecimiento, los
científicos señalaron que en el mundo, dos de cada 100 mujeres generan esta
enfermedad. En Estados Unidos se registran 14 mil muertes al año por este
motivo.
En
un pequeño porcentaje, el cáncer de ovario está asociado a las alteraciones
genéticas, sin embargo, hay factores de riesgo que son claramente hormonales,
tales como que la mujer no haya tenido hijos; que el primero de ellos lo haya
gestado después de los 30 años, o bien que se haya sometido a tratamientos de
reproducción asistida con medicamentos que inducen ovulación, abundaron.
Podrían
padecer este mal aquellas que iniciaron la menstruación de manera temprana,
antes de los 12 años, o la menopausia alrededor de los 50, aunque en sí misma
esta última etapa incrementa el riesgo en las mujeres mayores de 60 años,
informaron.
El
sobrepeso y la obesidad, así como la alimentación rica en grasas, también
condicionan esta patología. Otros factores de riesgo son el cigarro y una dieta
de productos industrializados, añadieron.
Por
el contrario, hay algunos factores que protegen a la mujer del desarrollo de
esta enfermedad, tales como el uso de anticonceptivos hormonales en edad
reproductiva a base de estrógenos y progesterona por más de cinco años, o el
tener varios hijos y amamantarlos, alertaron.
Sin
embargo, sus síntomas son inespecíficos. La paciente puede sufrir ligero dolor
abdominal, inflamación de las piernas, o sensaciones de indigestión,
detallaron.
Algunos
reportes en México ubican el cáncer de ovario en el tercer lugar de
prevalencia, siendo el primer lugar el cervicouterino y posteriormente el de
mama, aunque al no haber una prueba definida
se detecta en estadios avanzados y causa un mayor número de muertes que
los anteriores. Así, se convierte en el más letal desde el punto de vista
ginecológico, abundaron.
Los
especialistas recomendaron que la mujer acuda al ginecólogo continuamente, ya
que la prueba que pudieran dar algunos indicios de aumento en el tamaño de los
ovarios es el ultrasonido transvaginal, aunque en momentos visibles del
padecimiento.
Indicaron
que una de las hipótesis por la que se produce el cáncer de ovario es que las
ovulaciones reiteradas van dañando el epitelio, que se rompe y cicatriza.
Así,
los factores que estimulan la reparación y cicatrización, también provocan el
crecimiento de este tejido. Si hay un defecto, se genera en células que se
descontrolan y crecen hasta generar un tumor, explicaron. Por otro lado, cuando
hay mutaciones en el gen BRCA1 es probable que surja tanto cáncer de mama como
de ovario.
El
tratamiento que puede darse es la operación de los ovarios, o la quimioterapia,
pero la mujer, una vez detectada la enfermedad, tiene pocos años de sobrevida:
algunos en buenas condiciones y los últimos con escasa calidad, concluyeron.
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FOTO 01.
Entre los
factores de riesgo para padecer cáncer de ovario está el que la mujer no haya tenido hijos o que el
primero de ellos lo haya gestado después de los 30 años, afirmaron los
especialistas de la UNAM Enrique Pedernera Astegiano y María del Carmen Méndez
Herrera.
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Los investigadores Enrique Pedernera y María del Carmen Méndez, y su equipo de colaboradores de la FM de la UNAM, indicaron que entre el 80 y 90 por ciento de los cánceres de ovario se originan en el epitelio que lo recubre.