06:00 hrs.  4 de Enero de 2006

 

 

Boletín UNAM-DGCS-012

Ciudad Universitaria

 

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AVANZA LA UNAM EN INVESTIGACIÓN BÁSICA PARA RECONOCER EL CÁNCER DE OVARIO

 

·        Enrique Pedernera Astegiano y María del Carmen Méndez Herrera, de la Facultad de Medicina, realizan estudios sobre el epitelio  que recubre a este órgano

·        No existen pruebas en el mundo que permitan detectar a tiempo este padecimiento silencioso y letal

 

Científicos de la UNAM avanzan en investigación básica para caracterizar proteínas que permitan reconocer el cáncer de ovario, ante la carencia de pruebas específicas que identifiquen este padecimiento, el cual se desarrolla de manera silenciosa y se ha convertido en el más letal por motivos ginecológicos.

 

Al respecto, Enrique Pedernera Astegiano, jefe del Departamento de Embriología de la Facultad de Medicina de la UNAM, y María del Carmen Méndez Herrera, profesora asociada de esa entidad, informaron que esta línea de trabajo consiste en determinar la fisiología del epitelio superficial que recubre al ovario y las proteínas que lo caracterizan.

 

Con ello, explicaron, eventualmente podría haber una señal de la enfermedad ante el aumento o modificación de dichas proteínas en una paciente con crecimiento exagerado en el tejido.

 

Los investigadores, quienes pertenecen al Departamento de Embriología y al Laboratorio del Programa de Desarrollo Gonadal de la FM, indicaron que entre el 80 y 90 por ciento de los cánceres de ovario se originan en el epitelio que lo recubre.

“La meta final es tener algún marcador que nos permita detectar su posible presencia”, precisaron los expertos, durante una entrevista conjunta realizada en el Laboratorio citado.

 

Aunque no hay registros sobre la prevalencia nacional de este padecimiento, los científicos señalaron que en el mundo, dos de cada 100 mujeres generan esta enfermedad. En Estados Unidos se registran 14 mil muertes al año por este motivo.

 

En un pequeño porcentaje, el cáncer de ovario está asociado a las alteraciones genéticas, sin embargo, hay factores de riesgo que son claramente hormonales, tales como que la mujer no haya tenido hijos; que el primero de ellos lo haya gestado después de los 30 años, o bien que se haya sometido a tratamientos de reproducción asistida con medicamentos que inducen ovulación, abundaron.

 

Podrían padecer este mal aquellas que iniciaron la menstruación de manera temprana, antes de los 12 años, o la menopausia alrededor de los 50, aunque en sí misma esta última etapa incrementa el riesgo en las mujeres mayores de 60 años, informaron.

 

El sobrepeso y la obesidad, así como la alimentación rica en grasas, también condicionan esta patología. Otros factores de riesgo son el cigarro y una dieta de productos industrializados, añadieron.

 

Por el contrario, hay algunos factores que protegen a la mujer del desarrollo de esta enfermedad, tales como el uso de anticonceptivos hormonales en edad reproductiva a base de estrógenos y progesterona por más de cinco años, o el tener varios hijos y amamantarlos, alertaron.

 

Sin embargo, sus síntomas son inespecíficos. La paciente puede sufrir ligero dolor abdominal, inflamación de las piernas, o sensaciones de indigestión, detallaron.

 

Algunos reportes en México ubican el cáncer de ovario en el tercer lugar de prevalencia, siendo el primer lugar el cervicouterino y posteriormente el de mama, aunque al no haber una prueba definida  se detecta en estadios avanzados y causa un mayor número de muertes que los anteriores. Así, se convierte en el más letal desde el punto de vista ginecológico, abundaron.

 

Los especialistas recomendaron que la mujer acuda al ginecólogo continuamente, ya que la prueba que pudieran dar algunos indicios de aumento en el tamaño de los ovarios es el ultrasonido transvaginal, aunque en momentos visibles del padecimiento.

 

Indicaron que una de las hipótesis por la que se produce el cáncer de ovario es que las ovulaciones reiteradas van dañando el epitelio, que se rompe y cicatriza.

 

Así, los factores que estimulan la reparación y cicatrización, también provocan el crecimiento de este tejido. Si hay un defecto, se genera en células que se descontrolan y crecen hasta generar un tumor, explicaron. Por otro lado, cuando hay mutaciones en el gen BRCA1 es probable que surja tanto cáncer de mama como de ovario.

 

El tratamiento que puede darse es la operación de los ovarios, o la quimioterapia, pero la mujer, una vez detectada la enfermedad, tiene pocos años de sobrevida: algunos en buenas condiciones y los últimos con escasa calidad, concluyeron.

 

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FOTO 01.

Entre los factores de riesgo para padecer cáncer de ovario está el que  la mujer no haya tenido hijos o que el primero de ellos lo haya gestado después de los 30 años, afirmaron los especialistas de la UNAM Enrique Pedernera Astegiano y María del Carmen Méndez Herrera.

 

FOTO 02

Los investigadores Enrique Pedernera y María del Carmen Méndez, y su equipo de colaboradores de la FM de la UNAM, indicaron que entre el 80 y 90 por ciento de los cánceres de ovario se originan en el epitelio que lo recubre.