14:30 hrs.  29 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-974

Ciudad Universitaria

 

 

DESCUBREN CIENTÍFICOS DE LA UNAM LA ZONA DEL CEREBRO DONDE OCURREN LOS PROCESOS DE PERCEPCIÓN

 

·        El hallazgo de Ranulfo Romo y Víctor de Lafuente, del Instituto de Fisiología Celular, revoluciona conocimientos arraigados desde hace cien años

·        Abre posibilidades de avances en tecnologías interfase mente-máquina

·        Por su importancia, los resultados se publicaron en la prestigiada revista Nature Neuroscience

 

En un hecho que revoluciona conocimientos arraigados por más de un siglo y abre posibilidades de avances en tecnologías de interfase mente-máquina, así como en enfermedades neurodegenerativas, un grupo de científicos del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, encabezado por Ranulfo Romo y Víctor de Lafuente, descubrió que los procesos finos de la percepción ocurren en el lóbulo frontal del cerebro y no en las zonas sensoriales primarias de la corteza cerebral, como se creía tradicionalmente.

 

El hallazgo fue hecho por universitarios mexicanos en uno de los laboratorios de Fisiología Celular, único en Iberoamérica y de los más avanzados del mundo, equipado con tecnología de punta, luego de un trabajo de cuatro años de entrenamiento y experimentación en monos. Por su importancia, los resultados de la investigación se publicaron ya en la prestigiada revista Nature Neuroscience.

 

Ranulfo Romo explicó que con este experimento, que fue la tesis doctoral de Víctor de Lafuente, bajo su tutoría, se demostró de manera inequívoca dónde ocurren realmente las señales neurales que determinan nuestra percepción.

 

Sobre la posibilidad de que puedan desarrollarse, a partir de este hallazgo, tecnologías de interfase mente-máquina,  ambos científicos detallaron que las neuronas procesan información y la comunican a través de impulsos eléctricos. “Si somos capaces  de registrarlos, podemos saber las intenciones de un sujeto y transmitirlas a un dispositivo mecánico. En este sentido, se puede leer el  pensamiento porque éste no es más que actividad eléctrica en el cerebro, al igual que las emociones, sensaciones y percepciones”.

 

Ranulfo Romo ejemplificó que si se logra decodificar, encontrar  el código neural de cómo tenemos la intención de mover un brazo, se podría tomar la información de estas células y llevarla directamente a los nervios generadores del movimiento, lo que podría contribuir a favor de personas parapléjicas.

 

“El sujeto tiene la intención de generar un movimiento. Posiblemente no puede mandar el comando, lo que se  trataría de hacer es un puente entre la lectura de esta información de las neuronas, la intención  y pasarlo directamente a los miembros”, resaltó.

 

El descubrimiento, aseveró, va a tener implicaciones importantes en los próximos diez o 15 años, ya que se demuestra por primera vez cuál es el rol funcional de estas zonas corticales del cerebro y dónde ocurren  los procesos finos de nuestra percepción.

 

Entre el sofisticado material con el que trabajan destacan computadoras, software y equipo de electrónica avanzado, por lo que a partir de este hallazgo, continuarán las investigaciones porque aún “hay mucho qué descubrir en torno al cerebro humano”.

 

Los expertos abundaron que tradicionalmente se pensaba que el sustrato neural de nuestras percepciones ocurría en las cortezas sensoriales primarias, que son las etapas más tempranas del procesamiento de la información que viene de los órganos de los sentidos.

Sin embargo, el experimento muestra inequívocamente que en el lóbulo frontal, concretamente en el área motora suplementaria, se crea un sistema o centro de convergencia que puede tomar información, tanto de la memoria como de la parte sensorial, para generar acciones, precisaron.

 

Parte del trabajo ha sido saber cómo la neurona en el cerebro combina la información de memoria con la sensorial, en tiempo real, lo cual lo hace en aproximadamente 200 minisegundos. Un ejemplo de ello es cuando hay sujetos que sufren amputaciones de algún miembro y refieren sensaciones extrañas en la parte “fantasma”, que llega a producir dolor interno, aseguraron.

 

Ranulfo Romo previó que este hallazgo creará un gran debate a nivel internacional. En los últimos años el laboratorio ha aportado evidencias de cómo pueden ocurrir diversos procesos en el cerebro.

 

El experimento realizado en el Instituto de Fisiología Celular requirió que los monos, nacidos en el laboratorio, fueran cuidadosamente entrenados entre seis y dos años, para estudiar el funcionamiento y actividad de las células individuales de distintas zonas del cerebro, mientras el animal elaboraba la percepción, indicó.

 

“Nos permitió leer la mente del mono y su actividad eléctrica para buscar correlatos precisos con los estímulos sensoriales, y con el grado de percepción que experimentaba el animal en ese instante”, señaló el investigador.

 

Los monos, expuso Víctor de Lafuente, recibieron una descarga de vibración en uno de los dedos y  apretaron botones como respuesta al sentirlo. “Si el animal sentía el estímulo, las neuronas de la corteza frontal se activaban y sabíamos por adelantado, antes de que el mono apretara el botón, que lo había  percibido”.

 

Por el contrario, continuó, “cuando el estímulo era pequeño, y el animal no lo sentía, estas neuronas no se activaron, es decir no reflejaban la cantidad física del mismo, sino la percepción del animal”. Ello, a diferencia de las neuronas sensoriales, que no muestran lo que el mono percibe, sino las cantidades físicas de una sensación.

 

 

 

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FOTO 01.

Ranulfo Romo y Víctor de Lafuente, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, descubrieron que los procesos finos de la percepción ocurren en el lóbulo frontal del cerebro.

FOTO 02

Ranulfo Romo y Víctor de Lafuente, del IFC de la UNAM, publicaron los resultados de sus investigaciones sobre la ubicación de la percepción en el cerebro, en la revista Nature Neuroscience.