15:00 hrs.  28 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-971

Ciudad Universitaria

 

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MÉXICO REQUIERE UN MODELO INTEGRAL DE DESARROLLO REGIONAL

 

·        Jorge Basave, director del IIEc de la UNAM, advirtió que el avance urbano en las zonas del país se enfrenta a varios procesos que preocupan y nos deben ocupar

·        La nación ha tenido un bajo crecimiento económico que limita la oferta de empleo y reduce las oportunidades, señaló Adolfo Sánchez Almanza, miembro de esa entidad

·        Participaron en la inauguración del XV Seminario de Economía Urbana y Regional 2005. “Análisis del desarrollo urbano y regional en el gobierno de Vicente Fox”

 

Aún se carece de un modelo de país con una visión integral de desarrollo regional sustentable en la generación de la riqueza, que combine los objetivos de eficiencia y equidad en el mediano y largo plazos, advirtió Jorge Basave Kunhardt, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

Al participar en la inauguración del XV Seminario de Economía Urbana y Regional 2005. “Análisis del desarrollo urbano y regional en el gobierno de Vicente Fox”, organizado por dicho Instituto, el economista universitario dijo que el avance urbano regional en México se enfrenta a varios procesos que preocupan y nos deben ocupar.

 

Explicó que en los últimos años el crecimiento económico ha sido lento, lo que reduce la oferta de empleo, el ingreso y las oportunidades de la población en muchas ciudades y regiones del país. Además, el modelo exportador no opera a favor del equilibrio por zonas y el país se hace más dependiente de Estados Unidos.

 

Hay un terciarización de la economía urbana, con informalización y precarización del empleo y subempleo; la emigración hacia Estados Unidos ha aumentado, lo que produce la pérdida de capital humano en las áreas de origen, sobre todo en las rurales, indicó.

 

Jorge Basave subrayó que la distribución del ingreso entre las personas, hogares y regiones se caracteriza por una tendencia a la desigualdad y alta concentración; la pobreza rural y urbana se mantiene en niveles elevados de marginalidad y escaso bienestar.

 

En el auditorio “Maestro Ricardo Torres Gaitán” del IIEc, aseveró que en algunas regiones del país se tiene un mejor nivel de desarrollo socioeconómico e infraestructura, pero en la mayoría se presentan grandes rezagos.

 

Los procesos de urbanización y metropolización se dan con formas de segregación espacial y exclusión social; los asentamientos irregulares del suelo aumentan la vulnerabilidad ante desastres naturales y presiona sobre los recursos públicos. La expansión urbana y regional es polarizada y con tendencias a la divergencia, comentó.

 

Este conjunto de factores inhiben el potencial de desarrollo de las regiones y reduce la competitividad sistémica del país. Por ello, aseveró, se tiene la tarea de evaluar los impactos de las acciones gubernamentales para reforzar las actividades, con resultados positivos, y corregir aquellas que no produzcan los efectos esperados.

 

En ese sentido, consideró indispensable analizar y discutir los avances o retrocesos en la materia en México, así como revisar algunos condicionantes del contexto mundial que tienen efectos en el territorio. Ello permitirá contar con elementos de diagnóstico para sugerir alternativas de desarrollo que sean consideradas en el diseño de las políticas públicas correspondientes.

Por su parte, Adolfo Sánchez Almanza, coordinador del Seminario e investigador del IIEc, coincidió en que el país no ha logrado establecer un enfoque territorial de desarrollo ni una visión sustentable para la generación de la riqueza, ya que, por ejemplo, no se considera la reposición de los costos asociados al uso del capital natural, lo que compromete los recursos para las siguientes generaciones.

 

En ese sentido, abundó, hace falta una imagen objetivo nacional que establezca la estructura y el funcionamiento de las regiones y las ciudades en el mediano y largo plazos, la cual sea aceptada e interiorizada responsablemente por la mayor parte de los ciudadanos.

 

En el último cuarto de siglo México ha tenido un bajo crecimiento económico que limita la oferta de empleo, reduce las oportunidades y el ingreso de la población. En el territorio el proceso de divergencia ha aumentado al provocar varias formas de inequidad, argumentó.

 

Las brechas en el desarrollo entre las regiones y ciudades del país se han ampliado a pesar de algunos efectos de corto plazo en algunos gobiernos. El territorio está polarizado y las acciones públicas, con excepciones, aún presentan una débil coordinación intersectorial e intergubernamental. Esta situación limita una respuesta más eficiente ante la mayor competencia de los espacios subnacionales, como metrópolis, municipios y entidades federativas, frente a los mercados globales.

 

Los rezagos en infraestructura, equipamientos y servicios requeridos para la producción y el eficaz funcionamiento regional y del sistema urbano nacional son enormes, y se agudizan por los efectos de fenómenos naturales como huracanes, terremotos o sequías, consideró.

 

Sánchez Almanza expuso que en términos sectoriales continúa la transferencia de población del campo a la ciudad de manera asociada al proceso de terciarización de la economía urbana, y cada vez menos con la proletarización clásica de inserción de mano de obra en empleos industriales formales, bajo modalidades informales y de precarización del trabajo. Se estima que el empleo formal genera 15 por ciento del Producto Interno Bruto.

 

En la mesa inicial, “Competitividad urbana y regional”, Alejandro Ramírez Torres, de la Oficina de la Presidencia para la Políticas Públicas, se refirió a la propuesta de la Cámara de Senadores para modificar la Ley de Planeación.

 

Comentó que estas adecuaciones y adiciones, son trascendentales por la manera de prever el desarrollo, la coordinación intergubernamental al respecto; así como la participación social en la materia. “Se trata de un cambio institucional de largo alcance”

 

Dijo que con dicha propuesta se eleva a rango de ley el modelo de coordinación intergubernamental, basado en cinco grandes regiones o mesorregiones en que se ha dividido al país; en tanto que en el ámbito federal se constituirá una comisión intersectorial.

 

El Gobierno Federal creará en cada una de ellas un organismo descentralizado denominado Agencia de Desarrollo Regional. Cada una elaborará un plan de desarrollo integral de la mesorregión correspondiente, con visión de mediano y largo plazos.

 

Ramírez Torres concluyó que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público colaborará, de manera estrecha, para el progreso nacional y regional, y en cada ámbito se creará un Consejo Social para el Desarrollo Regional.

 

 

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FOTO 1

La pobreza rural y urbana en México se mantiene en niveles elevados que se expresan en marginalidad, admitió Jorge Basave, director del IIEc de la UNAM. Lo acompaña Adolfo Sánchez Almanza.

 

FOTO 2

En el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM se realizó el XV Seminario de Economía Urbana y Regional 2005. “Análisis del desarrollo urbano y regional en el gobierno de Vicente Fox”.

 

FOTO 3,

Para el economista Adolfo Sánchez Almanza, México no ha establecido un enfoque territorial de desarrollo. Atestigua Jorge Basave, director del IIEc de la UNAM.

 

FOTO 4

En el XV Seminario de Economía Urbana y Regional 2005, Alejandro Ramírez, de la Oficina de la Presidencia para la Políticas Públicas, habló de la propuesta del Senado para modificar la Ley de Planeación.