12:00 hrs.  23 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-950

Ciudad Universitaria

 

 

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MÉXICO, SIN POLÍTICAS PÚBLICAS QUE FORTALEZCAN EL DERECHO DE LOS NIÑOS

 

·        Aseguró Diego Valadés, director del IIJ de la UNAM, quien dijo que en el país se tiene un agudo problema relacionado con los niños de la calle

·        A inicios del siglo XXI, el derecho de familia traspasa las fronteras del privado al público: Rosa María Álvarez de Lara, investigadora del mismo Instituto

·        Intervinieron durante la inauguración del Congreso Internacional de Derecho de Familia

·        También participaron Mónica González Contró, integrante del IIJ; y Julián Güitrón Fuentevilla, profesor de la Facultad de Derecho

 

En México, a pesar de los avances registrados, aún no tenemos políticas públicas que acompañen el fortalecimiento de los derechos de los niños, reconoció Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

 

Al inaugurar el Congreso Internacional de Derecho de Familia, subrayó que en todo el país se tiene un pendiente relacionado con los niños de la calle. Es una situación ante la cual hay “indiferencia por parte de las entidades públicas que deben prestar atención a este lacerante problema social”.

 

El nuestro es un país estructurado como un sistema federal, por lo que sería posible que en el ámbito de las entidades federativas se desarrollaran políticas públicas preocupadas por las carencias de la infancia. Pero no ocurre así, consideró.

 

“Por ello, ojalá que como resultado de este Congreso surjan iniciativas y propuestas que permitan dar respuesta, en México y en otras naciones, a los problemas que compartimos”, aseguró en el auditorio Héctor Fix-Zamudio del IIJ.

 

Apuntó que en esta materia se tiene la posibilidad de aplicar en el país varios preceptos de fuente internacional. Esto ocurre con frecuencia en un ámbito cada día más amplio de salvaguardas, pero en México, aunque tenemos vínculos que nos obligan a aplicar disposiciones en materia de defensa de los derechos de la infancia, adoptadas en el mundo, no hay lineamientos que acompañen su fortalecimiento.

 

Se están diluyendo las fronteras entre derecho privado y público, pero no en el sentido de que a veces se quiere interpretar, que todo es privado. El debate sobre esto se ha establecido en el país, relacionado también con otros aspectos de la vida institucional, y hay quienes se decantan por la prevalencia de lo particular, aseveró.

 

En este caso, abundó, es un proceso inverso, porque el interés que representa para una sociedad la tutela de la infancia y abordar todos los problemas relacionados con la familia es de naturaleza pública.

 

Por su parte, Rosa María Álvarez de Lara, coordinadora del Congreso, dijo que a inicios del presente siglo, el derecho de familia traspasa las fronteras del privado al público, por la ineficiencia de las relaciones al interior de ese núcleo, las cuales, en lugar de alentar la participación democrática e igualitaria de sus miembros, han generado modos y prácticas autoritarias y discriminatorias.

 

La filiación, parentesco, paternidad, maternidad, patria potestad, alimentos y las instituciones protectoras de los menores de edad: la tutela, acogimiento, guarda de hecho y adopción son temas presentes en los ángulos de prevención y tutela del Estado, sobre las relaciones y las formas de protección de vida de los miembros de la familia que lo requiere, detalló.

 

Por desgracia, advirtió, las estadísticas confirman los fenómenos negativos de la violencia familiar o de género, y de maltrato doméstico e infantil. “A pesar de los avances en este tema, parecería que la condición humana no siempre lo permite, sino que los mantiene como una costumbre irregular y reiterada”.

 

Álvarez de Lara consideró que la familia sigue siendo una institución ligada a la conformación y base de la sociedad. Sin embargo, fenómenos como la recuperación de todos los aspectos referidos al género, los de carácter económico que afectan a esa institución, así como los demográficos, han presentado variaciones en cuanto al establecimiento y la terminación de las mismas.

 

Al hablar de los derechos de los niños, Mónica González Contró, integrante del IIJ, dijo que en estos convergen tres actores fundamentales que tienen alguna responsabilidad en su ejercicio: el niño como titular de derechos, los padres como obligados primarios del ejercicio de los mismos, pero al mismo tiempo con derechos propios derivados de los deberes de crianza, y finalmente el Estado.

 

Explicó que desde la nueva perspectiva de las salvaguardas fundamentales en la familia, debe entenderse que el paternalismo está justificado siempre y cuando tenga como fin garantizar el cumplimiento de los derechos del niño y del adolescente, y promover el ejercicio de la autonomía.

 

“El nuevo protagonista que emerge poco a poco en el escenario de la familia, como titular de derechos derivados de intereses propios, es el niño. El menor de edad, al que tradicionalmente se le había negado personalidad y poder de decisión respecto a los aspectos más importantes de su vida, surge como personaje con dignidad plena y capacidad de autonomía en desarrollo”, aclaró.

 

A su vez, Julián Güitrón Fuentevilla, profesor de la Facultad de Derecho (FD), se refirió al orden público en el derecho familiar. Explicó que éste tiene una función normativa estricta, que restringe la libertad individual, considerando la importancia y las funciones sociales de cada institución que regula.

 

Además, tiene un sentido de equidad, que rebasa los intereses particulares, privados, individuales, porque en realidad este régimen representa el núcleo íntegro de la sociedad, vinculado al futuro para lograr un ideal de justicia.

 

En ese sentido, recalcó, el orden público en el derecho familiar mexicano está plenamente justificado, porque está dirigido a su protección, sus miembros y todos los vínculos y relaciones derivados del mismo.

 

Por último, José de Jesús Ledesma Uribe, profesor de la misma Facultad, apuntó que el orden jurídico es un instrumento básico e insustituible al servicio de la persona en su vida, y no que aquella deba ser considerada parte subordinada y sirviente del derecho.

 

En una ponencia leída por Javier Saldaña, concluyó que los fines de la ciencia jurídica deben subordinarse a la obtención de los de la persona humana, sea que se le contemple en su vida comunitaria o en su existencia individual.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01.

Diego Valadés, director del IIJ de la UNAM, consideró factible que en las entidades se desarrollen políticas públicas relacionadas con la preocupación de las carencias de la infancia.

 

 

FOTO 02

Especialistas de México y el extranjero participan en el Congreso Internacional de Derecho de Familia, que se celebra en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

 

 

FOTO 03

Matrimonio, divorcio, uniones de hecho, filiación, paternidad, patria potestad y adopción son los temas abordados durante el Congreso Internacional de Derecho de Familia, efectuado en la UNAM.