19:00 hrs.  22 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-946

Ciudad Universitaria

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NUESTRO PAÍS, MEJOR PREPARADO PARA HACER FRENTE A LA INFLUENZA AVIAR

 

·        Aseveró José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina de la UNAM

·        La participación social y el manejo responsable de la información, junto con la capacidad organizativa, pueden dar un mejor desempeño ante una situación sanitaria de emergencia, aseguró

·        Pablo Kuri Morales, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, informó que existe ya el Plan Nacional de Preparación y Respuesta, para proteger a la población

·        Participaron en el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles

 

En el mundo y en nuestro país existe una mayor preparación para detectar, diagnosticar y establecer mecanismos que nos puedan llevar a un mejor manejo de una epidemia de influenza aviar, aún cuando la posibilidad de una pandemia existe, y no es una exageración, afirmó José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

En buena parte, indicó, la participación social y el manejo responsable de la información, junto con la capacidad organizativa, son los que pueden dar realmente la posibilidad de tener un mejor desempeño ante una situación sanitaria de emergencia, como la que se prevé pudiera ocurrir en un dado caso.

 

En el auditorio Dr. Raoul Fournier Villada de la FM, destacó que existen posibilidades preventivas y terapéuticas. Pero, aseguró, nuestro país tendría que competir con el resto del mundo para la adquisición, tanto de antivirales como de vacunas, que se están desarrollando.

 

La influenza, explicó, es una enfermedad viral que afecta primordialmente las vías respiratorias del ser humano, se puede registrar en todos los grupos de edad y se presenta con mayor severidad en los extremos de la vida. El virus que la provoca pertenece a la familia Orthomyxoviridae y registra tres tipos: A, B y C. El primero es el relacionado con las grandes pandemias, el cual circula y se replica en distintas especies, en particular las aves.

 

Los efectos de este mal, sostuvo, aparecen en ciclos de entre 10 y 25 años. Por esta situación es que en los últimos lustros se ha esperado la aparición de una variedad que pueda afectar al ser humano y contribuir a la producción de una epidemia: alta transmisibilidad, virulencia y letalidad; gran capacidad de recombinación y mutación, así como de infección de un animal a un ser humano y de un individuo a otro.

 

Parecería que ese subtipo, recalcó, fuese el H5N1. “No podemos estar seguros de que esto suceda –aclaró– pero sí tenemos la obligación de prepararnos por si lo fuera”. Este es de una letalidad alta en aves, cercana al cien por ciento; en los seres humanos varía: se dice que podría estar entre el 20 y el 60 por ciento. Lo que sí sabemos, insistió, es que al día 17 de noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene registrados 130 casos de ella en seres humanos y que de ellos 67, es decir, 52 por ciento, han fallecido.

 

Preocupa que a partir de que empezaron a presentarse casos en los seres humanos en el 2003 en Hong Kong, las cifras han venido incrementándose, “y a lo largo del año se han presentado 86 de los 130, en Indonesia, Camboya, Tailandia, Vietnam y China”, aseguró Narro Robles al participar en el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles.

 

 

Las consecuencias de una pandemia serían catastróficas, en términos de vidas humanas, de casos de enfermedad y los servicios de salud, destacó. También en cuanto a lo económico: el libre tránsito de bienes y personas se restringiría, habría cierre de las fronteras a las importaciones y exportaciones, y el turismo disminuiría, entre otras.

 

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, sostuvo, han calculado que sólo en ese país un evento de este tipo podría generar hasta 80 millones de casos, “y si nos vamos con las cifras bajas de mortalidad, de aquéllos fallecerían el 20 por ciento”. Por eso, afirmó, es indispensable prepararnos como nación.

 

Al respecto, Pablo Kuri Morales, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, informó que existe ya el Plan Nacional de Preparación y Respuesta, cuyo objetivo es proteger a la población mexicana ante el riesgo de que ocurriera esta expansión.

 

Las líneas de acción que contempla abarcan seis puntos: difusión y movilización social, coordinación (la cual es fundamental para la respuesta oportuna), vigilancia epidemiológica, atención médica, servicios a la población, así como reserva estratégica (que incluiría antivirales y antibióticos, por mencionar algunos).

 

En nuestro país esperamos tener, en su momento, la capacidad de producir una vacuna contra la influenza estacional, que sirva para cubrir la demanda interna, pero eventualmente pasar a la aviar, consideró el funcionario gubernamental. Pero este proceso llevará por lo menos de cinco a seis años. De ahí que indudablemente se debe hacer más investigación básica, clínica y epidemiológica para desarrollar mejores antivirales, por ejemplo, adelantó.

 

Así, expresó, los retos que se tienen en cuanto a la influenza aviar es planear acciones ante un escenario de total incertidumbre y operar el plan a todos los niveles. Para probar su eficacia, consideró, es necesario hacer ejercicios y simulacros para la evaluación de la respuesta. Si hubiera una pandemia, indicó, se estima que en un periodo de seis meses pudiera afectarse entre 10 y 25 por ciento de nuestra población.

 

Por su parte, Néstor Ledesma Martínez, jefe del Departamento de Producción Animal: Aves de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, advirtió que efectivamente la influenza aviar representa una amenaza para la agricultura nacional; sin embargo, la información equivocada es un riesgo mayor.

 

El especialista comentó también que esa enfermedad tiene dos presentaciones clínicas: de baja y alta patogenicidad. En México, precisó, tenemos en aves desde 1994 el virus H5N2, que pertenece al primer grupo; del segundo, no existen en nuestro territorio.

 

Recordó, además, que en 1995 hubo un brote de influenza aviar de alta patogenicidad en aves comerciales que fue controlado mediante sacrificio y vacunación. De hecho, en medicina veterinaria podemos decir que nuestro país es el primero que de manera exitosa aplica una vacuna en forma comercial para proteger a las aves domésticas.

 

Asimismo, señaló, se cuenta con la Norma Oficial Mexicana 044-ZOO-1995 dedicada a la Campaña Nacional contra la Influenza Aviar, que fue la respuesta para controlar a la que se presentó a mediados de la década de los años 90, que se encarga de la prevención, el control y la erradicación de ese padecimiento. Hay, de hecho, más de 10 estados de la República libres del virus.

 

Para María Yolanda Cervantes Apolinar, directora médica de Vacunas de Glaxo Smith Kline México, las dosis son consideradas la primera línea de defensa contra la influenza aviar en humanos para reducir la morbimortalidad. No obstante, comentó, ningún país tendrá el suministro adecuado al inicio de la pandemia. Aquéllas aparecerán realmente a los tres o seis meses después de la emergencia, y no necesariamente en todo el mundo al mismo tiempo.

 

Actualmente, comentó, cerca de 10 naciones y ocho empresas están trabajando en el desarrollo de estas vacunas. Inclusive, una de esas compañías va a presentar sus resultados al inicio de diciembre próximo con el uso de H5N1 a la OMS. 

 

 

 

También participaron en el Seminario Javier Barroso, jefe de Epidemiología Hospitalaria del Instituto Nacional de Perinatología; Juan Carlos Tinoco Favila, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital General de Durango de la Secretaría de Salud de ese estado, y Eduardo Rodríguez Noriega, del Departamento de Infectología del Hospital Civil de Guadalajara.

 

Asimismo, Gustavo Reyes Terán, del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias; Irma López Martínez, del Departamento de Virología del Instituto Nacional de Diagnóstico y de Referencia Epidemiológica, así como Samuel Ponce de León Rosales y Sigfrido Rangel Frausto, quienes son director médico y director médico asociado de Virología e Inmunología de Bristol-Myers Squibb de México, respectivamente.

 

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Samuel Ponce, director médico de Bristol-Myers Squibb de México, y José Narro, director de la FM de la UNAM, en el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles.

 

FOTO 02

Gustavo Reyes Terán, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, participó en la UNAM en el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles.

 

FOTO 03

En la Facultad de Medicina de la UNAM se realizó el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles.

 

FOTO 04

En el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles, realizado en la UNAM, intervino Samuel Ponce, director médico de Bristol-Myers Squibb de México.

 

FOTO 05

En la UNAM se llevó a cabo el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles, en donde Irma López Martínez habló sobre el diagnóstico y confirmación de la enfermedad.

 

FOTO 06

En la Facultad de Medicina de la UNAM tuvo lugar el Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles.

 

FOTO 07

Pablo Kuri Morales, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, asistió al Simposio La epidemia inminente: influenza A H5-N1. Escenarios e intervenciones posibles, realizado en la UNAM.