Boletín
UNAM-DGCS-917
Ciudad Universitaria
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final del boletín
INGRESA FILÓLOGA DE LA UNAM A LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA
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Concepción María del Pilar Company Company,
adscrita al Instituto de Investigaciones Filológicas, es ya miembro de número
de esta institución
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Ocupa la silla número cinco, la cual ha sido
honrada por personajes como Rubén Bonifaz Nuño, José Vasconcelos y Francisco
Sosa
· Para la académica, esta distinción es motivo de orgullo, privilegio y gran compromiso para seguir con la historia del español en México
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Su más importante aportación científica debe
buscarse en sus trabajos sobre el cambio lingüístico, afirmó José Moreno de
Alba, presidente de la Academia
Concepción María del Pilar Company Company, adscrita al Instituto de
Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM, ingresó como académica numeraria
a la Academia Mexicana de la Lengua, por su reconocida trayectoria como filóloga.
Su postulación para ocupar la
silla número cinco fue aceptada por unanimidad, luego de ser propuesta por Salvador
Díaz, Vicente Quirarte y Gonzalo Celorio, académicos de número de esa
institución.
La Academia, reconoció Company
Company, necesita de filólogos y lingüistas, pues los diccionarios que elaboran
sus integrantes como parte de sus funciones sustantivas, cada vez son más
descriptivos y menos normativos. Por ello, requieren especialistas para
describir los usos regulares de la lengua.
Recordó que si bien desde hacía más de un año ostentaba el estatus de académico electo, con el que asistió a las reuniones y empezó a involucrarse en las tareas propias de ese organismo, resaltó el hecho de tomar posesión como miembro de número.
Enfatizó que la silla número
cinco ha sido honrada por mexicanos ilustres y sabios en humanidades. “Mi
antecesor inmediato fue Rubén Bonifaz Nuño, quien la ocupó durante 34 años;
pero también por personajes como José Vasconcelos y Francisco Sosa”.
Española de nacimiento, pero
naturalizada mexicana, la doctora en lingüística hispánica afirmó: “Para mí
esta distinción es motivo de orgullo, privilegio y gran compromiso para seguir
en el trabajo en la historia del español en México, porque ésta es una forma de
conocernos mejor: quiénes somos, cómo hablamos y por qué lo hacemos así”.
Además, como universitaria es
un honor recibir este reconocimiento, porque la UNAM es un concentrado
importante de humanistas y científicos del país, y en la Academia hay muchos
egresados de esta casa de estudios. En ese sentido, ésta es una muestra más del
proyecto nacional de la Universidad, subrayó.
Concretamente, precisó, “mi
línea de investigación es la historia de la lengua española. De manera
particular he trabajado la historia y diacronía del español en México, desde
los primeros asentamientos de pobladores hasta fines del siglo XVIII, aunque el
periodo puede alargarse hasta el XX dependiendo del problema a tratar”.
Trabaja en la trayectoria del
idioma, se ha abocado tanto a la sintaxis del castellano en nuestro país y al
léxico histórico. Asimismo, “mis alumnos y yo hemos rescatado documentación de
carácter informal, es decir, aquella que no le interesa al literato porque
carece de atractivo estilístico o literario; ni al historiador, porque no
aporta mucho para la vida en México”, añadió.
En cambio, se busca en los
bajos fondos del mundo novohispano, porque ahí se pueden encontrar los cambios
que conforman la identidad lingüística del país, dado que los escritos
oficiales no están manifestados con las expresiones de todos los días,
puntualizó.
En su conferencia de ingreso a
la Academia, efectuada en el Fondo Reservado del Instituto de Investigaciones
Bibliográficas, Concepción Company habló sobre El siglo XVII y la identidad
lingüística en México.
La experta señaló que tanto
por la investigación documental y el rescate de archivos, esa centuria fue un
parteaguas, pues el español de este país se distanció del de España. Se trata
de un periodo de cambio léxicos y sintácticos. “Si uno ve la trayectoria
histórica de las lenguas de ambos países y se nota que en el siglo XVI iban
juntas, en el XVIII se hace una escisión dialectal y se concentra gran cantidad
de cambios”.
Por ejemplo, refirió, se
pensaría que indigenismos léxicos como comal, achichincle, itacate, chocolate y
apapachar, o diminutivos como ahorita o segundito, entran a México en el siglo
XVI ante la necesidad de nombrar al nuevo mundo que tenían ante sí los
ibéricos, pero no, porque si se analiza su diacronía, “la gran mayoría de los
que actualmente utilizamos pertenecen al siglo XVIII”.
Si bien las lenguas tienen su
dinámica interna para constituirse y adquirir su propia personalidad, fue en
ese siglo cuando se dio una convergencia importante de cambios lingüísticos que
caracterizan al español actual de este país, aseguró.
Sucedió que en un principio
conquistadores e indígenas vivían separados y había cargos que eran el vínculo
entre los dos, pero no convivían. A fines del XVII hay epidemias y los indios
migran a los centros urbanos y es cuando se da la relación abierta, añadió.
No se sugiere que el español
de México esté conformado o mediado por el náhuatl, sino que esa convergencia
generó mecanismos comunicativos nuevos, aclaró.
Aunadas a esta situación,
están las reformas borbónicas, que quitaron privilegios y autonomía a los
criollos, y son sometidos de manera explícita a la Corona. Así, este grupo toma
conciencia de su separación y empiezan a gestar la independencia de México,
dijo.
Al darle la bienvenida en la
ceremonia de ingreso, José Moreno de Alba, presidente de la Academia Mexicana
de la Lengua, destacó: “La más importante aportación científica de nuestra
académica debemos buscarla en sus investigaciones sobre el cambio lingüístico,
y particularmente en la sintaxis histórica de la lengua española”.
Su libro Documentos
lingüísticos de la Nueva España es de enorme trascendencia y utilidad para los
estudios sobre el español mexicano colonial. El rigor y la precisión filológica
de esta edición, que además contiene
deliciosos textos informales que van del siglo XVI al XIX, han sido reconocidos
y apreciados por investigadores nacionales y extranjeros, detalló.
Ha editado y coeditado varias
obras colectivas importantes, tanto en el ámbito de los estudios medievales
como en el de la gramática histórica del español, acotó.
Ha publicado poco menos de 40
artículos en revistas científicas con estricto arbitraje, y en prensa o en
proceso de dictamen unos 15; sin embargo, “más que la cantidad subrayaría su
calidad, y de ello pueden dar idea el prestigio de las revistas y obras
colectivas donde han aparecido”, opinó el también investigador del IIFl.
La historia de la lengua y en
particular el cambio lingüístico a través del tiempo, es la asignatura que
desde hace tiempo imparte de forma brillante a estudiantes de la UNAM, indicó.
Company Company de ninguna
manera se limita, como lo hacen la mayoría de los profesores, a las horas de
clase. “Los buenos estudiantes son guiados por ella hacia la investigación
filológica seria. Además, es por todos sus colegas reconocida la enorme calidad
de las tesis de maestría y doctorado que dirige”, aseveró.
Pocas experiencias en la vida
universitaria resultan más gratas que ésta: una joven estudiante que se
convierte no sólo en admirada colega, sino además en excelente amiga, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
Concepción María del Pilar Company Company, del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la UNAM, ingresó como académica numeraria a la
Academia Mexicana de la Lengua.
FOTO 02
María del Pilar Company Company, filóloga de la UNAM, ocupa la silla
número cinco de la Academia Mexicana de la Lengua, honrada por Rubén Bonifaz
Nuño, José Vasconcelos y Francisco Sosa.
FOTO 03
La mayoría de indigenismos léxicos
que utilizamos, como comal, achichincle, itacate, chocolate y apapachar,
pertenecen al siglo XVIII, dijo la académica de la UNAM, Pilar Company Company.