06:00 hrs.  12 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-907

Ciudad Universitaria

 

 

 

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AVANZA PREVALENCIA DE DIABETES EN MÉXICO

 

·        Desde hace tres años es la primera causa de muerte en México, al superar a las enfermedades cardiovasculares

·        En la UNAM ha habido un esfuerzo importante por generar grupos de investigación que aborden esta patología, señaló Teresa Tusié, del Instituto de Investigaciones Biomédicas

·        Cristina Fernández, también del IIBm, resaltó que ahora se tiene consenso sobre los órganos que influyen en este padecimiento

·        El 14 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Diabetes

 

La diabetes es la primera causa de muerte en México, luego de haber superado el número de casos de enfermedades cardiovasculares, y de registrarse el incremento sostenido de su prevalencia en las últimas cuatro décadas. De no haber cambios significativos en las dos décadas siguientes, su incidencia superará a los sistemas de salud.

 

Ante este hecho, investigadores de la UNAM realizan un esfuerzo importante a través de trabajos diversos de especialistas en los cuales abordan esta patología, con mayor incidencia en los estados del norte de la república, como Coahuila y Nuevo León.

 

Aunque no es suficiente, porque se requiere generar más recursos humanos con trayectoria en los diversos estados del país, afirmó Teresa Tusié, coordinadora de la Unidad de Biología Molecular y Medicina Genómica.

 

La diabetes es un conjunto de padecimientos con causas genéticas distintas que presenta características diferentes en las diversas zonas del planeta, así por ejemplo muchos de los genes asociados a este mal en población caucásica o asiática no son los mismos que están presentes  en los padecimientos de nuestro país, explicó la encargada de este espacio perteneciente a los institutos de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM y al Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

 

Bajo esta perspectiva, en las últimas dos décadas con la participación de investigadores de la Universidad Nacional se han registrado avances relevantes en el estudio de este padecimiento. El progreso alcanzado ha sido posible también gracias a las nuevas tecnologías que permiten tener el panorama de localización de los genes implicados, ver cómo se relacionan entre ellos y analizar la contribución de los ya conocidos en otros grupos humanos.

 

Para Teresa Tusié, habría que entender cada uno de ellos  para dar un tratamiento óptimo, así como establecer mecanismos de prevención adecuados y de control de complicaciones.

 

Ella y su grupo de trabajo se han interesado también en la diabetes tipo 2 de inicio temprano –no dependiente de la insulina–, más frecuente en población mexicana que en la caucásica. En nuestro país, explicó, cerca de una quinta parte de los pacientes que se diagnostican lo hacen antes de los 40 años, y como se trata de una enfermedad crónico-degenerativa, tienen un riesgo mayor de complicaciones y de imponer una carga económica y social al sistema.

 

Dentro de esa categoría, se ha evidenciado que la mayoría de los genes que contribuyen en las formas de diabetes provocadas por un solo gen aún no se conocen.

 

Recientemente, dijo, ha interesado estudiar, en pacientes diabéticos en general, genes vinculados a provocar complicaciones. “No todos desarrollan las mismas: algunos sufren neuropatía (inflamación dolorosa y destrucción del nervio y las terminaciones nerviosas) o retinopatía (causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan los ojos)”.

 

En particular, “creemos que tenemos evidencia de un gen que contribuye de manera importante en el avance de nefropatía (insuficiencia renal) diabética en México”.

 

Cristina Fernández, responsable del Laboratorio de Diabetes Molecular de la Unidad de Genética de la Nutrición, establecida entre el IIBm y el Instituto Nacional de Pediatría, confirmó el estado del progreso sobre la diabetes.

 

“Ahora se tiene consenso sobre los órganos que participan, cuando todavía hace más de 15 años había controversia acerca de cuáles exactamente influían en la enfermedad”. Es claro que en la regulación de la glucosa –proceso complicado– intervienen el páncreas, músculo, tejido adiposo, hígado y cerebro. “Se sabe también que el aparato inmunológico está involucrado”.

 

Para entender la parte enferma ha sido indispensable comprender el funcionamiento normal, como los mecanismos en la acción y secreción de la insulina. Se tiene una visión mucho más amplia que hace 20 años. Así, consideró, si bien el panorama se hace cada vez más complejo, también se conoce mucho más sobre este mal.

 

En cuanto a su trabajo, la especialista comentó que ha estudiado cómo diferentes agentes, como las hormonas sexuales femeninas y los glucocorticoides, que favorecen el avance de la diabetes, afectan la expresión de genes en la regulación de su metabolismo. Las primeras, en particular, participan en la diabetes gestacional en las embarazadas, que al tener al bebé regresan al metabolismo normal.

 

También le ha interesado la acción de las vitaminas. Se sabía que de haber deficiencia de algunas, como la A y la D, había mayor propensión a desarrollarla, y había estudios los cuales demostraban que con una mega dosis del complejo B, los pacientes mejoraban.

 

Junto con su grupo establecieron que la biotina juega un papel molecular en la expresión de genes relacionados con diabetes, pues la secreción de insulina aumenta cuando se administra esa vitamina, no tóxica y que desean proponerla como parte del tratamiento.

Primera causa de muerte y enfermedad

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud del 2000, 10.9 por ciento de los mexicanos entre 18 y 65 años tiene diabetes. No obstante, su prevalencia aumentó en las últimas cuatro décadas, al ocupar el primer lugar como causa de enfermedad y muerte en México desde hace tres años, incluso al superar a las cardiovasculares.

 

Además, una tercera parte no sabe que lo es, y una vez que está consciente y se trata, sólo el 40 por ciento logra un control del azúcar, es decir, “60 por ciento no modifica sus niveles de glucosa de tal forma que se prevengan las complicaciones”.

 

Por ello, comentó Teresa Tusié, se debe entender el origen de esta enfermedad, para dar mejores tratamientos, prevención y calidad de vida. Ante este escenario, sólo queda trabajar no sólo en la definición de causas, sino en el control, seguimiento y educación para la salud”.

 

¿Qué es?

La diabetes se caracteriza por la elevación sostenida de glucosa en sangre y predisposición al desarrollo de complicaciones agudas o crónicas, como nefropatía, neuropatía y retinopatía, entre otras. Es un trastorno metabólico que altera al menos tres procesos bioquímicos: el mecanismo de síntesis y secreción de insulina, el de su acción, que entre otros efectos promueve la incorporación de glucosa a las células, y el de producción hepática.

 

Hay dos tipos, afirmó Teresa Tusié. La 1, por la destrucción de las células beta –la fábrica de insulina en el organismo– por parte del sistema inmune del propio individuo. Ésta generalmente se diagnostica antes de los 20 años, muchas veces durante la infancia. A ellos se les administra insulina de manera exógena, pues sin ella no pueden sobrevivir; son insulinodependientes.

 

En la tipo 2 –la más frecuente, 95 y 99 por ciento de los atendidos en clínica– no hay destrucción de las células beta, por lo menos no rápida. A ellos se les administran hipoglucemiantes orales, que promueven la incorporación de glucosa a las células. También se les puede dar insulina como estrategia de tratamiento, aunque no la requieren para existir.

 

Diversos estudios realizados tanto en humanos como en modelos animales, señaló la investigadora, han fundamentado que para su desencadenamiento se requiere de la alteración de genes de susceptibilidad. Se postula que habría entre 30 y 50 distintos, los cuales participan en diferentes combinaciones. Dado lo anterior, ha sido difícil la identificación puntual de cada uno. Además, no todos actúan igual: los habría de contribución mayor o menor.

 

Todos los casos tienen una base genética. De acuerdo al número de genes que repercuten en el desarrollo de la enfermedad se pueden distinguir dos tipos. Una sería la poligénica, donde está alterado un conjunto, cada uno tiene efecto parcial y aditivo; entre el 90 y 95 por ciento de los casos entrarían en este rubro; y la monogénica, donde con un solo gen mutado es suficiente para manifestar la patología, estos serían entre el 1 y 10 por ciento de los casos, al depender de la población de que se trate.

 

Las formas no genéticas de diabetes son raras. Éstas se pueden presentar, por ejemplo, por una inflamación aguda del páncreas que acabaría de manera fulminante con las células que producen insulina, denominadas beta. Otras causas pueden ser ciertos medicamentos, como los glucocorticoides, que se recetan cuando hay alergias o inflamación, y que, en la gente genéticamente propensa o de edad avanzada, la provoca, aseguró Cristina Fernández.

 

Una cosa está clara, aseveró la especialista: con el aumento de la edad el cuerpo va envejeciendo y, con ello, hay acciones metabólicas que eran eficientes en la niñez y juventud, pero después ya no; este problema empieza fundamentalmente a partir de los 45 años.

 

¿Prevenible?

La diabetes no se cura, se controla; pues hasta el momento es imposible revertir el daño al nivel de las células beta. Pero sí es prevenible hasta cierto punto. “Quizá seamos capaces de retrasar por varios años, incluso décadas, la aparición de la sintomatología o las complicaciones asociadas a esta patología, lo cual es valioso en términos de calidad de vida de los pacientes”, comentó Teresa Tusié.

 

 

El mejor preventor es hacer ejercicio, resaltó Cristina Fernández. El problema de la glucosa es que ésta se quede en la sangre y no entra a los tejidos, ya que estos tienen necesidad de ella para obtener energía y requieren captarla. Si se hace ejercicio, se favorecen muchos mecanismos que ayudan a que ese proceso suceda adecuadamente. Otra cosa importante sería tener hábitos alimenticios adecuados: que la gente coma “a sus horas”, en cantidad suficiente a su actividad física, y en forma balanceada.

 

La obesidad favorece la diabetes. Las razones fisiológicas comprenden el que las células, al almacenar grasa aumentan su tamaño; como consecuencia, ya no funcionan de manera correcta y lanzan al organismo señales equívocas, las cuales afectan el mecanismo de ingreso de glucosa a la célula.

 

Teresa Tusié resaltó que ahora se cuenta con medicamentos para atacar de manera general los mecanismos o procesos vinculados con su desarrollo. Inclusive, a sujetos en estado de prediabetes se les puede tratar con fármacos hipoglucemantes y prolongar el tiempo para manifestar niveles de glucosa y complicaciones asociadas.

 

Pero todavía falta mucho por entender a nivel metabólico, reconoció la especialista. En un futuro, consideró, la idea es que, eventualmente, mientras más se sepa de los genes que influyen en el progreso de la diabetes se podrán diseñar fármacos específicos para cada caso.

 

En el 2000 se calcula había en el mundo 151 millones de diabéticos, de los cuales 10 por ciento era tipo 1 y el 90 tipo 2. Es un serio problema de salud, informó Cristina Fernández. Cada vez hay más jóvenes que la presentan. La forma de vida, que conlleva inactividad y la mala alimentación (azúcares y grasas), es determinante. “Los niños toman refresco y están confinados en su casa, ven televisión o juegan en la computadora, cuando antes salían a divertirse al patio o la calle”.

 

Sobre la sintomatología, las investigadoras indicaron que se presentan cuando la enfermedad avanzó. Por mucho tiempo, en el organismo puede existir intolerancia a la glucosa, o incluso alto nivel de azúcar en la sangre, y no manifestar indicios, como tener mucha sed y hambre, aumento en la frecuencia de orinar, pérdida de peso y comezón.

 

De hecho, coincidieron, la gran mayoría son diagnosticados hasta que presentan complicaciones crónicas. Puede tener 10 años establecida y no detectarse, sino hasta que se presentan los síntomas. La falta de detección temprana es parte del problema.

 

Antes, explicó Cristina Fernández, no se manifiesta esta patología ya que hay un periodo de la enfermedad en la que, a pesar de que la glucosa se encuentra aumentada en la sangre, todavía no se desecha por la orina y por eso no se manifiestan los síntomas.

 

Sobre cuánto puede vivir, consideró que depende de qué tanto se cuide. Si lo hace mal es un hecho que disminuye y seguramente su muerte se anticipará. Su calidad de vida suele ser mala, porque es frecuente que presenten enfermedades vasculares, queden ciegos, se les amputen miembros y tengan dolores terribles.

 

Por otra parte, la especialista manifestó que cada vez se toma mayor conciencia de su importancia. Incluso los sistemas para dar recursos a la investigación apoyan este trabajo cada día más. No obstante, son pocos los grupos en México dedicados a la diabetes, y lo hacen en forma desmembrada. Por ello, recomendó conjuntar la parte básica con la clínica. De hecho, pueden participar psicólogos (pues los pacientes llegan a sentirse deprimidos) o sociólogos (hay ciertas comunidades indígenas donde la gordura es signo de belleza).

 

Sobre el Día Internacional de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, Cristina Fernández concluyó que es importante dar difusión seria, bien fundamentada, de manera didáctica, apegada a la realidad y a todos los niveles: para que el paciente entienda lo que le sucede y por qué se debe cuidar; para que la gente en general esté consciente de los riesgos que corre y cómo puede combatirlos.

 

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PIES DE FOTO

 

 

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La UNAM hace esfuerzos importantes para crear grupos de investigación sobre diabetes, expresó Teresa Tusié, coordinadora de la Unidad de Biología Molecular y Medicina Genómica.

 

 

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Cristina Fernández, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, reveló que el mejor preventor de la diabetes es hacer ejercicio, pues favorece que la glucosa entre a los tejidos.

 

 

FOTO 03.

 

El 14 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Diabetes, por lo que especialistas de la UNAM buscan entender el origen de la diabetes, para dar mejores tratamientos, prevención y calidad de vida.