06:00 hrs.  8 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-891

Ciudad Universitaria

Pie de fotos al final del boletín

 

 

AVANZA EXPERIMENTO UNIVERSITARIO PARA LA PIRÁMIDE DEL SOL EN TEOTIHUACAN

 

·        Integrantes del IF de la UNAM concluyeron la fabricación de piezas para las seis cámaras multialámbricas que forman parte del sistema de detección de muones, que será instalado en el subsuelo de esa estructura

·        Se tratará de determinar si hay cámaras ocultas o entierros ceremoniales, explicó Arturo Menchaca, director de esa entidad

·        Se desarrolló un sistema de telemetría mediante el cual los datos que se obtienen se envían hasta Ciudad Universitaria, para su análisis, precisó

 

Integrantes del Instituto de Física (IF) de la UNAM concluyeron la fabricación de piezas para las seis cámaras multialámbricas que forman parte del sistema de detección de muones o radiaciones cósmicas que será instalado en el subsuelo de la pirámide del Sol, en Teotihuacan, para determinar si hay cámaras ocultas o entierros ceremoniales.

 

El doctor Arturo Menchaca Rocha, director del IF y responsable del proyecto, informó que, además del prototipo que ya fue probado, se tienen armadas tres de esas cámaras y se cuenta con todas las piezas para el resto.

 

Asimismo, agregó, se desarrolló un sistema de telemetría mediante el cual los datos que se obtienen en ese sitio arqueológico se envían a 40 kilómetros de distancia, hasta Ciudad Universitaria (CU), para su análisis y, en general, para vigilar el experimento.

 

Desde el Instituto podemos controlarlo; “ya hay una computadora que se comunica con otra en CU para saber cómo va todo en la cueva”, una bóveda de 15 metros cuadrados, casi en el centro de la base de la pirámide, ubicada al final de un túnel de más de 100 metros de largo y ocho de profundidad, dentro de la cual se instaló un laboratorio (una pequeña casa de metal) que protegerá al instrumento de las condiciones ambientales subterráneas, detalló.

 

El sistema de muones está hecho de dos tipos de detectores: los centelladores y las cámaras multialámbricas, que trabajarán en conjunto para obtener una “radiografía” de la edificación teotihuacana, y determinar la existencia de alguna estructura interna que pudiera ser de interés arqueológico, informó el científico.

 

Desde el universo, sostuvo, llegan a nuestro planeta rayos cósmicos, compuestos esencialmente por núcleos de hidrógeno (protones). Más de 90 por ciento de las partículas que “bombardean” la Tierra son de alta energía y al chocar con la atmósfera producen otras. Ese es el caso de los llamados piones, a partir de los cuales se crean los muones.

 

Éstos son partículas con carga eléctrica, penetrantes y las que más alcanzan a la superficie terrestre. Ellas viajan en línea recta. De hecho, son las únicas capaces de atravesar toda la pirámide, es decir, 65 metros (su altura) de tierra. Por eso nos interesan, abundó el científico.

 

Tienen una vida media de una millonésima de segundo, pero a la velocidad que viajan –que es cercana a la de la luz, es decir, casi 300 mil kilómetros por segundo–, algunas de ellas pueden cruzar la atmósfera, la construcción prehispánica y llegar al detector, explicó.

 

Los muones tienen un espectro o variedad de energías. Algunas que poseen menos, no pueden traspasar la materia porque son atenuadas y decaen; son detenidas por lo que encuentran a su paso y al instante desaparecen, detalló.

 

Otras, las más energéticas, que son pocas, sí atraviesan pero van perdiendo esa fuerza. Por ello, el detector “subterráneo” sólo podrá captar alrededor de 16 muones por segundo, a pesar de que su capacidad es cuando menos 10 veces mayor, como ya se ha probado en el IF.

 

Entre más materia atraviesan, las partículas son “absorbidas” (decaen) en mayor número. Por eso, “si de alguna dirección de la pirámide del Sol llegan más muones de los esperados al detector, querría decir que hay menos densidad de materia, o sea, un hueco o cámara oculta”, precisó.

 

La otra posibilidad es que haya entierros. Ésta se establece a partir de que se determinó la existencia de uno de ellos en la pirámide de la Luna del propio Teotihuacan. “Es probable que la del Sol tuviera un uso similar”, abundó.

 

De ser así, se trataría de tumbas propiamente dichas, o sea, rellenos de tierra. De tener igual densidad que su entorno, aunque estén ahí, no podrán ser descubiertos, expuso Arturo Menchaca. Ante tal eventualidad queda la esperanza de que se trate de osarios, pero con muros de piedra de mayor densidad que la tierra de relleno, que sí podrían detectarse mediante la menor captación de muones.

 

En el funcionamiento del instrumento, lo primero que se debe determinar es que lo registrado sea en realidad un muon y no otro tipo de radiación, como rayos gamma producidos por el gas radón que se acumula en las cuevas, puntualizó.

 

Para ello, se usan los centelladores, fabricados de plástico transparente y colocados dentro de cajas de aluminio, instalados arriba y debajo de las seis cámaras multialámbricas (como las tapas de un sándwich). Ellos toman medidas simultáneas de forma que si se reconoce una señal o destello de luz en ambas se trata de un muon, único capaz de atravesar por completo el detector, expresó.

 

Desde abril del año pasado, comentó el director del IF, los centelladores fueron colocados en la pirámide y desde esa fecha han contado partículas. No obstante, “no nos dicen de dónde vienen los muones”.

 

Es decir, la información es buena, pero insuficiente, aclaró Arturo Menchaca. Es necesario puntualizar de qué dirección proviene la partícula. Para eso se usarán las seis cámaras multialámbricas, semejantes al encordado de un piano, tres de las cuales irán en un sentido y tres más en otro, para formar una especie de cuadrícula. Esos alambres delgados y con una separación de cinco milímetros, se meten en un gas. “Se conectan a la corriente eléctrica para que cuando pase una partícula ionice el mismo”.

 

Gracias a ese encordado se obtienen las coordenadas X, Y y Z (ésta última dada por la altura del detector) que posibilitan ubicar la dirección de cada muon con toda precisión. De esa forma, dijo, el instrumento “verá” características internas y externas de la pirámide, como los dos túneles excavados en el pasado por los arqueólogos o los “escalones” o cambios de nivel de la pirámide, llamados cuerpos.

 

En cuanto al envío de datos de Teotihuacan a CU, sostuvo que este experimento es, en cierto sentido, como el de un satélite espacial, ya que después de montado debe trabajar solo, con una estación remota. Además de desarrollar una línea de transmisión de datos, se adquirió un teléfono especial y se creó un software para los protocolos de comunicación con el experimento.

 

La parte de la simulación se concluyó y opera desde hace varios meses. Esta tiene la misión de crear circunstancias idénticas a las del trabajo, pero considerando que en el cuerpo de la pirámide no hay huecos; “se resta lo que se observa en la realidad con lo que se simula, y si hay diferencia podría haber algo como una cámara oculta”, indicó.

 

Hasta ahora, además de los centelladores, en el subsuelo de Teotihuacan se colocaron sensores de humedad, temperatura y gas. Lo que sigue, dentro de pocas semanas, es llevar a la pirámide la cámara multialámbrica prototipo y echarla a andar. Además, terminar de armar las seis definitivas, probarlas en CU y transportarlas a ese sitio para que el experimento comience. Esto podría ocurrir en seis meses, adelantó.

 

A partir de que eso ocurra “no daremos resultados parciales para no generar expectativas. Las conclusiones se darán a conocer después de por lo menos un año de mediciones”, añadió.

 

Se toma en serio esta actividad, cuyos instrumentos han sido fabricados por completo en el IF; es importante no sólo por la atención que ha merecido de la comunidad científica y los medios de comunicación, sino porque tratamos de resolver un enigma de gran relevancia para la arqueología mexicana. No podemos darnos el lujo de hacerlo mal, finalizó el experto.

 

--o0o--


PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Arturo Menchaca Rocha, director del Instituto de Física de la UNAM, informó sobre los avances del proyecto de detección de muones que se instalará en Teotihuacan, para buscar cámaras ocultas o entierros ceremoniales

 

 

FOTO 02.

 

Arturo Menchaca, director del IF de la UNAM, informó sobre la conclusión de la fabricación de piezas en las cámaras multialámbricas para la detección de muones en Teotihuacan.