06:00 hrs.  3 de Noviembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-878

Ciudad Universitaria

 

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LOS TERRORISTAS ISLAMISTAS CREEN ANTE TODO EN EL PODER DE LA IMAGEN

 

·        Destacó en la UNAM José Sanmartín, director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia

·        En el Instituto de Investigaciones Sociales dictó la conferencia El terrorismo islamista y sus motivaciones, que formó parte del Seminario La agresión polarizada

 

El terrorista islámico cree ante todo en el poder de la imagen. No atenta en un solo lugar, sino en varios de forma sincrónica o separada en el tiempo pero con los intervalos necesarios para conseguir el mayor impacto mediático, aseguró en la UNAM José Sanmartín, director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.

 

Calcula perfectamente su objetivo, y lo lleva a cabo como un guionista y, desde luego, los medios de comunicación masiva forman parte de esta idea, añadió.

 

Lo que quieren, señaló, es conseguir el mayor impacto posible y poner de manifiesto que están bien organizados, “y seguirán estándolo por mucho tiempo, porque no es un terrorismo jerarquizado, donde las directrices vayan de arriba hacia abajo: es difuso, en forma de red, donde cualquiera en un momento determinado puede atentar aunque luego adjudique lo que hace a Al Qaeda, como una entidad superior”.

 

Los políticos, sobre todo en occidente, se han empeñado en decir que todos los terroristas son iguales, pero no es verdad. Si bien todos atentan para aterrorizar a la población no combatiente, con el fin de que ésta presione sobre sus distintos gobiernos y se introduzcan cambios en el status quo, hay dos grandes tipos de acuerdo con su modus operandi: el laico y el religioso integrista, aseveró el también catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valencia, España.

 

En la Sala de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Sociales indicó que el laico nace en Europa y América en la década de los 60. Algunos de sus grupos representantes son ETA, en España; IRA, en Irlanda, y las Brigadas Rojas, en Italia. Lo integran personas que se perciben a sí mismas como soldados que están en una lucha justa y legítima contra la opresión, la cual puede tener distintas formas: la del Estado o una clase social o económica, por ejemplo. Se sienten la vanguardia revolucionaria.

 

No suelen ser letales, es decir, si algo cuidan es cuántas personas perjudican. Sus atentados se mantienen por debajo de la treintena de afectados, lo general es que tengan una o dos víctimas. “A veces, se les va la mano, pero es por accidente o en caso de emplear una estrategia secundaria”. Lo importante para ellos no es el número, sino a quiénes eliminan; eso es lo simbólico, detalló.

 

Los islamistas no son así. Estos también se perciben como soldados que forman parte de una vanguardia revolucionaria, pero no de una población, sino de la Uma (comunidad mundial mahometana). “Cualquier otra identidad de grupo es bárbara, ignorante”. Pretenden acabar con el enemigo del Islam “que es aquel mal musulmán que dentro de su mundo ha asumido las ideas decadentes, los contravalores de occidente: la falta de caridad, el hedonismo, la hipersexualidad y cualquier forma de gobierno o idea que hable sobre el hombre despojando a Dios de su omnipotencia”, aclaró.

 

Así, democracia, socialismo o nacionalismo para ellos es basura, “pues hacen que todo gire en torno al ser humano”, no de Alá, indicó en la conferencia El terrorismo islamista y sus motivaciones, que formó parte del Seminario La agresión polarizada.

Cabe señalar que existe una diferencia entre islámico e islamista. El primero abarca todo lo que se refiere al Islam, una de las religiones más extendidas en el mundo, “aunque no sólo es eso, sino mucho más: norma la conducta de la persona y un buen musulmán es quien vive de acuerdo con los dichos y hechos comprobados de Mahoma, el Corán, el libro santo. El segundo es quien cultiva una variante integrista del Islam, son los musulmanes radicales.

 

Las ideas fundamentales del islamismo de que el Islam retorne a la política y de que el mundo musulmán está siendo invadido por la barbarie, crece con toda virulencia en Egipto y Siria desde los años 60. Los tres principios que manejan son: primero, el Islam debe regir la forma de vida; segundo, requiere reconocer la omnipotencia de Dios y en ningún momento debe deteriorarse al pasar parte de su poder al ser humano, y, tercero, hacer todos los esfuerzos posibles para que esa forma de vida, sea defendida contra sus enemigos y extendida mediante la mente, la palabra y la espada, expuso.

 

Su ideólogo principal fue Sayyid Qutb, quien puso las bases para realizar un levantamiento armado contra los regímenes laicos en el mundo musulmán. Eso es lo que se trata de hacer en Palestina, ejemplificó.

 

Cuando un terrorista centra su acción en torno a la defensa a ultranza de los valores mencionados, de la religión, piensa que las propias acciones las juzga Dios y no el hombre; cuando la única identidad que se reconoce es la de ser musulmán y cree que todas las demás son bárbaras, ya no hay cortapisas para su letalidad, abundó.

 

De esta forma, sus atentados son indiscriminados, porque no temen perder el apoyo de nadie; asimismo, no importa quién, el símbolo no es nunca la persona, sino el lugar (las Torres Gemelas en Estados Unidos, la estación de Atocha en España, los metros de Londres).  Otra cosa que los diferencia de los laicos es que llevan a cabo “la masacre escenificada”: tienen que matar a miles para aterrorizar a millones.

 

 

 

Otra diferencia brutal respecto a los terroristas laicos es su concepción de vida. Éstos, dijo, no se suicidan, “sólo ha habido un caso en las filas del IRA”.

 

Para los islamistas, las cosas son distintas, encuentra en ese morir el camino más directo hacia el paraíso. No creen en el valor de la vida, sino en Alá, en Dios ante todo, y si puede llegar antes a él por qué no. No se mata como los occidentales, como una salida ante la desesperación, porque no se puede más, sino que esa es una manera de combatir al enemigo con aquello que tiene a su alcance, que es su propio cuerpo, puntualizó.

 

Finalmente, el autor de los libros La violencia y sus claves, La mente de los violentos y El terrorista, entre otros, destacó que el islamismo ha evolucionado en los últimos tiempos: de grupos que habían estado actuando nacionalmente a otros transnacionales, los cuales han incorporado la idea de la tecnología de una manera firme y férrea.

 

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FOTO 01

El catedrático español José Sanmartín dijo en la UNAM que las ideas fundamentales del islamismo es que el Islam retorne a la política y de que el mundo musulmán está siendo invadido por la barbarie.

 

FOTO 02.

José Sanmartín, director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, expuso ante la comunidad de la UNAM que los islamistas buscan el mayor impacto posible con sus atentados terroristas.