Boletín UNAM-DGCS-836
Ciudad Universitaria
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RECIBE INVESTIGADOR DE LA UNAM PREMIO NACIONAL DE
ENERGÍA RENOVABLE 2005
· Manuel Martínez Fernández, del Centro de Investigaciones en Energía, obtuvo primer lugar en la categoría de Promoción
·
Indispensables,
las fuentes renovables para que el desarrollo de México sea compatible con el
medio ambiente, dijo
·
Al ritmo de consumo
actual, la reserva probada de hidrocarburos en México sólo alcanzará para once
años, alertó
Manuel Martínez Fernández, del Centro de Investigaciones en
Energía (CIE) de la UNAM, obtuvo el primer lugar del Premio Nacional de Energía Renovable 2005, en
la categoría de Promoción,
en reconocimiento
a su intensa labor en el fomento y apoyo al desarrollo de ese tipo de fuentes
en el país.
El experto reconoció en entrevista, que las energías renovables son
indispensables para que el progreso, tanto de México como del mundo, se lleve a
cabo de forma compatible con el entorno; es decir, que haya un crecimiento
sustentable.
Los otros recursos, como el petróleo, le han servido a la nación para
su avance y para que el sector industrial crezca, sea más eficiente y haya
mayor productividad; empero, se ha olvidado al medio ambiente y la distribución
de la riqueza generada entre las distintas capas de la sociedad, afirmó.
Para cambiar la situación, abundó Martínez
Fernández, se debe modificar la mentalidad de los mexicanos sobre el uso
de estos energéticos, para lo cual las fuentes renovables como la solar,
eólica, biomasa y las pequeñas caídas de agua ayudan a tener un impulso
económico, combinado con el cuidado del hábitat y una valoración de las
actividades sociales.
Manuel Martínez, quien desde 1977 trabaja en la promoción de estas
alternativas, subrayó que el potencial en este campo es enorme, pues en el
mundo hay ya alrededor de 50 mil megawatts instalados de generadores eólicos,
en especial en Alemania, España y Estados Unidos.
Tal cantidad es lo que nuestro país tiene en todo el territorio. De
hecho, la industria de los generadores por viento para electricidad se
incrementa a un ritmo de 35 por ciento al año. Crece en todo el mundo, pero en
México no. En ese sentido, el investigador universitario refirió que se deben
promocionar sus bondades, al tomar en cuenta las limitaciones del territorio, e
incrementar el apoyo decidido a la utilización de energías renovables.
Para México, la fuerza eólica es una de las primeras opciones que se
impulsan. De hecho, aseveró, existen compañías interesadas en instalarse en La
Ventosa, en la zona del Istmo de Tehuantepec, pero hay otras regiones con este
potencial. Sería factible instalar hasta 5 mil mega watts, aunque se carece de
los mecanismos apropiados para que los interesados lo hagan.
La energía solar también es una posibilidad, el calentamiento de agua
para uso doméstico, industrial y generar electricidad con sistemas
fotovoltaicos, es una de las grandes tecnologías con amplias perspectivas. La
Biomasa también es opción. Además, por la situación que se vive, es difícil
pensar que pueda cambiar o implementar nuevas fuentes o tecnologías, porque
cuestan. Hacen falta mecanismos novedosos para emplearlos, enfatizó.
Al recibir el Premio, Manuel Martínez
consideró que el sector energético mexicano enfrenta una situación
especial: se produce y exporta la mayor cantidad de hidrocarburo de la historia
y una tercera parte de los ingresos federales provienen de las ventas al
exterior. Al mismo tiempo, entre 20 y 30 por ciento de los productos
petrolíferos que se consumen se compran al extranjero.
No obstante, su reserva probada alcanzará
para sólo once años al ritmo de consumo actual, y 90 por ciento del abasto
energético primario depende de ellos. Además, alertó, las nuevas energías
renovables aportan menos de un milésimo de uno por ciento a la oferta primaria.
A eso se suma que en el reciente decálogo
energético oficial no se incorporan capitales de riesgo privados en ese sector,
apuntó. Por ello es imperioso planear sus actividades, no sólo para cubrir la
necesidad, sino para impulsar el desarrollo sustentable del país.
Incrementar la eficiencia es el primer
paso para mejorar la economía y reducir la contaminación ambiental. Es posible
bajar en 30 por ciento el consumo nacional en las próximas dos décadas, estimó.
Se calcula que para el 2050 las fuentes renovables podrían satisfacer 50 por
ciento de la demanda mundial de energía. Estudios del CIE muestran que en 2030
éstas podrían cubrir 30 por ciento del total y 45 por ciento de la electricidad
en México. “El problema del financiamiento es el más importante a resolver”.
Recordó que el objetivo principal de
estos premios es estimular a los especialistas para continuar en la búsqueda de
la máxima eficiencia y el uso de las fuentes renovables. Esto obliga a pensar
en lo que se puede alcanzar en el corto, mediano y largo plazos. Se debe
cambiar el paradigma del sector: asegurar un eficaz abastecimiento final para
impulsar el desarrollo sustentable.
Con casi 30 años de labor en el área, Manuel
Martínez Fernández reveló que siempre ha trabajado en la investigación,
docencia y divulgación de energías renovables. También en el Programa de
Energía de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. En la actualidad, como miembro del CIE
impulsa un proyecto sobre energía y desarrollo sustentable, para ver los
mecanismos de interacción entre el abasto y necesidades de una comunidad.
Obtener este Premio representa un reconocimiento de sus pares, de la
gente que ha trabajado con él. “Es un reconocimiento que significa mucho,
porque es un orgullo que reconozcan una labor realizada a lo largo de tantos
años”, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Manuel Martínez Fernández, del Centro de
Investigaciones en Energía de la UNAM, obtuvo el primer lugar del Premio Nacional de Energía Renovable 2005, en la categoría
de Promoción.
FOTO 02.
El científico de la UNAM Manuel Martínez Fernández,
señaló que se debe modificar la mentalidad de los mexicanos sobre el uso de
energías renovables como la solar, eólica y biomasa.