16:30 hrs.  20 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-830

Ciudad Universitaria

TEMPERATURAS DE 30ºC EN EL MAR, CAUSA DE HURACANES COMO WILMA

 

·        Es el caso de esos fenómenos meteorológicos, informó el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM

·        Los últimos dos años forman parte de un periodo de aproximadamente dos décadas en el que se incrementaría la actividad de los huracanes en el Atlántico y el Caribe

·        La predicción de la trayectoria e intensidad de un huracán son de tipo probabilístico

 

El huracán Wilma se ha presentado porque existen temperaturas altas en el océano, de alrededor de 30°C, casi 1°C por encima de su valor normal para esta época del año, informó el  Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

 

Además, agregó el Centro, hay poca variación entre vientos de niveles bajos y altos de la troposfera, aun y cuando la intensidad de los vientos en superficie es mayor a lo normal. Como sucedió con el huracán Mitch, Wilma ha tenido un desplazamiento lento, lo que le permite acumular energía, la cual toma del mar.

 

Desde hace alrededor de dos años se entró en un periodo, que puede durar un par de décadas, en el que se incrementa la actividad de los huracanes en el Atlántico y el Caribe. Esta es una forma de variabilidad natural del clima.

 

Durante los últimos 35 años se ha registrado una tendencia positiva en la temperatura superficial del mar en todos los océanos, lo que lleva a que el potencial para que se formen huracanes intensos aumente. Sin embargo, relacionar a Wilma o a Katrina directamente con el cambio climático no es fácil, pues se requiere que lo experimentado este año se vuelva más frecuente.

 

Diversos modelos que describen el cambio climático proyectan variaciones en la intensidad de los huracanes. En general, se ha observado que aunque no ha aumentado el número total de huracanes en el mundo, se ha incrementado el porcentaje de aquellos que son más intensos (con categorías 4y 5).

 

Cabe recordar que un ciclón tropical –huracán, ciclón-tifón, “willy-willy” o baguio, nombres con los también se les conoce, según la región e incluso en algunos casos, del país donde se genere este fenómeno meteorológico–, es un conjunto de nubes bajas generadoras de lluvia que se organizan con rotación en sentido contrario a las manecillas del reloj y producen centros de baja presión atmosférica en la superficie.

 

La temporada de huracanes en el Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe abarca de principios de junio a finales de noviembre. En este periodo se presentan las condiciones necesarias para la  formación de tormentas tropicales.

 

Ellas son: temperaturas de la capa superficial del océano altas (mayores a 26°C); humedad  relativamente alta en las capas bajas y medias de la troposfera (por lo menos hasta 5 km de altura); sistemas de baja presión o perturbaciones en la presión atmosférica, que organicen la actividad de  las nubes, como son las ondas del este, que se generan al norte de África, y poco contraste entre los vientos cerca de la superficie y los de altura, esto es, una  débil cizalla vertical del viento.

 

Estas condiciones son necesarias pero no suficientes para que se desarrolle un huracán, esto es, para que se alcancen velocidades de viento de más de 117 km por hora (33 metros por segundo).

 

La intensidad que puede alcanzar un huracán depende en gran medida de la temperatura en la superficie del mar. Las probabilidades de que un ciclón tropical alcance categoría 4 ó 5 aumentan al ser elevada la temperatura, por ejemplo, mayor de 30ºC.

 

La predicción de la trayectoria e intensidad de un huracán son de tipo probabilístico, pues la incertidumbre es inherente a cualquier pronóstico, sobre todo tratándose de un fenómeno tan complejo como un ciclón tropical.  A pesar de la incertidumbre que conllevan, los responsables de la Protección Civil manejan el riesgo (probabilidades) asociado al ciclón tropical, pues tienen el papel de alertar a las autoridades y a la población para que tomen medidas que aminoren los impactos negativos en las comunidades.

 

Ahora se advierten más estos fenómenos por el aumento en el número de personas, porque en las construcciones se utilizan materiales ligeros, y además, se asientan en lugares potencialmente riesgosos ante un evento de esta naturaleza.

 

-o0o-