Boletín UNAM-DGCS-829
Ciudad Universitaria
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final del boletín
ERROR, GENERALIZAR EN TORNO A LA EUTANASIA
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Afirmó Arnoldo Kraus, de la Facultad de
Medicina de la UNAM
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En el caso de una legislación en la materia
se busca que las personas elijan su muerte de forma razonada y autónoma:
Alejandro Herrera, del IIF
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Es una opción para situaciones
excepcionales, en las que ya no hay nada que ofrecer al enfermo para aliviar su
sufrimiento: Asunción Álvarez, de la FM
· Intervinieron en el XXI Simposio Internacional de Filosofía, realizado en la Casa de las Humanidades
Generalizar en torno a la
eutanasia es un error, pues es preciso individualizar cada caso; el facultativo
nunca debe sugerirla, a pesar de que vea que el yacente tiene pocas
posibilidades de salir adelante; y que ha sido la opinión pública y no la de
los médicos quien ha abierto el tema, lo cual es lamentable, afirmó Arnoldo
Kraus, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Al participar en el XXI
Simposio Internacional de Filosofía, organizado por el Instituto de
Investigaciones Filosóficas (IIF), el especialista abundó en la Casa de las
Humanidades, que hablar de este asunto es importante ante el excesivo avance de
la medicina, pues se ha llegado “a niveles insospechados para preservar la vida
hacia el final de ésta”; pero, insistió, es importante tratarlo desde un punto
de vista laico y secular, de otra forma será difícil abordarlo.
Planteó, además, algunas dudas
en cuanto a su empleo, “las cuales probablemente nunca se vayan a solventar,
porque mientras más se piensen en ella más inquietudes surgen, y entre más
crece la medicina más problemas se generan”, sobre qué hacer con pacientes con
Alzheimer, mentalmente incompetentes pero físicamente sanos, y de los cuales no
se conoce bien qué querían hacia el final de su vida.
Cómo tratar a los mentalmente
competentes pero afectados físicamente, como en esclerosis múltiple; con los
que no son terminales, pero parecen y pronto lo serán por su carga de problemas
físicos, y los menores de edad con espina dorsal bífida, agregó.
Otro punto en este tema
corresponde a la elite social, a la clase adinerada, pues conlleva en muchas
circunstancias ser un paciente terminal y esto, a su vez, significa poseer
recursos. Para los pobres existe la eutanasia social, enfatizó.
Por su parte, Alejandro
Herrera, del IIF –en un evento moderado por la profesora Margarita Valdés–,
señaló que los legisladores y médicos que desean la aprobación de la eutanasia
buscan que “cada ser humano actúe como dueño de su propia vida y disponga libremente
de ella al cubrir requisitos que garanticen la libre y deliberada decisión”.
Apuntó que si el concepto de
dignidad humana está caracterizado por la razón y la autonomía del agente
moral, en el caso de una legislación en la materia se busca que las personas
elijan su muerte de forma razonada y autónoma.
Recordó que “no hay ninguna
ética ni código que condene por matar en defensa propia o de un ser querido con
el que hemos contraído obligaciones de cuidado y protección, tampoco por
hacerlo a favor de eso que llamamos país, nación o patria”.
Además, agregó, diferentes
culturas pueden tener excepciones del valor de la existencia. “Hay vidas que se
pueden segar, como la de los infieles en la musulmana, los paganos en la
católica medieval, los cristianos en la romana antigua, los miembros de grupos
étnicos externos en la azteca, los blasfemos o herejes en varias religiones”, y
no se puede decir que en estos pueblos no se tuviese en alta estima la
pervivencia, pero sólo la propia y la de los auténticos prójimos.
A su vez, Asunción Álvarez del
Río, de la FM, indicó que el tema de la eutanasia aparece finalmente en la mesa
de discusión en México. “Creo que es importante darle todo el tiempo necesario
y que en él participe toda la sociedad”. También, ubicarlo en el contexto de la
atención médica al final de la vida y en relación con otros temas a revisarse,
como los cuidados paliativos.
Lo que no debe olvidarse es
que se trata de admitir esta opción para situaciones excepcionales, en las que
ya no hay nada más que ofrecer al enfermo para aliviar su sufrimiento o para
impedir que sienta que su vida es indigna de ser vivida, como una opción válida
para quienes deseen elegirla. Se busca respaldar la libertad de todas las
personas para que puedan ejercerla hasta el final, sentenció.
Álvarez del Río recalcó que
necesitan cambios en la sociedad que ayuden a admitir mejor la condición como
seres mortales y reconocer los límites de la vida. “Se evitaría mucho
sufrimiento si se advirtiera a tiempo cuándo son inútiles los intentos de curar
una enfermedad”. Asimismo, que si se acepta que la muerte forma parte de la
vida y que si no se sabe cómo tocará pasar por ese ineludible desenlace, se
podrá decidir cómo y cuándo transitar por él.
Enlistó algunas cuestiones
clave sobre la eutanasia, a la que definió como el acto o procedimiento por
parte de un facultativo para producir la muerte de un paciente, sin dolor y a
petición expresa de éste, las cuales son si tiene el enfermo el derecho de
decidir la terminación de su existencia, de pedir esa ayuda a su médico, y si
éste tiene algún deber de responder a esa demanda, y si el Estado puede
respaldar los derechos del afectado y el deber del galeno, concluyó.
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FOTO 01.
Asunción Álvarez,
Arnoldo Kaus, Margarita Valdés y Alejandro Herrera durante su participación en
el XXI Simposio Internacional de Filosofía, organizado por el Instituto de
Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
FOTO 02
Asunción Álvarez
y Arnoldo Kraus hablaron sobre diversos aspectos de la eutanasia en el ámbito
médico, durante el XXI Simposio Internacional de Filosofía, celebrado en la
UNAM.
FOTO 03
Alejandro Herrera, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, planteó que los promotores de la eutanasia persiguen autonomía y libertad.