06:00 hrs.  17 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-814

Ciudad Universitaria

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AVANZA EL PERFECCIONAMIENTO DE AUXILIAR AUDITIVO DESARROLLADO EN LA UNAM

 

 

·        Ingenieros del CCADET crearon un instrumento que pretende mejorar la calidad de vida de las personas que padecen hipoacusia o sordera de leve a moderada

·        Ricardo Damián Zamacona, integrante del Laboratorio, señaló que ya se trabaja en la obtención de un artefacto que sea útil para quienes tienen problemas más severos

·        Alrededor de 0.3 por ciento de la población mexicana padece alguna discapacidad auditiva, sin considerar a las personas que son potencialmente sordas

 

 

 

Ingenieros del Laboratorio de Electrónica del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, avanzan en el perfeccionamiento de un auxiliar auditivo, instrumento que pretende mejorar la calidad de vida de las personas que padecen hipoacusia o sordera de leve a moderada.

 

Al respecto, Ricardo Damián Zamacona, integrante de ese espacio, señaló que además, el equipo de investigación encabezado por Miguel Ángel Bañuelos, ya trabaja en la obtención de un artefacto que sea útil para personas con problemas más severos.

 

 

El nuevo prototipo se ha experimentado de diferentes maneras, entre ellas, mediante pruebas electroacústicas. Además, sujetos que necesitan un auxiliar “han venido a probárselo y nos han hecho comentarios favorables. Les gusta cómo se escucha, incluso mejor que los aparatos comerciales, los cuales en ocasiones se oyen agudos”, refirió.

 

El universitario expuso que alrededor de 0.3 por ciento de la población mexicana padece alguna discapacidad auditiva, sin considerar a quienes son potencialmente sordas, como las que con la edad pierden gradualmente este sentido, así como las que trabajan en ambientes con mucho ruido, como discotecas, o jóvenes que utilizan audífonos con un alto volumen todo el tiempo. Ellos están propensos a sufrir una merma con el tiempo.

 

Explicó que la sordera o disminución auditiva se clasifica en los grados de leve, media, moderada, severa y profunda, lo cual depende de cuántos decibles es capaz de percibir un individuo. “Hablamos de pérdida leve cuando el mínimo que se puede captar es de 10 decibeles, por ejemplo”.

 

Para ayudar a esas personas, en especial a las de bajos recursos, los científicos trabajan en un artefacto eficaz y de bajo costo. Ello, detalló, porque los auxiliares auditivos que se comercializan, importados principalmente de Estados Unidos y Holanda, valen cerca de 12 mil pesos. “El nuestro está fabricado con componentes nacionales y tendría un costo de alrededor de mil 500 pesos”.

 

El instrumento, una pequeña caja plástica de 10 por 5 centímetros, tiene diversos componentes: sensor de entrada, preamplificador, filtros y amplificador de salida. Posee un bloque de entrada, el micrófono, que convierte la presión sonora del ambiente en una señal eléctrica; luego se pasa a la etapa de preamplificación, para darle potencia a esa señal, abundó el experto.

 

Posteriormente, la misma corre por una serie de filtros para ajustarse a la deficiencia auditiva de cada persona en específico. “Hay quienes pierden la sensibilidad de señales de baja frecuencia, o de alta; por ello hay que ajustar los potenciómetros, que son dispositivos electrónicos para darle mayor ‘ganancia’ a las frecuencias que captan menos, por ejemplo”, expresó.

 

Para ello se requiere una audiometría previa del paciente, donde se obtenga la curva de respuesta de su oído. Con base en esa información se ajustan los controles de filtración.

 

Asimismo, añadió, se requiere un control de ganancia automático o CAG. Eso se debe a que si hay un nivel de ruido promedio en el lugar donde se encuentra el usuario del auxiliar auditivo y de repente se registra otro, estrepitoso y accidental, eso lo molestaría.

 

“El equipo detecta esa señal y no la amplifica por completo, da una ganancia más pequeña para proteger el odio del paciente”, dijo. Por último, viene la etapa amplificatoria, la que permite compensar de manera precisa la pérdida auditiva de la persona.

 

A diferencia de los dispositivos comerciales, que se colocan detrás de la oreja o dentro del canal auditivo y usan baterías especiales, el diseñado por los universitarios es de caja, que puede llevarse en el bolsillo o cinturón, y presenta la ventaja de que es menos fácil de perder si el usuario es un niño, y usa pilas AA, las cuales duran dos semanas en promedio con un uso continuo, informó.

 

Mediante un cable se conecta el audífono al aparato para luego introducirse en el oído. En promedio este último, añadió Damián Zamacona, tiene una cavidad conductiva externa de dos centímetros cúbicos, pero su forma es variable. Por ello, se debe obtener el molde de cada paciente de forma que el audífono no tenga fugas de sonido y se acople perfectamente.

 

Hasta ahora, el equipo de investigación ha logrado una ganancia de 50 decibles que serviría para deficiencias auditivas leves, medias y moderadas, según lo ha demostrado su caracterización en el Laboratorio de Acústica del propio CCADET y con base en normas internacionales, adelantó.

 

El artefacto utiliza tres bandas o ajustes, a 500 hertz, y uno y tres  kilohertz. “Con eso se cubre lo que normalmente tienen los auxiliares auditivos comerciales”, indicó.

 

Aseveró que trabajan ahora en un auxiliar con mayor ganancia, por arriba de los 80 decibeles, al utilizar otro tipo de amplificador a la salida; “básicamente el auxiliar es el mismo, pero con una amplificación mayor”.

 

Ricardo Damián aclaró que ha habido interés de este aparato de parte de los pacientes y de la industria. Actualmente existe un acercamiento con la empresa Arroba Ingeniería. Por ello, ya se tiene el plan de armar más piezas, no sólo para que sean probados por la contraparte comercial, sino para ponerlos a disposición de interesados que evalúen su funcionamiento, a modo de “pruebas de campo”.

 

“Nos han comentado que los auxiliares comerciales, prescritos por el médico, ajustados para cada paciente, no son convincentes. El aparato adecuado es aquel con el que el sujeto se siente a gusto”, opinó.

 

Por último, Damián Zamacona concluyó al enfatizar la formación de recursos humanos en este proyecto, estudiantes de licenciatura y posgrado, quienes también han contribuido al desarrollo de equipos de apoyo, como audiómetros (que detecta los grados de pérdida auditiva) y el calibrador del auxiliar.

 

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FOTO 01

Ricardo Damián Zamacona, del CCADET de la UNAM, informó del perfeccionamiento de un auxiliar auditivo para mejorar la calidad de vida de las personas con hipoacusia o sordera de leve a moderada.

 

FOTO 02.

Ingenieros del CCADET de la UNAM avanzan en el perfeccionamiento de un aparato que mejora los casos leves y moderados de sordera.