06:00 hrs.  15 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-810

Ciudad Universitaria

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ALIMENTACIÓN, TEMA POCO ATENDIDO EN ANTROPOLOGÍA

 

·        Señaló Luis Alberto Vargas, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM

·        Ello a pesar de ser una actividad cotidiana en la cual se empeña tiempo y esfuerzo, agregó

·        Participó en el XIV Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán

 

La alimentación, una actividad cotidiana en la cual se empeña tiempo y esfuerzo, ha sido un tema poco atendido en los estudios antropológicos, consideró Luis Alberto Vargas, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

 

Al intervenir en el XIV Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán, agregó que la mayor parte de los trabajos etnográficos al respecto se restringen a listas de productos consumidos en las cocinas. Por otra parte, no se hace ningún énfasis en la forma de preparación, ingesta y demás aspectos que tienen que ver con el proceso biocultural alimentación-nutrición, y mucho menos el papel que juega en la medicina.

 

Al explicar en qué consiste este último fenómeno, señaló que destaca el hecho de que en la alimentación del ser humano está involucrada su naturaleza morfológica corporal y está influida por la cultura. Por ejemplo, un novio invita a su pareja a tomar un café, un pastel; en realidad no busca que ella se hidrate o recupere la energía perdida, sino una oportunidad para lograr intimidad durante la conversación.

 

Luis Alberto Vargas resaltó que los alimentos son transformados de dos formas: de manera físico-química, y de ser un producto de la naturaleza en uno cultural, es decir, en platillos y bebidas. En el caso de los sistemas médicos, en muchos de ellos se encuentra que las viandas son utilizadas para dos cuestiones fundamentales: el fomento de la salud y como parte del tratamiento terapéutico, área que no ha sido estudiada en las etnomedicina y la cual se debe explorar mucho más.

 

No puede olvidarse, indicó, que los nutrimentos juegan un papel esencial en la vida, y que muchas veces pueden tener otro distinto. Por ejemplo, el epazote, el cual utilizado en pequeñas cantidades es un excelente condimento; pero si es usada en cantidad mayor se tiene un medicamento eficaz contra las lombrices intestinales, y si se excede es un veneno que puede llegar a matar.

 

En la Antigua Escuela de Medicina, donde ofreció la conferencia magistral Alimentación y etnomedicina, Luis Alberto Vargas recalcó, por otra parte, que la ciencia actual ha demostrado que algunos productos alimenticios se pueden transformar en nutracéuticos, es decir, comida que al mismo tiempo tiene un poder farmacológico.

 

Un ejemplo es la soya, la cual se consume en los países de oriente y en donde se ha visto que las mujeres tiene menos problemas con la menopausia que las occidentales, “lo cual se deba al hecho de que los componentes de la soya tienen una actividad parecida a los estrógenos, y que probablemente esto ayuda a que la transición durante el climaterio sea mejor”.

 

El investigador comentó que se acostumbra comer lo que es familiar, pero si va con el médico por diabetes, impondrá una dieta con alimentos no degustados con frecuencia. Esa situación es para los pacientes comunes y corrientes difícil, y cuando se está en situaciones interculturales, como sería el caso de los nosocomios para indígenas en América Latina, se observa que resulta insatisfactoria pues se enfrentan a una comida totalmente occidentalizada.

 

De esa manera, insistió, el conocimiento sobre las formas de alimentación juega un papel importante también en aquella parte de la etnomedicina, donde se adecuan los servicios de salud para las necesidades de los pacientes.

 

Los retos en alimentación y etnomedicina en nuestro país son reconocer la ingesta tradicional, identificar aquellos productos que son valiosos, rescatar recetas y formas de preparación sanas, baratas e higiénicas y reincorporarlos a nuestra dieta, añadió.

 

Al mismo tiempo, tratar de controlar –no se puede eliminar– el exceso de consumo de ciertos productos, freír exageradamente e ingerir gran cantidad de grasas, que son responsables de la epidemia de obesidad que se vive en este momento, concluyó.

 

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FOTO 01.

Algunos productos alimenticios se pueden transformar en nutracéuticos, comida que al mismo tiempo tiene poder farmacológico, consideró Luis Alberto Vargas, del IIA de la UNAM.

 

FOTO 02

Luis Alberto Vargas, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, participó en el XIV Congreso Italo-Latinoamericano de Etnomedicina Gonzalo Aguirre Beltrán .