Boletín UNAM-DGCS-809
Ciudad Universitaria
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final del boletín
CAUSAN
ENFERMEDADES LOS MALOS HÁBITOS ALIMENTICIOS
·
Ocasionan padecimientos cardiovasculares,
diabetes y obesidad, reconocieron
especialistas de la UNAM
·
En ello influye la poca variedad de lo que se
consume, el exceso de grasas y carbohidratos
·
Amanda Gálvez, directora del PUAL, dijo que
la vida moderna y las importaciones determinan un cambio en la cultura
culinaria
·
La obesidad era un problema que sólo ocurría
en países industrializados: Ángela Sotelo, de la Facultad de Química
El cambio en los
hábitos alimenticios de los mexicanos, la poca variedad de lo que consumen, así
como el exceso de grasas y carbohidratos, desencadenan problemas de diabetes,
obesidad y enfermedades cardiovasculares, coincidieron las especialistas de la
UNAM Amanda Gálvez Mariscal y Ángela Sotelo López.
Con motivo del Día
Mundial de la Alimentación, a celebrarse el próximo día 16, Amanda Gálvez
Mariscal, directora del Programa Universitario de Alimentos (PUAL), advirtió
que los ciudadanos están vulnerables a sufrir diversos padecimientos
ocasionados por mala nutrición.
Aseveró que la vida
moderna y las importaciones determinan un cambio en la cultura culinaria;
ahora, la población se ha encaminado a consumir mayores cantidades de
hamburguesas, pizzas y sopas instantáneas, que lo único que proporcionan es
carbohidratos, pero poca cantidad de elementos proteínicos que requiere el
cuerpo.
“Hemos olvidado la
alimentación que de generación en generación nos había sido transmitida y hoy
privilegiamos dietas externas, que lo único que proporcionan son elevadas
cantidades de grasa, generadoras de mala salud. Los mexicanos pasan de una
etapa en la que estaban desnutridos a ser obesos y diabéticos, pero sin haber
transitado por la de buena salud”, indicó.
La obesidad está
relacionada con problemas de diabetes y de los huesos, porque es demasiado peso
para ellos. “Si además de esto, la población vive de forma más sedentaria, sin
hacer ejercicio, nunca se fortalece y no se gastan las calorías extras que se
ganan con una rebanada de pizza”, agregó.
Sin embargo, advirtió, los males que
provocan estos nuevos hábitos alimenticios todavía no se pueden valorar de
forma correcta, porque apenas han transcurrido unos cuantos años desde que
comenzó a variar su ingesta.
“El cáncer se ha
incrementado en las últimas décadas, y ahora es una de las principales causas
de muerte entre las mujeres; el de mama está directamente relacionado con una
ingesta como la que se da en los países industrializados”, alertó.
En ese sentido,
Ángela Sotelo López, profesora de la Facultad de Química (FQ), coincidió que en
México el problema de obesidad lo padecen individuos de todos los sectores,
situación que sólo ocurría en naciones industrializadas y no en una con una
forma de vida como la nuestra.
“En México la gente
presenta severos problemas de obesidad. Se tiene afección a consumir alimentos
con alta concentración de grasas. Sin embargo, además de la preocupación por la
desnutrición infantil, ahora hay que agregarle el sobrepeso. Tanto el que
carece como el que come en exceso está mal nutrido”, alertó.
La profesora
emérita de la FQ de la UNAM consideró que los hábitos también influyen en la
forma de alimentarse, “es difícil quitar ciertas tradiciones o agregar al consumo
otros productos a los cuales no estamos acostumbrados”.
Según cifras
oficiales, 4.5 millones de familias, es decir 22.5 millones de mexicanos,
sobreviven con menos de 55 pesos al día. Otros 21 millones de personas,
subsisten con más de 55, pero menos de 110 pesos diarios. Estos ingresos no
garantizan una adecuada alimentación.
En tanto, la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL) estima que el 4.1 por ciento de
la población total se encuentra bajo la línea de la pobreza y el 15.2 por
ciento bajo indigencia. La pobreza alimentaria se distribuye en forma desigual
en nuestro territorio; Chiapas, Oaxaca y Guerrero son las entidades con una
mayor problemática.
Hoy, más de 800
millones de personas en los países en desarrollo están crónicamente subalimentadas,
y 200 millones de niños de menos de 5 años sufren deficiencias de proteínas y
energía, de acuerdo a la FAO. Hacia el año 2030 el planeta tendrá que alimentar
a un adicional de 3 mil millones de personas. La producción mundial tendrá que
elevarse en más de un 75 por ciento para asegurar adecuados abastecimientos.
Amanda Gálvez
indicó que, por tradición, la alimentación mexicana es sana, por ser rica en
cantidad de fibra de productos naturales, como las flores de calabaza,
quintoniles o los quelites, que forman parte de nuestra cocina tradicional.
“La misma tortilla
es un producto de cereal integral con elevada cantidad de fibra y con mucho
calcio. Sin embargo, se estima que el consumo de tortillas en los últimos cinco
años en nuestro país disminuyó 26 por ciento, así como el de bolillos y
teleras, alimentos comunes en nuestra mesa. Se han cambiado las tortas y los
tacos por pizzas y hamburguesas. Mucha gente ha modificado la comida mexicana
rápida por la importada”, recordó.
Lamentó la incorrecta
nutrición que se vive en el país e hizo un llamado para reflexionar y tratar de
variar el régimen alimenticio, a pesar de las dificultades planteadas por las
labores que ahora se desarrollan, sobre todo en el Distrito Federal; no
obstante, lo mismo ocurre en otras entidades, como en Oaxaca, donde la gente
está más obesa y tiene otro perfil.
Además, aseveró la
química universitaria, esto tiene múltiples secuelas, una de las cuales es el
poco consumo de lo que producen los agricultores de la república mexicana, lo
cual los golpea de forma severa.
La directora del
PUAL reconoció que la comida mexicana tradicional puede estar llena de
calorías, pero al mismo tiempo es rica en minerales, vitaminas y fibra. Nuestra
mesa posee excelentes viandas, variadas, pero se dejan por importaciones.
Destacó que el
abandono de los alimentos producidos en el territorio nacional se debe, en gran
medida, a la publicidad, pero también a la educación y a la carencia de un
auténtico nacionalismo. Esto tiene que ver con la cantidad que se come y cómo
se consume.
Ángela Sotelo dijo
que han cambiado las costumbres del mexicano. Lo que hoy ingiere, como pizzas,
hamburguesas y sopas instantáneas, tiene valor energético elevado pero no
siempre está bien balanceado, a ello se suma que ingerir un solo tipo de
alimento es malo.
Aunque los
carbohidratos son necesarios e indispensables y se requieren tomar en
cantidades elevadas para tener energía a través de ellos, a veces se vuelve
monótona esta necesidad, sobre todo entre los jóvenes, que han ido modificando
sus hábitos.
La comida rápida o
las golosinas aportan un solo tipo de nutrimento, mientras que las reglas
establecen la necesidad de tomar verduras, hidratos de carbono, frutas,
diferentes tipos de lácteos, y no consumir siempre lo mismo. Se debe hacer
variada porque excepto la leche materna en la primera época de la infancia, que
lleva todos los componentes, ningún otro alimento es tan completo.
Debe ser una
ingesta diversa para que se puedan adquirir todos los nutrimentos, pues todos
son necesarios. Algunos, como los minerales, se pueden tomar en el agua,
ciertas verduras, o en muchas otras formas, porque no se consiguen
sintetizados. Otros compuestos orgánicos como los aminoácidos o ciertos ácidos
grasos no es posible procesarlos en la cantidad que se requiere.
Ello obliga a la
gente a comer lípidos, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales en
distintos platillos, utilizando como vehículo el agua.
Advirtió que lo que
más afecta es la mercadotecnia. A cada momento los auditorios son bombardeados
con la venta de artículos para adelgazar, antioxidantes o complementos
alimenticios. No obstante, con una buena nutrición no se requieren.
Amanda Gálvez opinó
que faltan campañas que fomenten una adecuada alimentación. Las del sector
salud, por ejemplo, mediante las cuales se informa lo que debe medir la cintura
en hombres y mujeres, es buena. La gente tiene que saber en dónde están las
proteínas, los carbohidratos, y qué productos son fuentes de calcio o fibra.
Informó que en la
UNAM el Comité Asesor de Salud, Protección Civil y Manejo Ambiental busca que
los estudiantes coman mejor y no se enfermen. Pero se requiere dar a los
alumnos opciones, y que tengan el lugar adecuado para comer de forma saludable.
“Los jóvenes deberían
ser conscientes de qué están comiendo, pero todo eso requiere de una educación,
de un mejoramiento en su percepción de qué es lo que ingieren todos los días”,
abundó.
Ángela Sotelo López
indicó que la nutrición es un estado o situación biopsicosocial; es decir,
aparte de que los comestibles nutren y tienen una función dentro del organismo,
también es importante que haya un ambiente favorable de socialización, que toda
la familia se siente a comer junta es importante. Además, si se consumen las
viandas en una convivencia adecuada, agradable, también será más apetecible.
Todo eso favorece.
Concluyó que una de
las herramientas más importantes para la alimentación será la biotecnología,
porque se podrán crear productos que ya no son atacados por insectos, y será
posible influir en el incremento de ciertos aminoácidos. Se busca mejorar
algunas proteínas que actualmente no son tan buenas e incluir ciertos genes que
permitan que las plagas no afecten las cosechas.
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FOTO 01
Especialistas de
la UNAM revelaron que el cambio en los hábitos alimenticios de los mexicanos,
desencadenan problemas de diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares
entre la población.
FOTO 02.
Con motivo del Día
Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, investigadores de
la UNAM advirtieron que los ciudadanos viven en vulnerabilidad ante diversos
males por una mala nutrición.