11:30 hrs.  14 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-805

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

 

CORREN PELIGRO LA CULTURA Y EL CONOCIMIENTO POR FALTA DE CÁNONES Y PARÁMETROS

 

·        Aseguró Ambrosio Velasco, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, al inaugurar el  Segundo Coloquio de Hermenéutica Analógica

·        Esa propuesta teórica fue formulada por Mauricio Beuchot, del Instituto de Investigaciones Filológicas

·        En una década se ha convertido en una de las concepciones más relevantes e influyentes en ese campo

 

El conocimiento y la cultura corren peligro, pues han pasado de un rígido clasicismo a una ausencia de cánones y parámetros; en estética se ha llegado a un punto en el cual no se sabe ya qué es artístico. Inclusive, a veces es imposible distinguir entre una obra maestra y un apócrifo, afirmó Ambrosio Velasco, director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM.

 

El funcionario reconoció, durante la inauguración del Segundo Coloquio de Hermenéutica Analógica, la labor de Mauricio Beuchot, miembro del Instituto de Investigaciones Filológicas, para establecer límites no rígidos, impositivos o excesivos a través de la propuesta para dar solución a los conflictos en este campo.

 

Con ello se busca recuperar la hermenéutica, un instrumento cognoscitivo e interpretativo para la comprensión de los textos, como puede definirse casi cualquier medio, como un escrito, conversación o pintura. En humanidades, indicó, se han tipificado estos documentos como históricos, jurídicos, filosóficos y literarios, entre otros.

Pero se ha añadido la dimensión analógica, porque ésta se encuentra en medio de la univocidad y equivocidad. La primera se refiere a “la búsqueda de un significado único, claro, distinto, siempre totalmente riguroso y objetivo”. En cambio, la segunda, “que viene de equívoco, es permitir todo tipo de interpretaciones a pesar de que sean inadecuadas o inválidas”, añadió.

 

Recordó que después de un tiempo unívoco, como fue el positivismo, prevalece la otra etapa en la llamada posmodernidad o tardomodernidad. La analogía ayuda a colocarse en un punto intermedio, de difícil equilibrio, “en el cual predomina la equivocidad, de acuerdo con la experiencia humana de lo subjetivo, lo inconmensurable; sin embargo, se busca no perder la atadura con lo científico”, en un intento de alcanzar la objetividad posible. No es sólo el justo medio entre dos posturas, sino que oscila al buscar las diferencias y que ellas mismas se privilegien.

 

En otras palabras, explicitó, se vive “un momento de desilusión de la razón, en el que han proliferado posturas relativistas, escépticas y nihilistas, por ejemplo”. Se ha pasado de una a otra “con un deslizamiento profundo que a veces pone en peligro el conocimiento y la cultura”.

 

Al respecto, Mauricio Beuchot precisó que si en los años 30 a los 50 del siglo pasado el positivismo lógico tuvo la pretensión de un rigor absoluto, todo ello ha caído por desencanto por su forma excesiva, exagerada, ahora con la tardomodernidad o posmodernidad, en una gran crisis cultural; ya no hay ningún referente ni paradigma.

 

Por eso, dijo, después de que se ha deconstruido toca edificar, y desde una postura intermedia, equilibrada, analógica, se puede ayudar a volver a levantar el entorno cultural.

 

Ambrosio Velasco recordó que la hermenéutica analógica es una propuesta teórica original, totalmente audaz de Mauricio Beuchot, la cual en una década se ha convertido en una de las concepciones más relevantes e influyentes.

 

 

Con esta concepción, agregó, no sólo adquiere, en general, una relevancia filosófica de más amplios horizontes en el ámbito internacional, sino que también distingue a la tradición filosófica mexicana en particular “y a todos los que dentro de esta tradición se han dedicado a la investigación en el campo de la hermenéutica filosófica y de la aplicación de la misma a otras disciplinas: la educación, historia y teoría política”.

 

Sin lugar a dudas, concluyó el funcionario, la vertiente que ahora desarrollan ya muchos otros humanistas de diferentes instituciones y países, abre nuevas perspectivas para la comprensión de los fenómenos culturales, lingüísticos, de los procesos de comunicación en distintos ámbitos.

 

En el Segundo Coloquio de Hermenéutica Analógica, el cual se lleva a cabo dentro del Proyecto PAPIIT Presencia del exilio, participó Sixto Castro, de la Universidad de Valladolid, España, quien ofreció la conferencia magistral Eros y Analogía. Asimismo, hubo tres mesas de trabajo. En la primera intervino Mauricio Beuchot con el tema Hermenéutica analógica y comprensión de la historia; Alberto Mora Zamorano y Mónica Mendoza, ambos de la FFyL, con La herencia de la familia analógica y Nietzsche desde la hermenéutica analógica, respectivamente.

 

En la segunda, Rebeca Maldonado, de la FFyL y El Colegio de México, con Más allá de los opuestos, hermenéutica analógica y pensamiento oriental; Enrique Aguayo, de la Universidad La Salle, con Hermenéutica analógica y derechos humanos, y Ana Huitrón Ornelas, de la Universidad Pedagógica Nacional, con Educación y ética en la sociedad mediática.

 

Finalmente, en la tercera, Juan Carlos Ayala, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, con Hermenéutica analógica y diversidad cultural; Alejandro Martínez de la Rosa, con Univocismo hegemónico y equivocismo desmesurado. Hacia un modelo interpretatitvo de la cultura política, y Samuel Arriarán, de la UPN, con La hermenéutica analógica en América Latina.

 

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PIES DE FOTO

 

 

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Mauricio Beuchot, miembro del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, es autor de la hermenéutica analógica, la cual se ha convertido en una de las concepciones más relevantes e influyentes.

 

 

FOTO 02

 

Ambrosio Velasco, director de la FFyL de la UNAM, aseguró que se vive “un momento de desilusión de la razón, en el que han proliferado posturas relativistas, escépticas y nihilistas”, que a veces ponen en peligro el conocimiento y la cultura.