11:30 hrs.  14 de Octubre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-804

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

 

CAUSAN ENFERMEDADES LOS MALOS HÁBITOS ALIMENTICIOS

 

·        Ocasionan padecimientos cardiovasculares, diabetes y obesidad, reconocieron  especialistas de la UNAM

·        En ello influye la poca variedad de lo que se consume, el exceso de grasas y carbohidratos

·        Amanda Gálvez, directora del PUAL, dijo que la vida moderna y las importaciones determinan un cambio en la cultura culinaria

·        La obesidad era un problema que sólo ocurría en países industrializados: Ángela Sotelo, de la Facultad de Química

 

El cambio en los hábitos alimenticios de los mexicanos, la poca variedad de lo que consumen, así como el exceso de grasas y carbohidratos, desencadenan problemas de diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares, coincidieron las especialistas de la UNAM Amanda Gálvez Mariscal y Ángela Sotelo López.

 

Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, a celebrarse el próximo día 16, Amanda Gálvez Mariscal, directora del Programa Universitario de Alimentos (PUAL), advirtió que los ciudadanos están vulnerables a sufrir diversos padecimientos ocasionados por mala nutrición.

 

Aseveró que la vida moderna y las importaciones determinan un cambio en la cultura culinaria; ahora, la población se ha encaminado a consumir mayores cantidades de hamburguesas, pizzas y sopas instantáneas, que lo único que proporcionan es carbohidratos, pero poca cantidad de elementos proteínicos que requiere el cuerpo.

“Hemos olvidado la alimentación que de generación en generación nos había sido transmitida y hoy privilegiamos dietas externas, que lo único que proporcionan son elevadas cantidades de grasa, generadoras de mala salud. Los mexicanos pasan de una etapa en la que estaban desnutridos a ser obesos y diabéticos, pero sin haber transitado por la de buena salud”, indicó.

 

La obesidad está relacionada con problemas de diabetes y de los huesos, porque es demasiado peso para ellos. “Si además de esto, la población vive de forma más sedentaria, sin hacer ejercicio, nunca se fortalece y no se gastan las calorías extras que se ganan con una rebanada de pizza”, agregó.

Sin embargo, advirtió, los males que provocan estos nuevos hábitos alimenticios todavía no se pueden valorar de forma correcta, porque apenas han transcurrido unos cuantos años desde que comenzó a variar su ingesta.

 

“El cáncer se ha incrementado en las últimas décadas, y ahora es una de las principales causas de muerte entre las mujeres; el de mama está directamente relacionado con una ingesta como la que se da en los países industrializados”, alertó.

 

En ese sentido, Ángela Sotelo López, profesora de la Facultad de Química (FQ), coincidió que en México el problema de obesidad lo padecen individuos de todos los sectores, situación que sólo ocurría en naciones industrializadas y no en una con una forma de vida como la nuestra.

 

“En México la gente presenta severos problemas de obesidad. Se tiene afección a consumir alimentos con alta concentración de grasas. Sin embargo, además de la preocupación por la desnutrición infantil, ahora hay que agregarle el sobrepeso. Tanto el que carece como el que come en exceso está mal nutrido”, alertó.

 

La profesora emérita de la FQ de la UNAM consideró que los hábitos también influyen en la forma de alimentarse, “es difícil quitar ciertas tradiciones o agregar al consumo otros productos a los cuales no estamos acostumbrados”.

 

Según cifras oficiales, 4.5 millones de familias, es decir 22.5 millones de mexicanos, sobreviven con menos de 55 pesos al día. Otros 21 millones de personas, subsisten con más de 55, pero menos de 110 pesos diarios. Estos ingresos no garantizan una adecuada alimentación.

 

En tanto, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) estima que el 4.1 por ciento de la población total se encuentra bajo la línea de la pobreza y el 15.2 por ciento bajo indigencia. La pobreza alimentaria se distribuye en forma desigual en nuestro territorio; Chiapas, Oaxaca y Guerrero son las entidades con una mayor problemática.

 

Hoy, más de 800 millones de personas en los países en desarrollo están crónicamente subalimentadas, y 200 millones de niños de menos de 5 años sufren deficiencias de proteínas y energía, de acuerdo a la FAO. Hacia el año 2030 el planeta tendrá que alimentar a un adicional de 3 mil millones de personas. La producción mundial tendrá que elevarse en más de un 75 por ciento para asegurar adecuados abastecimientos.

 

Amanda Gálvez indicó que, por tradición, la alimentación mexicana es sana, por ser rica en cantidad de fibra de productos naturales, como las flores de calabaza, quintoniles o los quelites, que forman parte de nuestra cocina tradicional.

 

“La misma tortilla es un producto de cereal integral con elevada cantidad de fibra y con mucho calcio. Sin embargo, se estima que el consumo de tortillas en los últimos cinco años en nuestro país disminuyó 26 por ciento, así como el de bolillos y teleras, alimentos comunes en nuestra mesa. Se han cambiado las tortas y los tacos por pizzas y hamburguesas. Mucha gente ha modificado la comida mexicana rápida por la importada”, recordó.

 

Lamentó la incorrecta nutrición que se vive en el país e hizo un llamado para reflexionar y tratar de variar el régimen alimenticio, a pesar de las dificultades planteadas por las labores que ahora se desarrollan, sobre todo en el Distrito Federal; no obstante, lo mismo ocurre en otras entidades, como en Oaxaca, donde la gente está más obesa y tiene otro perfil.

 

Además, aseveró la química universitaria, esto tiene múltiples secuelas, una de las cuales es el poco consumo de lo que producen los agricultores de la república mexicana, lo cual los golpea de forma severa.

 

La directora del PUAL reconoció que la comida mexicana tradicional puede estar llena de calorías, pero al mismo tiempo es rica en minerales, vitaminas y fibra. Nuestra mesa posee excelentes viandas, variadas, pero se dejan por importaciones.

 

Destacó que el abandono de los alimentos producidos en el territorio nacional se debe, en gran medida, a la publicidad, pero también a la educación y a la carencia de un auténtico nacionalismo. Esto tiene que ver con la cantidad que se come y cómo se consume.

 

Ángela Sotelo dijo que han cambiado las costumbres del mexicano. Lo que hoy ingiere, como pizzas, hamburguesas y sopas instantáneas, tiene valor energético elevado pero no siempre está bien balanceado, a ello se suma que ingerir un solo tipo de alimento es malo.

 

Aunque los carbohidratos son necesarios e indispensables y se requieren tomar en cantidades elevadas para tener energía a través de ellos, a veces se vuelve monótona esta necesidad, sobre todo entre los jóvenes, que han ido modificando sus hábitos.

 

La comida rápida o las golosinas aportan un solo tipo de nutrimento, mientras que las reglas establecen la necesidad de tomar verduras, hidratos de carbono, frutas, diferentes tipos de lácteos, y no consumir siempre lo mismo. Se debe hacer variada porque excepto la leche materna en la primera época de la infancia, que lleva todos los componentes, ningún otro alimento es tan completo.

 

Debe ser una ingesta diversa para que se puedan adquirir todos los nutrimentos, pues todos son necesarios. Algunos, como los minerales, se pueden tomar en el agua, ciertas verduras, o en muchas otras formas, porque no se consiguen sintetizados. Otros compuestos orgánicos como los aminoácidos o ciertos ácidos grasos no es posible procesarlos en la cantidad que se requiere.

 

Ello obliga a la gente a comer lípidos, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales en distintos platillos, utilizando como vehículo el agua.

 

Advirtió que lo que más afecta es la mercadotecnia. A cada momento los auditorios son bombardeados con la venta de artículos para adelgazar, antioxidantes o complementos alimenticios. No obstante, con una buena nutrición no se requieren.

 

Amanda Gálvez opinó que faltan campañas que fomenten una adecuada alimentación. Las del sector salud, por ejemplo, mediante las cuales se informa lo que debe medir la cintura en hombres y mujeres, es buena. La gente tiene que saber en dónde están las proteínas, los carbohidratos, y qué productos son fuentes de calcio o fibra.

 

Informó que en la UNAM el Comité Asesor de Salud, Protección Civil y Manejo Ambiental busca que los estudiantes coman mejor y no se enfermen. Pero se requiere dar a los alumnos opciones, y que tengan el lugar adecuado para comer de forma saludable.

 

“Los jóvenes deberían ser conscientes de qué están comiendo, pero todo eso requiere de una educación, de un mejoramiento en su percepción de qué es lo que ingieren todos los días”, abundó.

 

Ángela Sotelo López indicó que la nutrición es un estado o situación biopsicosocial; es decir, aparte de que los comestibles nutren y tienen una función dentro del organismo, también es importante que haya un ambiente favorable de socialización, que toda la familia se siente a comer junta es importante. Además, si se consumen las viandas en una convivencia adecuada, agradable, también será más apetecible. Todo eso favorece.

 

Concluyó que una de las herramientas más importantes para la alimentación será la biotecnología, porque se podrán crear productos que ya no son atacados por insectos, y será posible influir en el incremento de ciertos aminoácidos. Se busca mejorar algunas proteínas que actualmente no son tan buenas e incluir ciertos genes que permitan que las plagas no afecten las cosechas.

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PIES DE FOTO

 

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Amanda Gálvez Mariscal, directora del Programa Universitario de Alimentos de la UNAM, aseveró que la vida moderna y las importaciones determinan un cambio en la cultura culinaria.

 

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Ángela Sotelo López, profesora de la Facultad de Química de la UNAM, aseguró que la alimentación balanceada debe incluir todos los nutrimentos, pues todos son necesarios.

 

FOTO 03

 

La obesidad que padecen todos los sectores de la población en México, incluso los niños, era una situación que sólo ocurría en los países industrializados, refirieron investigadoras de la UNAM.